Gammagrafía cardiaca
En la gammagrafía cardiaca se inyecta una dosis baja de sustancia radiactiva para conseguir imágenes precisas del funcionamiento del corazón y su morfología. Se trata de una prueba diagnóstica no invasiva que detecta zonas en las que el tejido está dañado.

Descripción General
La gammagrafía cardiaca es una prueba de la medicina nuclear que permite observar la estructura y el funcionamiento del corazón. Para obtener estas imágenes se utiliza un fármaco con una pequeña dosis de sustancia radiactiva (radioisótopo o radiomarcador) que absorben los tejidos y emiten rayos gamma, que un dispositivo especializado (gammacámara) recoge y muestra en un ordenador.
El radioisótopo que se administra varía dependiendo de los síntomas del paciente, es decir, en función de qué enfermedad se sospecha que padece. La mayoría de los casos se trata de una solución con tecnecio sestamibi o talio.
Las células con mayor actividad absorben más cantidad de radiofármaco y permiten detectar los tejidos dañados o encontrar zonas a las que no llega el torrente sanguíneo adecuadamente. Por este motivo, resulta muy útil para diagnosticar alteraciones del flujo sanguíneo o problemas en el funcionamiento del músculo cardiaco.
¿Cuándo está indicada?
La gammagrafía es un procedimiento que suele utilizarse para detectar precozmente enfermedades del corazón. Sirve para determinar la procedencia de dolores torácicos para los que no se ha encontrado explicación, así como para diagnosticar estrechamiento de las arterias coronarias o malformaciones congénitas. Además, cuando se hace después de un ataque cardiaco, ayuda a delimitar la extensión del daño producido en el corazón y comprobar si algún área no recibe una cantidad suficiente de sangre.
Esta técnica también se usa para hacer seguimiento de algunas patologías, evaluar el estado de las arterias coronarias y comprobar la evolución de los pacientes después de un tratamiento o una intervención quirúrgica, como un bypass coronario.
¿Cómo se realiza?
La gammagrafía cardiaca puede hacerse en reposo o después de haber hecho un esfuerzo. En muchas ocasiones, se realizan las dos (gammagrafía de perfusión cardiaca) para comparar los resultados y determinar si una afección es reversible quirúrgicamente o no.
En ambos casos se administra el radiofármaco por vía intravenosa, normalmente en el brazo. Para la gammagrafía en reposo, el paciente permanece tumbado en una camilla mientras la gammacámara, que tiene forma de tubo, gira alrededor del pecho para recoger las imágenes desde ángulos diversos. En la gammagrafía de esfuerzo, se sigue el mismo procedimiento después de que el paciente haga ejercicio sobre una cinta mecánica o una bicicleta estática.
Riesgos
La gammagrafía cardiaca no tiene riesgos para la salud, ya que la radiación utilizada es muy baja. Es raro que se desarrolle alergia al radiofármaco y, de hacerlo, es en forma muy leve (picor y enrojecimiento en la zona afectada).
Sin embargo, el radioisótopo sí puede ser nocivo para el desarrollo fetal, por lo que se desaconsejan las gammagrafías en las embarazadas. Además, se aconseja a las madres lactantes que desechen la leche producida en las 48 horas posteriores a la prueba.
Qué esperar de una gammagrafía cardiaca
La gammagrafía cardiaca es un procedimiento ambulatorio después del que se puede retomar la actividad habitual sin necesidad de hospitalización. El día de la prueba es preciso firmar un consentimiento informado.
A pesar de que se trata de una técnica indolora, es posible sentir molestias en el momento de la inyección del radiofármaco. Mientras la sustancia asciende por el brazo, es posible que se perciba una sensación de calor o frío que remite rápidamente cuando la sustancia asciende por el brazo. Después, hay que esperar un tiempo hasta que el fármaco haya llegado a todos los tejidos del corazón.
Para la gammagrafía cardiaca, el paciente se tumba en una camilla vestido con una bata que facilita el centro médico y sin llevar objetos metálicos. Es posible que antes de comenzar, haya sido necesario practicar ejercicio durante unos minutos en una sala diferente a la de la prueba.
El procedimiento suele durar entre 15 y 45 minutos. El especialista facilita los resultados durante una consulta pasados unos días.
Especialidades en las que se solicita una gammagrafía cardiaca
Los cardiólogos, los angiólogos o los cirujanos cardiotorácicos son los especialistas que suelen solicitar a los médicos nucleares la realización de una gammagrafía cardiaca.
Cómo prepararse
Antes de someterse a una gammagrafía de perfusión cardiaca es preciso permanecer en ayunas durante al menos seis horas. El especialista indica previamente si se debe suspender la medicación que se toma habitualmente.
Se recomienda acudir con ropa cómoda, especialmente para las pruebas de esfuerzo.
Beber líquidos en abundancia el día de la prueba ayuda a expulsar más rápidamente el fármaco.