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Blog de la Dra. Fernández Letamendi. Geriatría. Hospital Quirónsalud Zaragoza

  • Depresión en el adulto mayor

    La depresión es el trastorno afectivo más frecuente en el anciano y no siempre es fácil de detectar, ya que puede presentarse de manera atípica. Todos entendemos que, cuando tenemos un problema de salud, tengamos un ánimo decaído, reactivo a esa situación. Sin embargo, y especialmente en el adulto mayor, el mismo proceso depresivo complica el tratamiento y pronóstico de otras enfermedades crónicas. Por eso no debemos normalizar el ánimo triste en el adulto mayor, porque no forma parte del envejecimiento normal.

    El retraso en el diagnóstico y tratamiento disminuye de forma sustancial la calidad de vida del paciente, puede abocarlo al aislamiento y la discapacidad e incluso al suicidio, que duplica sus tasas a partir de los 65 años. Por lo tanto, el diagnóstico y el tratamiento de la depresión es de vital importancia en el adulto mayor.

    Características especiales de la depresión en el anciano.

    Es recomendable que, ante cualquiera de estos indicios o factores de riesgo, se consulte con un geriatra, que podrá hacer una valoración exhaustiva e iniciar el tratamiento más adecuado a cada paciente.

    1. Acentuación patológica de los rasgos premórbidos. Muy a menudo son los familiares los que nos relatan en consulta, que el/la paciente "siempre ha tenido un carácter especial", "se ha agobiado mucho por todo", "ante cualquier adversidad estaba triste y le costaba remontar.." pero ahora esos rasgos son mucho más acentuados y menos reconducibles.
    2. Escasa expresividad de la tristeza con dificultad para reconocer los síntomas depresivos. La idea preconcebida de que la vejez debe ir asociada a deterioro hace que el propio paciente normalice esos sentimientos, niegue la patología y se resigne a no demandar ayuda porque cree que no puede mejorar.
    3. Tendencia al retraimiento y aislamiento. Sobre todo si, además, asocian algún tipo de discapacidad (visual, auditiva, funcional o cognitiva). La jubilación y la viudedad son momentos vitales delicados. La soledad elegida debe ser respetada cuando el mayor es capaz de autocuidado, pero debemos estar muy al tanto de la red de apoyo sociofamiliar que presenta el paciente.
    4. Expresión frecuente en forma de quejas somáticas. Dolor, cansancio, o incluso deterioro cognitivo, pueden esconder un trastorno depresivo. Entre las patologías crónicas más relacionadas con la depresión destacan la demencia, la insuficiencia cardiaca, la diabetes, la enfermedad cerebrovascular, la incontinencia y los problemas osteoarticulares. Muchos fármacos que se usan para tratar estas patologías pueden provocar sintomatología depresiva. Por eso es tan importante que nos valore el geriatra.
    5. Aparición de trastornos de conducta. Irritabilidad, heteroagresividad verbal e incluso física, trastornos de conducta alimenticia, delirio, celotipia y síntomas psicóticos pueden aparecer en la depresión atípica del anciano.
    6. Frecuentemente se asocia a deterioro cognitivo. Tanto el paciente como la familia refieren deterioro en memoria reciente, despistes, etc. desde hace un tiempo. La depresión puede ocasionar este deterioro, o puede ser (lo más frecuente) una fase inicial del mismo. En los pacientes con demencia ya diagnosticada, deberemos estar alerta sobre síntomas de nueva aparición (labilidad emocional, demanda excesiva de atención, escasa reactividad al ambiente o negativa a la ingesta….), deben hacernos sospechar concomitancia con depresión.
  • Recomendaciones para disfrutar de las vacaciones con mayores

    Una de las preguntas que más se están repitiendo en la consulta en los últimos días gira en torno a la organización y recomendaciones para iniciar las vacaciones de verano.

    Vamos a empezar por las recomendaciones iniciales, que podrán compartir todos ellos y después expondremos otras recomendaciones más específicas.

    1. Es muy importante disfrutar de las vacaciones y tiene que ser un momento para relajarse y desconectar. No debe generarnos mas estrés….Sin embargo el momento del viaje puede suponer para algunas personas mayores, un momento de mucha ansiedad, al la que no están acostumbrados. Si lo preparamos y organizamos con tiempo, e intentamos hacer las gestiones que sean mas dificultosas para ellos (gestión de vuelos o alquileres por ejemplo, ofrecernos para llevarlos en coche si el trayecto va a ser nuevo…) seguro que muchos lo agradecen. Pero preguntémosles, contemos con ellos en la planificación, no impongamos, no demos por hecho lo que ellos quieren, no invadamos su espacio ni minusvaloremos sus capacidades. La flexibilidad y la adaptación son la clave del éxito.
    2. Hagamos paradas por el camino cada hora- hora y media, para poder descansar, estirar las piernas, hidratarnos bien, comer algo, sobretodo si el que conduce es un mayor. Esto es especialmente importante en pacientes con diabetes o con problemas circulatorios.
    3. Tener en cuenta las distancias y la sobrecarga de pesos si se viaja en avión o tren, y valorar utilizar los servicios que ofrecen RENFE o AENA (asistencia a la llegada, silla ruedas…etc).
    4. Preparar con suficiente antelación la medicación que hay que llevar, calcular que tenga suficiente (e incluso un poco más por si pierde algún comprimido) y seguir las mismas rutinas con respecto a su tratamiento. Llevar consigo algún informe actualizado de sus antecedentes personales y tener localizado el sitio de atención sanitaria más cercana al alojamiento.
    5. No conviene tampoco trasgresiones dietéticas ni con el alcohol, ya que pueden provocar descompensaciones en pacientes diabéticos, hipertensos o con insuficiencia cardiaca, por ejemplo.
    6. Es muy importante llevar un calzado adaptado. No se recomiendan nunca los calzados destalonados en mayores, y si lo son, que lleven al menos sujección en tobillo y antepie. Vigila tus pies y consulta siempre ante cualquier herida o similar. Si se va a hacer caminata por el monte o camino es fundamental calzado cerrado y adaptado.
    7. Los juegos en familia tanto de cartas, como parchís o similares son un buen momento de encuentro en familia, que además favorece a todos el desarrollo de funciones superiores como la concentración, el calculo, la abstracción…
    8. Si es incontinente hay que ser previsor y llevar consigo algún sistema de absorción (pañal, compresa, colector..).
    9. Controlar el calor, que puede afectar a la calidad de sueño y al apetito. Insistimos en este caso, de nuevo, en la importancia de la hidratación.
    10. Se debe modular la exposición solar a horas recomendadas (antes de las 12:00 pm o a partir de las 18:00h pm), usar gorras o viseras, gafas de sol y buena protección solar.
  • Los riesgos del calor para las personas mayores: consejos para evitar golpes de calor

    Llega el verano y todos queremos disfrutar del calor, el sol, la playa y la piscina, independientemente de nuestra condición física o edad. Sin embargo, está claro que dependiendo de estos factores debemos tomar unas precauciones u otras. Por ejemplo, todos deberíamos estar bien hidratados a la hora de tomar el sol. También es importante usar buenas cremas solares y dispositivos físicos de protección, como camisetas o gorras. Además, no nos podemos olvidar de proteger los ojos.

    Sin embargo, si se tiene en cuenta la edad, las recomendaciones para bebés o para personas mayores serán distintas. En esta ocasión, los consejos van dirigidos a personas de más de 65 años que tanto ellos como las personas de su alrededor deberán emplear para evitar golpes de calor con las fuertes temperaturas.

    Para nadie es una sorpresa la llegada del cambio climático y las temperaturas que se registran en pleno julio o agosto que, dependiendo de la localización, pueden llegar a superar los 40 grados. Por ello, es tan importante conocer qué se debe hacer para evitar un golpe de calor.

    ¿Por qué es importante proteger del sol a los mayores?

    La doctora Nieves Fernández, geriatra en el Hospital Quirónsalud Zaragoza, explica que en las personas mayores "es más difícil detectar los golpes de calor". Es por este motivo por el que hay que saber cómo prevenirlos. La especialista asegura que "el centro de termorregulación se altera con el envejecimiento", por lo que las personas mayores tienen "una menor sensación de calor y menor percepción de sed".

    Hay que prestar especial atención a los mayores que tengan problemas cognitivos, sobrepeso, enfermedades crónicas o dependencia física dado que estos "tienen más riesgo de presentar deshidratación secundaria al calor", según alerta Fernández.

    ¿Qué síntomas se producen en un golpe de calor? ¿Cuándo se recomienda acudir al hospital?

    Algunos de los factores a los que se debe estar atento según la doctora son el dolor de cabeza, la ausencia de sudoración en altas temperaturas, la sensación de boca seca y pastosa, mareos o la presencia de escalofríos o piel seca y enrojecida. Si ocurre alguna de estas situaciones se debe hidratar "inmediatamente" por vía oral y protegernos del sol trasladándonos a la sombra.

    Si por el contrario, los síntomas como las náuseas o los vómitos no permiten la hidratación por vía oral, así como otros síntomas de mayor gravedad como calambres, desorientación o convulsiones, se debe acudir al hospital más cercano "ya que puede tratarse de un cuadro grave que comprometa la vida".

    Consejos preventivos frente a los efectos del calor en las personas mayores

    Ante esta problemática, la doctora Nieves Fernández da una serie de consejos para cuidar de las personas mayores ante la llegada de las altas temperaturas. En primer lugar, insiste en "un buen aporte de líquidos aunque no se tenga la sensación de sed". Para ello propone bebidas refrescantes como el agua, las infusiones o los zumos de fruta natural, evitando bebidas alcohólicas que en estos contextos de calor excesivo, y si además se toman algunas medicaciones, pueden favorecer la deshidratación e hipotensiones. En pacientes con deterioro cognitivo que rechazan beber podemos intentarlo con helados tipo polo.

    En cuanto a la nutrición a seguir, durante el verano se recomienda una dieta ligera y baja en sal. La doctora insiste en que es importante no realizar ejercicios ni esfuerzos y mantener la casa fresca y ventilada. Tampoco es conveniente que una persona mayor se quede encerrada en un vehículo sin ventilación en verano.

    Así mismo, en cuanto a la ropa, aconseja evitar la ropa ajustada y sustituirla por tejidos ligeros y colores claros. Así como se deben tener a mano siempre sombreros, gorras y gafas de sol.

    En cuanto a las recomendaciones a la hora de tomar el sol, la doctora Fernández se muestra clara: "Hay que evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas. Sobre todo desde las doce del mediodía hasta las cuatro de la tarde". También aconseja usar sombrilla y gorro. Además, asegura que es bueno que, fuera de las horas indicadas, las personas mayores tomen el sol al menos durante veinte minutos sin protección en cara, brazos o escote para favorecer el metabolismo de la vitamina D.


    Fuente: https://www.articulo14.es/salud/riesgos-calor-personas-mayores-consejos-evitar-golpes-de-calor-20240704.htmlEste enlace se abrirá en una ventana nueva

  • Cuidado del sueño en la tercera edad

    Los trastornos del sueño son un motivo de consulta muy frecuente en Geriatría. Se ha estimado que, entre los mayores de 65 años, aproximadamente el 50% padecen algún trastorno del sueño; de ellos, la dificultad para iniciar y mantener el sueño y la somnolencia diurna son los más frecuentes.

    El manejo correcto de los trastornos del sueño en el anciano, requiere una evaluación especializada por un Geriatra. Debemos tener en cuenta las posibles causas, el estado general, las enfermedades que se padezcan, la polimedicación y los cambios farmacocinéticos y farmacodinámicos que acompañan a la edad. Si a pesar de la aplicación de medidas de higiene del sueño, éste trastorno dura más de 2 semanas, es muy importante consultar con un profesional porque el tratamiento deberá ser individualizado y la respuesta será más complicada cuanto más se cronifique.

    Las consecuencias de los trastornos del sueño van desde fatiga diurna, estado de ánimo bajo o irritabilidad, hasta un aumento importante del riesgo de caídas , incluso, en algunos estudios, se ha relacionado con un aumento de mortalidad en el paciente. La relación con la depresión es particularmente clara y es posible que también con el deterioro cognitivo. Lo que está claro, es que genera una merma en la calidad de vida del que lo padece.


    MEDIDAS DE HIGIENE DEL SUEÑO:

    • Limitar la ingesta de líquidos por la tarde. Evitar las bebidas que contienen cafeína o teína después del mediodía. Evitar también el alcohol y el tabaco desde varias horas antes de dormir.
    • Intentar marcar un horario fijo para acostarse y levantarse (incluidos fines de semana y vacaciones).
    • Permanezca en la cama el tiempo suficiente y evite el uso de pantallas previo a acostarse y del ordenador por lo menos 2 horas antes.
    • Evite la siesta, o que ésta sea inferior a 30 minutos.
    • Se recomienda pasear durante al menos una hora al día, con luz solar y siempre limitar ejercicio o actividad aeróbica al menos tres horas antes de ir a dormir.
    • Mantener condiciones ambientales adecuadas en la habitación (temperatura, ventilación, ruidos, luz..).
    • Practicar ejercicios de respiración lenta y relajada, antes de acostarse, pueden contribuir a que duerma mejor.
    • Evitar acostarse con hambre, pero tampoco realizar cenas abundantes. Lo ideal sería comer unas 2 horas antes de acostarse.
    • Si no consigue dormir en un tiempo prudencial (unos 30 minutos), levántese, haga alguna actividad relajante (por ejemplo, leer) y vuelva a la cama cuando empiece a notar sueño.
  • Síndrome del ocaso. Convivir con pacientes con demencia

    Un motivo de consulta muy frecuente en Geriatría son los síntomas conductuales del deterioro cognitivo (demencia). Entre ellos está el denominado "síndrome del ocaso", que comprende un conjunto de síntomas o comportamientos que aparecen al atardecer, conforme se acerca la noche y que pueden incluir dificultad para conciliar el sueño, ansiedad, agitación, alucinaciones, pasear sin parar ("vagabundeo"), rumiaciones de pensamiento y desorientación. Desconocemos la causa de este síndrome, pero aparece con más frecuencia conforme la enfermedad va avanzando.


    Factores favorecedores del síndrome del ocaso

    • Invertir el ritmo circadiano dejándolos dormir durante más horas de la cuenta por el día.
    • Cambios en rutinas habituales.
    • Poca iluminación en el domicilio, porque puede favorecer las alucinaciones visuales.
    • Perder la paciencia con el paciente, fruto del estrés, y agotamiento por sobrecarga del cuidador.

    Consejos que pueden ayudar a manejarlo

    • Programe actividades tales como citas médicas, viajes y baños por la mañana, o por las horas tempranas de la tarde cuando la persona con demencia esté más alerta.
    • Fomentar unas rutinas regulares: misma hora de despertar, comer y acostar.
    • Cuando sea posible, pasar tiempo fuera de casa a la luz del sol.
    • Intentar identificar y anotar posibles circunstancias desencadenantes y otras estabilizadoras (música que les guste, ver fotos, etc.).
    • Hacer las cenas más ligeras para favorecer la digestión.
    • Mantenga la casa bien iluminada cuando oscurezca para ayudar a reducir la confusión (es frecuente que tengan déficits visuales y eso favorezca las alucinaciones).
    • Conseguir regular el sueño del paciente. Es fundamental, ya que interfiere muy seriamente también en el descanso del cuidador y se establece un bucle en el que es difícil salir sin ayuda profesional.

    En qué te puede ayudar el geriatra

    Realizará una valoración geriátrica integral en la que se analizarán posibles factores "ocultos" que puedan estar interfiriendo en estos trastornos. Te enseñará cómo reconducir al paciente en esas circunstancias y ajustará la medicación, si es preciso, para minimizar esos síntomas.

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Sobre este blog

En el blog de la Dra. Fernández Letamendi, queremos acercar el mundo de la Geriatría a nuestros mayores y sus familiares, presentando una especialidad que, hasta no hace mucho tiempo, era desconocida para la mayoría de la población y que cada vez esta tomando más protagonismo, debido al envejecimiento progresivo y a la mayor esperanza de vida de la población.

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