Cáncer de próstata

¿Cuál es la esperanza de vida del cáncer de próstata? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de esta enfermedad.

Síntomas y causas

El cáncer de próstata es un crecimiento anormal y descontrolado de las células de la próstata, una glándula del sistema reproductor masculino encargada de producir el líquido seminal. Generalmente, se trata de un adenocarcinoma desarrollado a partir de las células glandulares prostáticas.

El de próstata es el tipo de cáncer más frecuente en hombres. Normalmente tiene un crecimiento lento y permanece limitado a la glándula prostática, sin causar daños graves y con una tasa de curación extremadamente alta. No obstante, en ocasiones puede ser agresivo y diseminarse con rapidez.

Síntomas

El cáncer prostático puede no presentar síntomas en sus estadios iniciales. A media que el cáncer avanza, pueden aparecer los siguientes:

  • Micción frecuente, especialmente durante la noche.
  • Dificultad para empezar a orinar.
  • Dolor al orinar.
  • Dificultad para vaciar la vejiga por completo.
  • Pérdida de fuerza en el flujo urinario.
  • Interrupción del flujo de orina.
  • Sangre en la orina o en el semen.
  • Disfunción eréctil.
  • Eyaculación dolorosa.
  • Incontinencia fecal.

Si el cáncer se disemina a otras partes del cuerpo, pueden manifestarse síntomas adicionales:

  • Dolor de espalda, cadera, pelvis u otros huesos que no desaparece.
  • Cansancio constante.
  • Taquicardia.
  • Mareos.
  • Palidez.
  • Pérdida de apetito y de peso.
  • Debilidad en piernas y pies.

Causas

El origen del crecimiento descontrolado de las células glándulares está en mutaciones producidas en el ADN de las células que alteran su proceso de división y crecimiento. Estas células se acumulan formando tumores que invaden los tejidos cercanos. Sin embargo, la causa que desencadena las alteraciones celulares se desconoce. No obstante, se ha relacionado el cáncer de próstata con la mutación hereditaria de genes específicos, como los genes HOXB13, HPC1, MSH2, MSH6, RNASEL, BRCA1 o BRCA2, entre otros, vinculados a la reparación y muerte celular.

Algunos estudios, además, sugieren la existencia de afecciones precancerosas que pueden favorecer el desarrollo del cáncer de próstata:

  • Neoplasia prostática intraepitelial: crecimiento no canceroso de las células que resvisten las superficies internas y externas de la próstata.
  • Atrofia inflamatoria proliferativa: lesión localizada en la zona periférica de la glándula, acompañada de inflamación y de células epiteliales más pequeñas de lo normal y altamente proliferativas.

Factores de riesgo

Estos son los factores que aumentan las probabilidades de padecer cáncer de próstata:

  • Edad: es más frecuente a partir de los 50 años.
  • Antecedentes familiares de cáncer de próstata o cáncer de mama.
  • Obesidad: aumenta el riesgo de que el cáncer sea agresivo o recurra.
  • Tabaquismo: fumar aumenta la secreción hormonal, lo favorece el crecimiento del tumor.

Complicaciones

La metástasis es la complicación más grave del cáncer de próstata, ya que puede extenderse a órganos cercanos, como las vesículas seminales, la vejiga o el recto, pudiendo causar incontinencia o disfunción eréctil. Asimismo, puede expandirse a órganos lejanos a través de la sangre o el sistema linfático. Además, un cáncer de próstata con metástasis, aunque puede controlarse con tratamiento, no es probable que se cure. Aun así, el pronóstico del cáncer de próstata es bueno y la tasa de supervivencia es muy alta.

Prevención

Se puede actuar contra algunos de los factores de riesgo del cáncer de próstata tomando las siguientes medidas:

  • Alimentación sana y equilibrada, rica en vegetales y cereales integrales y con bajo contenido en grasas, azúcares y alimentos procesados.
  • Actividad física regular.
  • Rango de peso saludable.
  • Revisiones prostáticas periódicas a partir de los 50 años (de los 45 si existen antecedentes familiares).

¿Qué médico trata el cáncer de próstata?

El cáncer de próstata se diagnostica y se trata en las unidades de urología y oncología médica y radioterápica.

Diagnóstico

Las pruebas más habituales para detectar el cáncer de próstata son las siguientes:

  • Análisis de sangre: se miden los niveles del antígeno prostático específico (PSA), una proteína producida por la próstata. Unos niveles elevados pueden ser indicativos de cáncer, aunque también pueden indicar inflamación o agrandamiento benigno de la próstata.
  • Tacto rectal: palpación de la próstata a través del recto para detectar bultos, endurecimientos o anomalías en la forma, el tamaño o la textura de la glándula.
  • Ecografía transrectalEcografía transrectalEcografía : mediante una sonda de ultrasonidos introducida por el recto, se toman imágenes de la glándula prostática.
  • Resonancia magnética: si la ecografía no es concluyente, con la resonancia se pueden mostrar imágenes más detalladas de la próstata y los tejidos circundantes.
  • Biopsia prostática: se extrae y se analiza una muestra del tejido prostático para determinar la presencia de células cancerosas. Se introduce una aguja a través del recto o el perineo guiada por ecografía o resonancia.
  • Estudios por imagen: para determinar la diseminación del cáncer a otros órganos a los huesos, se utilizan pruebas como la tomografía computarizada, la tomografía por emisión de positrones o la gammagrafía óseaGammagrafía óseaGammagrafía .

Tratamiento

El tratamiento del cáncer de próstata se aplica en función del estadio del cáncer y del estado físico del paciente:

  • Vigilancia activa: en cánceres poco agresivos que no cursan síntomas o cuando el paciente no puede recibir tratamiento, se realiza un seguimiento mediante exploraciones físicas, analíticas de PSA, resonancias y biopsias.
  • Cirugía: consiste en la extracción de la próstata y parte de los tejidos circundantes. A veces es necesario extraer los ganglios linfáticos pélvicos. Puede practicarse una cirugía abierta mediante una incisión en el abdomen o realizar la extracción por laparoscopia, insertando una microcámara con instrumentos quirúrgicos a través de pequeñas incisiones. El procedimiento de laparoscopia puede ser asistido por robot.
  • Radioterapia: se aplica energía de alta potencia para destruir las células cancerosas. Existen dos opciones:
    • Radioterapia externa: una máquina emite la radiación hacia la zona afectada.
    • Braquiterapia: se colocan fuentes radiactivas directamente en el tejido prostático. Se utiliza cuando el cáncer está localizado.
  • Terapia hormonal: se administran fármacos que inhiben la producción de testosterona o bloquean la función de los andrógenos. Se utiliza en cánceres avanzados y metastásicos en combinación con la radioterapia. Se puede recurrir a la extirpación total de los testículos (orquiectomía) para detener radicalmente la producción de testosterona, pero es una operación permanente e irreversible.
  • Terapia dirigida: en caso de cáncer de próstata recurrente que no responde a la terapia hormonal, se administran medicamentos que identifican anomalías concretas de las células cancerosas y pueden atacarlas.
  • Quimioterapia: también en casos avanzados que no responden a las anteriores terapias. Se administran medicamentos por vía oral o intravenosa que eliminan las células cancerosas de crecimiento rápido, aunque también afecta a las células sanas. Suele aplicarse en combinación con la terapia hormonal.
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