Tos ferina
Todo sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de esta infección respiratoria bacteriana.
Síntomas y causas
La tos ferina (pertusis) es una infección bacteriana causada por la bacteria Bordetella Pertussis, que afecta a las vías altas del aparato respiratorio, es decir, la nariz, la boca, los senos paranasales, la faringe y la laringe. Se manifiesta en accesos de tos seca que aparecen de forma repentina y violenta.
La pertusis se transmite de persona a persona por vía aérea, mediante las gotas de Pflugge, secreciones que se emiten al hablar, respirar, toser o estornudar. El periodo de contagio comienza con los primeros síntomas, similares a un catarro, y puede prolongarse hasta cuatro semanas después de que comience la tos si no se recibe el tratamiento adecuado. Este tiempo se reduce aproximadamente a cinco días cuando se sigue el tratamiento con antibióticos, aunque la infección permanece en el organismo durante entre seis y diez semanas.
En adultos y niños, el pronóstico de la tos ferina es bueno y los pacientes se suelen recuperar sin secuelas. Sin embargo, es una enfermedad grave para los recién nacidos y los lactantes.
Síntomas
Los síntomas más habituales de la tos ferina son:
- Durante una o dos semanas, se presentan signos similares a los de un resfriado común: congestión nasal, moqueo, estornudos y febrícula.
- Tos intensa y seca que se presenta en golpes violentos consecutivos.
- Convulsiones.
- Los accesos de tos terminan con una inspiración profunda y prolongada, que se produce por falta de aire en los pulmones, acompañada de un gemido ferino (sonido agudo similar a un chillido) del que la enfermedad toma su nombre.
- Cianosis (color azulado) durante los ataques de tos.
- Fatiga.
- Angustia.
Causas
La tos ferina está causada por una infección con la bacteria Bordetella pertussis.
Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo de la tos ferina son:
- No estar vacunado.
- Estar en contacto con un portador o una persona contagiada.
- Tener menos de un año.
- Estar embarazada.
- Vivir en condiciones de hacinamiento.
Complicaciones
Las complicaciones de la tos ferina en menores de un año pueden ser graves. Entre las más destacadas están:
- Neumonía.
- Bronquitis.
- Otitis.
- Convulsiones.
- Apnea.
- Deshidratación.
- Encefalopatía tosferinosa: daño cerebral causado por la falta de oxígeno en el cerebro (hipoxia).
- Prolapso rectal: la mucosa rectal sobresale a través del ano.
- Muerte.
El resto de pacientes suele pasar la enfermedad sin efectos secundarios. En el caso de producirse, los más habituales son:
- Fractura de costillas.
- Hernia abdominal.
- Rotura de vasos sanguíneos de la piel o los ojos.
- Hemorragia nasal.
Prevención
La mejor forma de prevenir la tos ferina es la vacunación. En España, el calendario vacunal recomienda las siguientes dosis:
- En embarazadas: A partir de la semana 27 de gestación, preferentemente en la 27 o la 28.
- 2, 4 y 11 meses.
- Refuerzo a los 6 años.
- Refuerzo a los 65 años en adultos vacunados en la infancia.
- Los adultos no vacunados, deben completar 5 dosis de inmunización.
¿Qué médico trata la tos ferina?
La tos ferina suele diagnosticarse en la consulta de medicina familiar y comunitaria o pediatría y sus áreas específicas, ya que es una enfermedad frecuente en los niños. En algunos casos, intervienen en el tratamiento especialistas en otorrinolaringología, medicina interna o neumología.
Diagnóstico
El diagnóstico de la tos ferina es complejo, ya que suele confundirse con el resfriado común durante las primeras semanas. Cuando comienzan los ataques de tos, el estudio de los síntomas suele ser suficiente para determinar la presencia de la enfermedad.
Para confirmar el diagnóstico, se puede recurrir a las siguientes pruebas:
- Cultivo nasofaríngeo: se toma una muestra del tejido de la zona en la que se unen la garganta y la nariz para analizarla en el laboratorio. Una vez que han transcurrido alrededor de cinco días, se observa el cultivo en el microscopio en busca de la bacteria Bordetella pertussis.
- Análisis de sangre: se lleva a cabo para valorar el estado general de salud del paciente. El aumento de los glóbulos blancos indica la presencia de una infección en el organismo.
- Radiografía de tóraxRadiografía de tóraxRadiografía : se toman imágenes de los pulmones para determinar si hay alguna complicación, como la neumonía. Las radiografías sirven para comprobar si hay inflamación o presencia de líquido.
Tratamiento
El tratamiento de la tos ferina es eminentemente farmacológico, ya que los antibióticos ayudan a combatir las baterías. Los más utilizados son los macrólidos (azitromicina de primera líneo o claritromicina y/o eritromicina)
Los menores de un año o los pacientes con complicaciones se mantienen hospitalizados para vigilar de cerca su evolución, ya que pueden necesitar ventilación mecánica, alimentación parenteral vía intravenosa o aspiración de la mucosidad acumulada.
Se recomienda el aislamiento hasta que desaparecen los síntomas para prevenir el contagio.










































































































