La parálisis facial es una condición que afecta mucho más que a la sonrisa

La parálisis facial es una condición que afecta mucho más que a la sonrisa

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29 de septiembre de 2025
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La parálisis facial es un trastorno que va mucho más allá de la pérdida de movimiento en un lado de la cara. Esta alteración del nervio facial no solo limita funciones vitales como el parpadeo, la masticación o la dicción, sino que también compromete la capacidad de comunicar emociones, con un gran impacto psicológico y social.

Se estima que la forma más frecuente, la parálisis de Bell, afecta a unas 30 personas por cada 100.000 habitantes al año. Aunque muchos pacientes logran recuperarse de manera espontánea, entre un 20% y un 30% sufren secuelas que pueden condicionar de forma duradera su calidad de vida.

Dra. Mabel Falguera UcedaImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoDra. Mabel Falguera Uceda"El rostro es nuestra principal herramienta de comunicación. Cuando un paciente no puede sonreír o cerrar el ojo, no solo pierde función; también se ve alterada su identidad y la forma en que se relaciona con los demás", explica la doctora Mª Isabel Falguera, especialista de la Unidad de Parálisis Facial del Servicio de Cirugía Oral, Maxilofacial e Implantología del Hospital Universitario La Luz.

La parálisis facial puede deberse a múltiples factores como infecciones virales, traumatismos, cirugías en cabeza y cuello, tumores o enfermedades congénitas. Según la especialista, el síntoma más evidente es la imposibilidad de mover parte de la cara, lo que se acompaña con frecuencia de alteraciones en el gusto, lagrimeo, sensibilidad al sonido o dificultades para hablar y comer.

"En los casos recientes, menos de dos años de evolución, es posible recurrir a técnicas microquirúrgicas que permiten reconectar nervios o transferir ramas nerviosas sanas para preservar la función muscular", explica la experta en reconstrucción microquirúrgica.

"El tiempo es determinante: si el nervio deja de enviar estímulos durante demasiado tiempo, el músculo se atrofia y pierde su capacidad de respuesta. Actuar de forma precoz abre la puerta a los mejores resultados", subraya el doctor Antonio Fernández, miembro del equipo especializado en parálisis facial de la unidad del Servicio de Cirugía Oral, Maxilofacial e Implantología del centro hospitalario madrileño.

Manejo de secuelas y nuevos abordajes

Dr. Antonio FernándezImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoDr. Antonio FernándezCuando la parálisis es de larga evolución, el tratamiento se centra en técnicas dinámicas y estáticas para mejorar la simetría y recuperar funciones. Entre ellas se incluyen injertos musculares desde otras partes del cuerpo, procedimientos oculoplásticos para proteger el ojo o técnicas complementarias como infiltraciones de grasa o toxina botulínica.

Uno de los campos más innovadores es el tratamiento de las sincinesias, que son movimientos involuntarios que acompañan a gestos como sonreír, tradicionalmente consideradas poco tratables.

"Hoy podemos reentrenar los músculos y, en casos seleccionados, aplicar cirugías avanzadas que reequilibran la función nerviosa. Esto abre una esperanza real para pacientes que antes tenían que resignarse a convivir con estas secuelas", detalla la doctora Falguera.

La importancia de la unidad especializada

El seguimiento estrecho por parte de un equipo multidisciplinar resulta esencial para detectar complicaciones y adaptar los tratamientos. Según el doctor Néstor Montesdeoca, jefe adjunto de Servicio de Cirugía Oral, Maxilofacial e Implantología del Hospital Universitario La Luz, "en muchos centros los pacientes no cuentan con un seguimiento específico, y eso puede retrasar tratamientos importantes, sobre todo en los primeros seis meses tras la aparición de la parálisis".

El doctor José Luis Cebrián, jefe de Servicio, destaca la relevancia de contar con un equipo especializado. "La parálisis facial no es solo un problema estético, sino también funcional y emocional. Requiere la atención de especialistas con experiencia en microcirugía y rehabilitación para favorecer una recuperación integral".

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