Tomografía axial computarizada de rodilla

El TAC de rodilla se utiliza para obtener una imagen en tres dimensiones de los tejidos y las estructuras de la articulación. Es un procedimiento indoloro, no invasivo e inocuo para el paciente.

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Descripción General

La tomografía axial computarizada (TAC) de rodilla es un procedimiento que permite observar con detalle las estructuras internas de la articulación. Esta técnica utiliza rayos X para generar imágenes bidimensionales de numerosos cortes desde ángulos distintos que, posteriormente, se superponen para ofrecer una representación tridimensional que facilita el estudio.

Las estructuras que se pueden analizar con un TAC de rodilla son:

  • Huesos: fémur, tibia, peroné y rótula.
  • Cartílagos: menisco y cartílago articular.
  • Ligamentos:
    • Ligamentos extracapsulares: patelar, retináculos patelares medial y lateral, ligamento colateral tibial, ligamento colateral fibular, ligamento poplíteo oblicuo, ligamento poplíteo arcuato, ligamento anterolateral.
    • Ligamentos intracapsulares: ligamento cruzado anterior, ligamento cruzado posterior, menisco medial, menisco lateral.
  • Tendones: rotuliano y del cuádriceps.
  • Cuerpo adiposo infrarrotuliano.
  • Vasos sanguíneos:
    • Arterias: descendente de la rodilla (una rama de la femoral), poplítea, superior de la rodilla, inferior de la rodilla.
    • Venas: poplítea, safena y genicular.
  • Músculos: bíceps femoral, semitendinoso, semimembranoso, cuádriceps femoral (recto femoral, vasto lateral, vasto medial y vasto intermedio), tensor de la fascia lata, poplíteo, sartorio y grácil.

Además de diagnosticar patologías, el TAC de rodilla se utiliza para planificar intervenciones quirúrgicas y comprobar la eficacia de los tratamientos.

¿Cuándo está indicada?

La tomografía axial computarizada de rodilla se hace cuando el paciente presenta síntomas de:

  • Infección.
  • Absceso.
  • Fractura de huesos.
  • Rotura de ligamentos.
  • Daño en el menisco.
  • Lesiones articulares.
  • Quistes benignos.
  • Tumores cancerosos.
  • Tejido cicatricial.

Debido a que la radiación afecta en mayor medida a los niños, incluidos los no nacidos, se desaconseja en las embarazadas y las mujeres lactantes. En los casos pediátricos, se valoran las necesidades de cada paciente de forma individualizada para encontrar una alternativa a esta prueba.

El uso de contraste (bario, yodo, gadolinio) está contraindicado en personas con enfermedades de los riñones, el corazón o la tiroides, así como con alergia a alguno de sus componentes.

¿Cómo se realiza?

El TAC de rodilla se hace con un dispositivo que emite rayos X que atraviesan los tejidos de la articulación. La radiación se absorbe en menor o mayor medida dependiendo de las características de las células que los componen. De este modo, las estructuras que dejan pasar mayor cantidad de radiación se ven en la imagen de color oscuro y las que la retienen quedan representadas en tonos más claros.

La tomografía computarizada toma imágenes de múltiples cortes de entre uno y diez milímetros de grosor que ofrecen una visión bidimensional de la rodilla. Cuando la computadora los superpone, se obtiene una representación en tres dimensiones de la articulación.

En ocasiones, se utiliza una sustancia de contraste que se percibe más brillante en las imágenes. Por lo tanto, aquellas células que retienen una mayor cantidad de este medicamento, como los vasos sanguíneos o los vasos sanguíneos, se distinguen mejor en los estudios.

Riesgos

A pesar de que las tomografías computarizadas emiten más radiación que una radiografía convencional, son procedimientos prácticamente inocuos para el paciente.

La dosis de rayos X necesaria para hacer un estudio de rodilla suele ser de unos 0,001 milisieverts, que equivale a la radiación que se recibe de la naturaleza, sin agentes contaminantes, durante tres horas.

En muy raras ocasiones, se puede producir una reacción alérgica al contraste. Suele ser leve y manifestarse en forma de sarpullido, picor y dolor de cabeza.

Qué esperar de un TAC de rodilla

Antes de acceder a la sala de radiodiagnóstico, el paciente se viste con la bata hospitalaria y se quita los objetos metálicos que haya llevado, incluyendo los audífonos y la dentadura postiza.

Para hacerse un TAC de rodilla, no es necesario introducir todo el cuerpo dentro del tubo. Por lo tanto, el paciente se tumba bocarriba en la camilla y el dispositivo se coloca alrededor de las piernas.

Cuando es necesario, se inyecta el contraste en una vena del brazo. A pesar de que no es doloroso, es normal sentir un ligero pinchazo. La sustancia de contraste produce unos efectos secundarios temporales que consisten en taquicardia y calor repentino en el brazo, el pecho y los genitales.

Durante el tiempo que dura la prueba, alrededor de 20 minutos, el paciente debe permanecer lo más quieto posible para que las imágenes salgan nítidas. Una vez finalizada, se puede retomar la rutina sin necesidad de hacer reposo.

Especialidades en las que se solicita el TAC de rodilla

El TAC de rodilla se lleva a cabo en la especialidad de radiología para informar del estado de la articulación a los especialistas en oncología o cirugía ortopédica y traumatología.

Cómo prepararse

No se necesita una preparación especial para someterse a un TAC de rodilla, aunque hay que hacer ayuno si se va a utilizar contraste. Lo más adecuado es no ingerir ni líquidos ni alimentos sólidos durante las cuatro o seis horas previas a la prueba.

Se recomienda vestir ropa cómoda y fácil de quitar el día de la prueba, así como acudir sin objetos metálicos ni maquillaje, ya que algunos productos contienen metales en su formulación.