El servicio de psicología de Quirónsalud Marbella ofrece una guía para evitar compras compulsivas ante el ‘Black Friday’

Con las compras prenavideñas, el "viernes negro" ("Black Friday", en inglés), los regalos para las próximas fiestas y las posteriores rebajas, es, sin duda, un buen momento para transmitir algunas recomendaciones para no caer en la adicción a las compras, un impulso irrefrenable que afecta aproximadamente al 3% de la población española.

Toda adicción es un recurso del ser humano para recuperar el equilibrio y sentirse bien. Según Antonio de Dios, jefe del servicio de psicología de Hospital Quirónsalud Marbella, "tenemos una serie de necesidades emocionales y, cuando no se cubren por medios naturales, las sustituimos. Las drogas, el alcohol, la comida y las compras son algunos de los posibles reemplazos de aquello que realmente nos hace sentirnos seguros y queridos. Ante una frustración, una manera de obtener placer rápidamente es ir de compras. La persona adicta compensa de una manera inconsciente el vacío emocional con las cosas que adquiere, supliendo con objetos materiales sus carencias afectivas o emocionales".

Recomendaciones para corregir la impulsividad

Para corregir la impulsividad que domina a los compradores sin control, el jefe de Psicología de Quirónsalud Marbella advierte que "es conveniente esperar unos 20 minutos desde que surge el deseo hasta que se adquiere el objetp y salir de la tienda para volver a entrar más tarde. También recomienda redactar un listado de cosas que se necesitan antes de ir de compras y comprometerse a hacerse solo con loque está anotado".

Perfil del adicto a las compras

El perfil de un adicto a las compras es "una mujer de entre 30 y 50 años, con un déficit afectivo, aunque también los jóvenes tienen un mayor grado de ímpetu que los adultos, así como una falta de autocontrol o responsabilidad económica menor", abunda Antonio de Dios. Además de los marcados prototipos, también influye el hecho de que la sociedad se halle inmersa en el consumismo e inculque que vamos a ser más felices cuanto más gastemos.

Esta adicción llega a convertirse en un problema con consecuencias graves para quien la padece. La patología comienza cuando el impulso por comprar algo supera los mecanismos de control racionales de la persona y se adquieren constantemente productos innecesarios o se gasta más dinero del que se había previsto. Es frecuente que la persona sufra un gran sentimiento de culpabilidad después, al ser consciente de lo que ha hecho y de su pérdida de control, lo que mina su seguridad y su autoestima, convirtiendo la conducta en un círculo vicioso porque cuanto peor se sienta, mayor es el peligro de volver a comprar compulsivamente.

La terapia para esta enfermedad consistiría en encontrar esa parte en la que el paciente se siente vacío y trabajar sobre ella. El objetivo es romper el círculo vicioso, que el afectado se dé cuenta de que en realidad ya tiene lo que busca, por lo que solo tiene que saber identificarlo. Aumentar la seguridad en uno mismo y la sensación de que no se necesitar poseer para sentirse valioso.