Síndrome de abstinencia
¿Cuánto dura el síndrome de abstinencia? Toda la información sobre las causas, los síntomas y el tratamiento de este trastorno mental.
Síntomas y causas
Se denomina síndrome de abstinencia al conjunto de reacciones físicas y psicológicas que se experimentan cuando se reduce o se retira el consumo de un elemento del que se ha abusado y al que el organismo se ha vuelto dependiente. Generalmente, el término se aplica a sustancias nocivas como el alcohol, las drogas o el tabaco, pero también a hábitos adictivos como el juego, el sexo, el ejercicio o la alimentación compulsiva.
El síndrome de abstinencia suele manifestarse en las primeras 24 o 48 horas desde la última dosis consumida, alcanza su punto máximo a las 48 o 72 horas y puede durar varios días o incluso semanas. En función del tiempo que tarden en aparecer los síntomas, el síndrome de abstinencia se clasifica en:
- Síndrome de abstinencia agudo: los síntomas se manifiestan pocas horas después de interrumpir el consumo.
- Síndrome de abstinencia tardío: la sintomatología se mantiene a pesar de haber superado la abstinencia.
- Síndrome de abstinencia condicionado: se manifiesta un síndrome agudo al exponerse nuevamente a los estímulos desencadenantes de la adicción.
El síndrome de abstinencia es una fase fundamental del proceso de desintoxicación y requiere un tratamiento extremadamente cuidadoso para evitar la recaída del paciente con determinadas sustancias, como el alcohol o las benzodiacepinas, además, es especialmente peligroso y puede resultar incluso mortal.
Síntomas
Los síntomas del síndrome de abstinencia pueden variar dependiendo de la sustancia, el periodo de uso, la dosis habitual y las circunstancias individuales como el estado general de salud física y mental, aunque un síntoma común es el deseo intenso de volver a consumir la sustancia o de repetir el hábito. Entre las adiciones más frecuentes y los síntomas de abstinencia correspondientes se encuentran:
- Síndrome de abstinencia del alcohol:
- Temblores.
- Sudoración o escalofríos.
- Insomnio.
- Náuseas.
- Deshidratación.
- Cefaleas.
- Ansiedad y agitación.
- Taquicardias.
- Convulsiones.
- Síndrome de abstinencia de narcóticos, como morfina, opioides, heroína, oxicodona o codeína:
- Dolores musculares.
- Dolor abdominal
- Diarrea.
- Vómitos.
- Sudoración.
- Fiebre.
- Flujo nasal.
- Pupilas dilatadas.
- Insomnio.
- Respiración agitada.
- Ansiedad o hiperactividad.
- Sensación de alerta.
- Síndrome de abstinencia de estimulantes, como cocaína, anfetaminas, metanfetamina o MDMA (éxtasis):
- Cansancio y somnolencia.
- Náuseas, vómitos.
- Inquietud y nerviosismo.
- Depresión.
- Delirios y alucinaciones.
- Pensamientos negativos e incluso suicidas.
- Carácter irascible o violento.
- Síndrome de abstinencia del cannabis:
- Náuseas.
- Sudoración.
- Diarrea.
- Pérdida del apetito.
- Pérdida de peso.
- Irritabilidad.
- Alteraciones del sueño.
- Síndrome de abstinencia de ansiolíticos e hipnóticos, como benzodiacepinas, barbitúricos, cloralhidrato o meprobamato:
- Temblores.
- Ansiedad.
- Insomnio.
- Irritabilidad.
- Delirios.
- Taquicardia.
- Convulsiones.
- Síndrome de abstinencia de la nicotina:
- Irritabilidad.
- Ansiedad.
- Cefaleas.
- Dificultad para concentrarse.
- Insomnio.
- Aumento del apetito.
- Aumento de peso.
- Síndrome de abstinencia de la cafeína:
- Somnolencia.
- Cefaleas.
- Intranquilidad.
- Irritabilidad.
- Síndrome de abstinencia neonatal: se produce en el recién nacido cuando su madre embazada es adicta, y las sustancias que consume llegan al feto a través de la placenta. Por tanto, el bebé nace con dependencia y manifiesta consecuencias tanto del consumo como de la abstinencia.
- Crecimiento deficiente.
- Nacimiento prematuro.
- Convulsiones.
- Defectos congénitos.
- Llanto fuerte y excesivo.
- Mala alimentación.
- En ocasiones, muerte prematura.
Causas
El síndrome de abstinencia es consecuencia directa de la adicción. Esta se produce porque las sustancias o hábitos adictivos funcionan en el organismo de forma similar a los neurotransmisores responsables de la actividad en los centros cerebrales de placer, satisfacción o recompensa, que se traducen en sentimientos de alegría, entusiasmo o serenidad. No obstante, el cuerpo se acostumbra gradualmente a la sustancia o hábito y desarrolla tolerancia, con lo que necesita un consumo cada vez mayor para generar el mismo efecto: las sustancias adictivas acaban sustituyendo a los neurotransmisores y se convierten en un elemento necesario para el funcionamiento normal del cuerpo. La retirada brusca de la sustancia, por tanto, genera un desequilibrio en el organismo que se manifiesta con los síntomas descritos.
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo del síndrome de abstinencia es el consumo de sustancias adictivas o el desarrollo de hábitos adictivos, y el riesgo aumenta cuanto más tiempo se mantenga la adicción. Además, existen factores individuales que incrementan las posibilidades de padecerlo, como la presencia de trastornos mentales o los antecedentes familiares de adicciones.
Complicaciones
La complicación más frecuente del síndrome de abstinencia es la recaída en la adicción: si los síntomas del síndrome son muy intensos es probable que la persona acabe consumiendo nuevamente para evitarlos, especialmente si no cuenta con tratamiento médico o psicológico de apoyo. Aunque es una fase normal de la recuperación, la recaída puede resultar muy peligrosa porque, tras un tiempo de abstinencia, se puede sufrir una sobredosis potencialmente mortal al consumir una cantidad a la que el cuerpo ya no está habituado.
La abstinencia de sustancias como el alcohol o las benzodiacepinas, además, puede derivar en el denominado delirium tremens, un cuadro agudo de delirio caracterizado por alucinaciones visuales, delirios, confusión, agitación y convulsiones. Además, se manifiestan síntomas como hipovolemia, hipertermia, hipertensión, taquicardia o arritmia, que pueden provocar un colapso cardiovascular que puede causar la muerte si no se recibe tratamiento inmediato.
Prevención
La forma más eficaz de prevenir el síndrome de abstinencia es evitar la adicción, es decir, evitar o limitar la sustancia o hábito incitante. En caso de personas ya adictas, se debe abandonar la adicción progresivamente y siempre con asesoría y tratamiento profesional.
¿Qué médico trata el síndrome de abstinencia?
El síndrome de abstinencia se evalúa y se trata en las unidades de psiquiatría y psicología clínica.
Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de abstinencia se fundamenta en la presencia de los síntomas característicos junto al historial de consumo de sustancias o de hábitos adictivos. En este punto, es muy importante contar no solo con el testimonio del propio paciente sino también con el de familiares y personas cercanas.
Asimismo, puede realizarse un examen toxicológico, para detectar la presencia de sustancias nocivas en una muestra de sangre o de orina.
Tratamiento
Para superar el síndrome de abstinencia y, con ello, la adicción, el paciente debe someterse a un tratamiento de desintoxicación. Este puede requerir el ingreso en un hospital o centro especializado y suele contar con dos abordajes complementarios:
- Tratamiento farmacológico: las opciones disponibles dependen de cada adicción concreta y de los síntomas de la abstinencia. Pueden incluir:
- Analgésicos para aliviar las cefaleas y los dolores musculares.
- Benzodiacepinas, como lorazepam o diazepam, para calmar la agitación y la ansiedad de la abstinencia.
- Antipsicóticos, si aparecen alucinaciones y delirios.
- Anticonvulsivos, si se manifiestan convulsiones.
- Suplementos de nicotina en forma de chicles o parches, si se trata de una adicción leve a esta sustancia.
- Antidepresivos, como fluoxetina y buspirona, en caso de adicción severa a la nicotina.
- Metadona, como sustitutivo de los narcóticos.
- Naltrexona, para la deshabituación al alcohol o a los opioides. Actúa bloqueando los efectos reforzantes de esas sustancias a nivel neuronal.
- En caso de abstinencia de ansiolíticos e hipnóticos, se suele volver a administrar el fármaco causante, pero en dosis inferiores y reduciéndolas progresivamente.
- Tratamiento psicológico: terapias de apoyo para evitar las recaídas y superar la adicción.
- Terapia congnitivo-conductual: se aplican diferentes técnicas para identificar la raíz de la adicción y se facilitan herramientas para modificar la conducta adictiva y métodos para cubrir las necesidades que antes satisfacía la sustancia o hábito adictivo.
- Grupos de apoyo: el contacto con personas que presentan la misma adicción y comparten experiencias similares facilita la recuperación.
En caso de delirium tremens, el tratamiento incluye:
- Administración de líquidos por vía intravenosa, para evitar la deshidratación.
- Mantas enfriadoras, para disminuir la hipertermia.
- Benzodiacepinas o barbitúricos.
- Antipsicóticos, si las alucinaciones persisten a pesar de las benzodiacepinas.
- Tiamina (vitamina B₁), para prevenir el síndrome de Wernicke-Korsakoff. El alcoholismo crónico produce una deficiencia de esta vitamina que puede derivar en un trastorno cerebral que causa encefalopatía y daño neurológico permanente. También se suele administrar sulfato de magnesio, que ayuda a sintetizar la tiamina.
- Respiración asistida, en casos graves.