Síndrome del intestino irritable
Toda la información sobre las causas, los síntomas y el pronóstico del dolor y las alteraciones del funcionamiento intestinal.
Síntomas y causas
El síndrome del intestino irritable es un trastorno crónico que causa dolor abdominal y produce cambios en el movimiento intestinal. Aunque puede afectar a cualquier parte del tracto gastrointestinal, es más frecuente en el colon.
La intensidad de los síntomas varía de unos pacientes a otros, aunque es frecuente que limiten la autonomía de los pacientes y empeoren significativamente su calidad de vida si no se tratan adecuadamente. Aunque el síndrome del intestino irritable no tiene cura, se puede reducir el malestar con algunos cambios de costumbres y un tratamiento personalizado.
Síntomas
Los síntomas más característicos del síndrome del intestino irritable son:
- Dolor abdominal: normalmente se presenta en forma de cólicos que se alivian después de defecar.
- Alteración del ritmo intestinal: diarrea o estreñimiento.
- Cambios en la consistencia de las deposiciones.
- Distensión abdominal.
- Meteorismo: exceso de gases.
- Saciedad precoz.
- Pirosis: ardor en la garganta o el pecho.
- Náuseas.
- Evacuación incompleta.
Causas
Las causas del síndrome del intestino irritable no se conocen con exactitud, aunque se cree que puede estar relacionado con alguno de estos factores:
- Contracciones intestinales más fuertes de lo normal que ralentizan el paso de los alimentos.
- Alteraciones en los nervios del sistema digestivo, por lo que el organismo reacciona de forma exagerada a los cambios normales durante la digestión.
- Infecciones gastrointestinales graves que pueden provocar un sobrecrecimiento bacteriano.
- Cambios en la microbiota intestinal.
- Alteraciones hormonales.
- Intolerancias alimentarias.
- Estrés: aunque no es la causa, empeora los síntomas.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo más destacados del síndrome del intestino irritable son:
- Sexo: es más frecuente entre las mujeres.
- Edad: suele darse entre los 35 y los 60 años.
- Malestar estomacal frecuente.
- Dismenorrea (menstruación dolorosa).
- Bulimia.
- Depresión.
- Antecedentes familiares, ya que se cree que la enfermedad tiene un componente genético.
Complicaciones
En contra de lo que muchas personas cree, el síndrome del intestino irritable no aumenta el riesgo de padecer cáncer, ya que el tejido intestinal no se ve afectado. Sin embargo, es frecuente que los cambios en el tránsito provoquen hemorroides o cambios en el estado de ánimo derivados de la mala calidad de vida.
Prevención
No se puede prevenir el síndrome del intestino irritable, pero sí pueden reducirse los síntomas siguiendo estas recomendaciones:
- Llevar una dieta equilibrada.
- Evitar alimentos que puedan aumentar el malestar: picantes, lácteos, cítricos o alimentos flatulentos (legumbres, coliflor, repollo).
- No tomar cafeína, alcohol ni refrescos.
- Controlar el estrés.
¿Qué médico trata el síndrome del intestino irritable?
El síndrome del intestino irritable es una enfermedad que se diagnostica y se trata en las especialidades de medicina familiar y comunitaria o aparato digestivo.
Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome del intestino irritable es eminentemente clínico, ya que suele bastar con el estudio pormenorizado de los síntomas junto con el historial del paciente. Para corroborarlo, se comprueba el estado del paciente los criterios de Roma. El resultado es positivo si, además de sentir dolor o malestar abdominal durante un mínimo de un día a la semana a lo largo de tres meses, está acompañado de dolor al defecar, dolor asociado a un cambio en la frecuencia de deposiciones o dolor asociado a un cambio en la textura de las heces.
El resto de pruebas suelen hacerse para descartar otras patologías:
- Análisis de sangre: ayudan a detectar anemia o celiaquía.
- Examen de sangre oculta en heces: indica sangrado en alguna parte del tubo digestivo, pólipos, hemorroides o cáncer.
- Cultivo de heces: descubre infecciones si hay presencia de bacterias.
- Prueba de calprotectina fecal: el exceso de proteínas en las heces es un signo de inflamación intestinal.
- Colonoscopia: se introduce una sonda a través del ano para observar el interior del colon si hay sospecha de cáncer.
Tratamiento
El primer paso para paliar los síntomas del síndrome del intestino irritable es cambiar algunos hábitos de vida. Por norma general, se recomienda:
- Seguir una dieta equilibrada rica en fibra.
- Restringir la ingesta de comida especiada, alimentos ácidos, derivados lácteos, productos que causan flatulencias o productos excesivamente dulces.
- No tomar alcohol, café o refrescos.
- Beber agua en abundancia.
- Evitar las comidas copiosas.
- Tomar las medidas necesarias para controlar el estrés.
- Practicar ejercicio físico moderado de forma regular.
- Dormir el tiempo suficiente.
Como complemento al cambio en el estilo de vida, se pueden utilizar medicamentos:
- Suplementos de fibra.
- Antidiarreicos.
- Laxantes.
- Probióticos: fomentan el crecimiento adecuado de las bacterias beneficiosas para el sistema digestivo.
- Espasmolíticos: reducen los espasmos intestinales.
- Procinéticos: favorecen el movimiento del intestino.
- Antidepresivos: además de mejorar el estado de ánimo, alivian el dolor abdominal y reducen la hinchazón. También son eficaces para frenar la diarrea.
- Terapia cognitivo-conductual para modificar la conducta de los pacientes.

































































































