Absceso dental
Información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos más habituales de la acumulación de pus en los dientes o encías.
Síntomas y causas
Un absceso dental surge cuando se acumula pus en un diente o el tejido que le rodea como consecuencia de una infección bacteriana. Este exudado, compuesto de tejido infectado y células muertas, puede acumularse en una cavidad ya existente o en el interior de un saco de nueva formación.
Dependiendo de la zona en la que aparezca, puede ser de tres tipos:
- Absceso periapical: es el más frecuente. Se localiza en la raíz de la pieza dental.
- Absceso gingival: se forma en la encía sin llegar a otros tejidos más profundos.
- Absceso periodontal: está ubicado en los tejidos que soportan el diente (periodonto), que son el hueso alveolar, el ligamento periodontal, el cemento radicular y la encía. Aunque es menos común, es más difícil de tratar.
El pronóstico de un absceso dental suele ser bueno si se recibe el tratamiento adecuado. Sin embargo, si no se detecta a tiempo y la infección se extiende puede tener complicaciones graves.
Síntomas
Los síntomas habituales del absceso dental son:
- Dolor intenso.
- Sensibilidad al masticar o morder, sobre todo alimentos muy fríos o calientes.
- Inflamación de la base de la boca, la mandíbula o la mejilla (flemón).
- Malestar general.
- Fiebre no superior a 38 °C.
- Dificultad para abrir la boca.
- Mal aliento.
- Dolor de cabeza, oído o garganta.
- Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.
Causas
La causa principal de un absceso dental es una infección bacteriana que puede producirse por diferentes motivos:
- Caries: orificios que se forman en los dientes o las muelas y favorecen la acumulación de bacterias.
- Gingivitis: infección e inflamación de las encías.
- Periodontitis: es una etapa avanzada de la gingivitis en la que la infección llega al hueso alveolar que sostiene las piezas dentales.
- Traumatismo: si un diente o una muela se rompe como consecuencia de un golpe y el tejido de la pulpa se necrosa, se propicia la proliferación de bacterias.
Factores de riesgo
El riesgo de que se forme un absceso dental es mayor en estos casos:
- Higiene bucodental inadecuada.
- Consumo excesivo de bebidas y alimentos azucarados.
- Sequedad en la boca, ya que la saliva reduce el riesgo de caries.
- Tabaquismo.
- Diabetes.
Complicaciones
El absceso dental produce complicaciones cuando la infección se extiende y puede provocar:
- Pérdida de la pieza dental.
- Si la infección es persistente, quistes crónicos.
- Infección del hueso maxilar (osteomielitis)
- Infección en el cuello, caracterizada por la inflamación de los ganglios linfáticos.
- En raras ocasiones, infección cerebral.
- Sepsis: infección generalizada que puede llegar a ser mortal.
Prevención
Para prevenir los abscesos dentales, se recomienda:
- Cepillar los dientes durante dos minutos después de cada comida.
- Utilizar hilo dental todos los días.
- No tomar alimentos azucarados.
- Hacerse limpiezas dentales de forma regular.
- Acudir a revisiones odontológicas periódicas.
¿Qué médico trata el absceso dental?
El absceso dental es una patología propia de la especialidad de odontología yen algunos casos cirugía oral y maxilofacial.
Diagnóstico
El diagnóstico del absceso dental es eminentemente clínico. Tras estudiar el historial del paciente y sus síntomas, el especialista hace una exploración física para:
- Observar el aspecto de las piezas dentales y las encías en busca de signos de infección (inflamación, enrojecimiento, pus).
- Comprobar la sensibilidad de los dientes golpeándolos suavemente.
Para confirmar las sospechas de la existencia de un absceso, se hace una radiografía en la que se puede ver el interior del diente y el hueso. Esta prueba permite conocer la extensión de la infección.
Tratamiento
El tratamiento de un absceso dental combina el uso de medicamentos con un procedimiento odontológico:
- Tratamiento farmacológico: se administran antibióticos para eliminar la infección. Además, suelen prescribirse analgésicos para calmar el dolor.
- Tratamiento odontológico: se elige la técnica más adecuada dependiendo del tipo de absceso y su gravedad:
- Drenaje: se hace un corte para que el pus salga al exterior y se alivie la presión en los tejidos.
- Endodoncia: se practica un agujero en el diente para extraer la parte de la pulpa dañada y limpiar el conducto radicular.
- Extracción: si la pieza está muy dañada, se extrae por completo.



































