Alopecia

Todo sobre las causas, los síntomas, los factores de riesgo y los tratamientos para la calvicie.

Síntomas y causas

La alopecia o calvicie es la pérdida anormal de cabello tanto en hombres como en mujeres. Esta afección se da con mayor frecuencia en el cuero cabelludo, pero también puede afectar a otras zonas del cuerpo, como las cejas, las pestañas, las axilas, la barba o los genitales.

La caída del pelo es normal en el ciclo de crecimiento del cabello, en general, se pierden entre 50 y 100 pelos al día que se sustituyen por otros que nacen de folículos pilosos nuevos. Esta pérdida se considera patológica cuando se pierde un volumen superior de cabello o la pérdida es normal, pero no se sustituye

Dependiendo de sus características, existen tipos muy diferentes de calvicie:

  • Alopecia no cicatricial: los folículos pilosos se dañan, pero no se destruyen, es potencialmente reversible.
    • Alopecia androgénica o calvicie común: se desarrolla de forma paulatina, comenzando con un afinamiento del pelo y terminando con la destrucción completa del bulbo capilar, que impide el crecimiento de cabello nuevo.
      • Alopecia androgénica masculina: es la más frecuente. Se caracteriza por la pérdida de densidad capilar y presentar un patrón característico (se pierde el pelo en la parte superior de la cabeza mientras se mantiene en los lados).
      • Alopecia androgénica femenina: se pierde densidad y aparecen zonas clareadas, normalmente, en la parte superior de la cabeza.
  • Alopecia difusa: se manifiesta de forma generalizada, el cabello se cae por igual en todas las zonas capilares.
  • Alopecia areata: es una alopecia focal, que se limita a una zona concreta del cuero cabelludo.
  • Alopecia traumática: es la consecuencia de lesiones en el cuero cabelludo debido al comportamiento directo del paciente.
  • Efluvio telógeno: la caída del cabello es temporal, pero muy llamativa, ya que se pierden mechones completos de forma repentina. Pasado un tiempo, el pelo vuelve a crecer de forma natural o con ayuda de un tratamiento específico.
  • Alopecia cicatricial: los folículos pilosos se destruyen y son sustituidos por tejido cicatricial, más fibroso de lo normal. Es una afección poco frecuente. Puede ser irreversible.

El pronóstico de la calvicie varía dependiendo de las causas que la propicien. Las alopecias cicatriciales son permanentes, mientras que las alopecias no cicatriciales se pueden revertir.

Síntomas

Los síntomas son diferentes dependiendo del tipo de alopecia que se padezca. Los más significativos son:

  • Alopecia androgénica: el cabello se vuelve más fino y se pierde de forma gradual, normalmente, en la parte frontal y superior del cuero cabelludo.
  • Alopecia difusa: se manifiesta de forma generalizada, el cabello se cae por igual en todas las zonas capilares.
  • Alopecia areata: se forman parches redondos sin cabello que, al evolucionar, pueden causar una pérdida total de pelo.
  • Alopecia traumática: comienza con la pérdida de cabello en los laterales, detrás de las orejas y en la coronilla. Se produce una ligera inflamación en el cuero cabelludo, que lo vuelve más sensible. Puede sentirse picazón y dolor de cabeza.
  • Efluvio telógeno: se pierde el pelo significativamente de repente, incluso a mechones, por lo que el volumen disminuye e, incluso, se puede ver el cuero cabelludo.
  • Alopecia cicatricial por liquen plano: se forman protuberancias de color rojo en el cuero cabelludo que producen picor. El pelo se cae paulatinamente.
  • Alopecia frontal fibrosante: solamente afecta a la parte delantera del cuero cabelludo, por lo que la línea del cabello retrocede y se pierde pelo de las cejas.

Causas

Las causas de la alopecia son muy variadas:

  • Alopecia no cicatricial:
    • Alopecia androgénica: se debe a factores genéticos y hormonales, que producen mayor sensibilidad a las hormonas androgénicas. La dihidrotestosterona (DHT) disminuye el tamaño de los folículos capilares y aumenta la producción de sebo, por lo que el cabello se vuelve más débil y, finalmente, deja de nacer.
    • Alopecia difusa: suele estar provocada por trastornos endocrinos, desequilibrios hormonales, tratamientos farmacológicos o deficiencias nutricionales.
    • Alopecia areata: es una enfermedad autoinmune en la que el propio organismo ataca a los folículos pilosos.
    • Alopecia traumática: causada por malos hábitos de peinado o trastornos mentales, como el estrés o la tricotilomanía (hábito de arrancarse el pelo).
    • Efluvio telógeno: alteración del ciclo de crecimiento del pelo que puede deberse a cambios hormonales, estrés, deficiencias nutricionales, determinados medicamentos o infecciones.
    • Alopecia cicatricial: puede deberse a tres causas principales.
      • Alopecia primaria: los folículos pilosos se dañan o desaparecen debido a una alteración en su desarrollo o por causas hereditarias.
      • Alopecia adquirida: es una consecuencia de determinados tipos de dermatosis:
        • Liquen plano pilar: enfermedad autoinmune que destruye los folículos pilosos.
        • Alopecia frontal fibrosante: los folículos pilosos de la parte delantera del cuero cabelludo se destruyen por el sistema inmunitario por causas desconocidas.
        • Síndrome de Graham Little: enfermedad de la piel cuyos síntomas incluye la formación progresiva de tejido cicatricial en el cuero cabelludo.
  • Alopecia secundaria: los folículos pilosos se dañan como consecuencia de una infección, enfermedades como la tiña o los tumores cancerosos, quemaduras o tratamientos médicos, como la radioterapia.

Factores de riesgo

Algunos de los factores que aumentan el riesgo de tener alopecia son:

  • Antecedentes familiares.
  • Estrés físico y psicológico.
  • Lupus.
  • Diabetes.
  • Radioterapia.
  • Quimioterapia.
  • Déficits nutricionales (falta de hierro, zinc, biotina, vitaminas D, B12, proteínas).
  • Cambios o desequilibrios hormonales (embarazo, menopausia, síndrome de ovario poliquístico, hipotiroidoismo).
  • Infecciones por hongos, especialmente la tiña tonsurante.
  • Tratamientos farmacológicos: algunos medicamentos antiinflamatorios, antidepresivos, anticoagulantes o antibióticos.
  • Trastornos de la alimentación.

Complicaciones

Las complicaciones más frecuentes de la calvicie son:

  • Mayor exposición de la piel a la luz solar.
  • Hipersensibilidad del cuero cabelludo.
  • Cambios en la personalidad.
  • Falta de autoestima.
  • Aislamiento social.
  • Depresión.
  • Ansiedad.

Prevención

En la mayoría de los casos, la alopecia no se puede prevenir.

Para que el cabello se mantenga sano, se aconseja peinarlo con suavidad, evitar el calor excesivo, no tensarlo en exceso y protegerlo de la luz solar.

¿Qué médico trata la alopecia?

Los especialistas en dermatología médico-quirúrgica y venereología son quienes diagnostican y tratan la alopecia.

Diagnóstico

El diagnóstico de la calvicie, en concreto del tipo de alopecia específico que presenta el paciente, requiere un estudio pormenorizado del historial médico y familiar del paciente, así como de los síntomas que presenta.

Entre las pruebas más habituales, están:

  • Reconocimiento físico: se observa el cuero cabelludo, la distribución del pelo y consistencia del cabello. Además, se revisan otras zonas del cuerpo en las que crece el vello para comprobar su estado.
  • Evaluación de Hamilton-Norwood: se utiliza para categorizar y medir el grado de pérdida capilar. El nivel I es el estado normal y el nivel VII, el máximo, es la falta de cabello en la coronilla y la parte frontal del cuero cabelludo.
  • Prueba de tracción: el especialista tira con suavidad de varios cabellos para comprobar cuántos se desprenden. Es un procedimiento útil para determinar en que etapa de desprendimiento se encuentra el pelo.
  • Análisis de sangre: ofrece información sobre el estado general de salud del paciente y sirve para detectar algunas patologías que pueden provocar la caída del cabello.
  • Tricoscopia: se analizan el cuero cabelludo y los folículos pilosos con un microscopio especial en busca de indicios de debilitamiento o daño.
  • Biopsia del cuero cabelludo: se toma una muestra de piel y se estudia en el microscopio junto con las raíces de algunos cabellos que se arrancan en el mismo procedimiento. Esta técnica permite saber si hay una infección.

Tratamiento

Para encontrar el tratamiento más adecuado para cada persona, los especialistas llevan a cabo un estudio farmacogenético en el que analizan los diferentes factores que influyen en la alopecia. Con esta información y teniendo en cuenta las necesidades del paciente, se establece una terapia individualizada. Entre las más eficaces, están:

  • Alopecia androgénica: se pueden utilizar abordajes diferentes:
    • Medicación tópica (minoxidil): fomentan el crecimiento del cabello y evita que los folículos se vuelvan más pequeños.
    • Fármacos orales (antiandrógenos): ralentizan la pérdida de cabello y estimulan el crecimiento.
    • Mesoterapia capilar: se inyectan antiandrogénicos en el cuero cabelludo mediante micropunciones para que actúen directamente en la raíz del folículo.
    • Mesoterapia con plasma rico en plaquetas (PRP): se obtiene el PRP de la sangre del paciente y se infiltra en el cuero cabelludo para contribuir a la regeneración de los tejidos y, por lo tanto, frenar la caída del cabello.
    • Trasplante capilar: se extrae pelo del paciente, de las zonas donde se produce adecuadamente, y se injerta en las zonas donde se ha perdido.
  • Alopecia difusa: responde adecuadamente a los tratamientos farmacológicos o con mesoterapia descritos anteriormente. Sin embargo, el injerto capital no es una opción adecuada en este caso.
  • Alopecia areata: el tratamiento farmacológico (corticoesteroides, antralina, mioxidil) es el más eficaz en este caso. Se puede administrar vía tópica, oral o intradérmica.
  • Alopecia traumática: suele remitir con un cambio en el estilo de vida y con tratamiento psicológico, en los casos más graves.
  • Efluvio telógeno: en la mayoría de los casos, el cabello vuelve a crecer de forma natural cuando se trata la causa subyacente. Si la alopecia persiste, se recurre a tratamiento farmacológico o mesoterapia.
  • Alopecia cicatricial por liquen plano: los corticoides, los inmunosupresores o los retinoides son medicamentos que ralentizan la evolución de la enfermedad, que no se puede curar.
  • Alopecia frontal fibrosante: esta afección no tiene cura, pero se puede frenar su avance con medicamentos antiinflamatorios o que reducen los niveles de DHT.
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