Sarna
¿Qué es la sarna y cómo se cura? Consejos para evitar que se propague.
Síntomas y causas
La sarna humana es una enfermedad causada por el Sarcoptes scabiei. Cuando este ácaro infesta la piel, excava pequeños túneles para poner sus huevos. La respuesta del sistema inmunitario provoca irritación en la zona afectada.
Esta enfermedad contagiosa se propaga muy rápidamente por el contacto cercano entre personas. Suele transmitirse con el contacto piel con piel, aunque también puede producirse el contagio al compartir toallas, sábanas o ropa, ya que el Sarcoptes scabiei sobrevive durante algunos días fuera del cuerpo humano. Por lo tanto, es habitual tratar a todos los miembros de cada pequeña comunidad cuando se produce un caso de sarna, incluso cuando no presentan síntomas.
A pesar de la creencia popular, la sarna no solo se produce en ambientes insalubres, aunque es más habitual que se propague en lugares cerrados en los que conviven muchas personas. Es común que se transmita con rapidez entre las familias que conviven en la misma casa, los grupos de guardería o los ancianos que viven en residencias. No obstante, la sarna deja de ser contagiosa 24 horas después de comenzar el tratamiento.
Síntomas
Los principales síntomas de la sarna son:
- Prurito o picor normalmente intenso y de predominio nocturno en las zonas inflamadas que suele empeorar por la noche.
- Llagas o surcos ondulantes en la piel, causados cuando los ácaros se desplazan con la intención de poner sus huevos.
- Bultos o pequeñas ampollas que se presentan a lo largo de las llagas.
- Vesículas en los pliegues de los dedos, las muñecas, los brazos, las piernas o la cintura.
- Los niños pequeños suelen presentar exantema generalizado, que consiste en una erupción de color rojizo que suele ir acompañada de fiebre.
Causas
La sarna está causada por un pequeño ácaro (Sarcoptes scabiei) que, cuando se encuentra en la piel, se mueve excavando surcos para poner sus huevos. Cuando nacen las larvas, se desplazan hacia la superficie. Cuando el cuerpo detecta su presencia, se produce una respuesta del sistema inmunitario o una reacción alérgica que provoca la irritación y el picor.
El tipo de ácaro que produce la sarna entre los humanos es diferente al que la provoca en los animales, por lo que es imposible que la enfermedad se transmita entre especies diferentes.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para contraer la sarna son:
- Principalmente, entrar en contacto directo con una persona que la padezca.
- Utilizar ropa o enseres en los que pueda haber presencia del ácaro.
Complicaciones
Las complicaciones se producen cuando el afectado se rasca la zona irritada y, con ello, provoca una infección bacteriana por estafilococos o estreptococos en la piel llamada impétigo.
En los raros casos en que se presenta sarna con costras, causadas por un elevado volumen de ácaros en la piel, la enfermedad puede ser más difícil de tratar. Los niños, los ancianos y las personas con el sistema inmunitario debilitado son más propensas a sufrirla. Cuando se manifiesta, comenzar el tratamiento lo antes posible es fundamental para la recuperación.
Prevención
Cuando se ha detectado un caso de sarna, la mejor forma de prevenir su reaparición o el contagio a otras personas es:
- Lavar la ropa, las sábanas y las toallas que se hayan utilizado antes de comenzar el tratamiento. Para que los ácaros se mueran, es necesario utilizar los programas de lavado y secado de mayor temperatura posible.
- Para evitar su propagación en objetos que no pueden lavarse, se recomienda meterlos en bolsas selladas o al vacío durante una semana. De este modo, no pueden alimentarse ni reciben aire.
- Limpiar la casa a fondo para eliminar cualquier resto de ácaros, de piel infectada o de costras.
Diagnóstico
El diagnóstico de la sarna es eminentemente clínico, aunque existen ciertas pruebas que pueden facilitarlo o descartar determinadas patologías similares.
- Estudio de los síntomas y del historial del paciente, así como sus hábitos de vida.
- Observación de la piel.
- Raspado para tomar muestras y analizarlas con el microscopio en el laboratorio.
- Prueba de tinta que permite ver a los ácaros en los surcos de la piel.
Tratamiento
El tratamiento para la sarna suele aplicarse a todos los miembros del grupo de convivientes, incluso cuando no manifiestan síntomas, debido a su fácil propagación. Los medicamentos para matar los ácaros en crema o en pastillas son los más utilizados. Entre los fármacos más eficaces se encuentran:
- Fórmula magistral de azufre al 6-8%: apta para cualquier paciente, se recomienda aplicar por las noches. Ante las especies resistentes de S. scabiei detectadas desde 2021 debe ser considerada primera opción de tratamiento
- Permetrina en crema: contiene sustancias antiparasitarias para matar los ácaros, debe aplicarse en la piel y dejar actuar durante varias horas antes de retirarla. Está indicada para todas las personas mayores de dos meses de edad. Actualmente presenta múltiples resistencias.
- Ivermectina: tratamiento oral que suele recetarse cuando la respuesta a las cremas no es la esperada o para tratar a pacientes con el sistema inmunitario debilitado. Actualmente presenta múltiples resistencias.