Carcinoma basocelular

¿Qué tipos de carcinoma basocelular existen? Información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos para esta enfermedad.

Síntomas y causas

El carcinoma basocelular es uno de los tipos de cáncer de piel más frecuentes. Comienza en las células basales, que son las encargadas de crear células nuevas cuando las viejas mueren. Se manifiesta especialmente en zonas que suelen estar expuestas al sol, ya que una de sus causas principales es el exceso de rayos ultravioleta.

Teniendo en cuenta sus características y su comportamiento, los carcinomas basocelulares se dividen en cuatro tipos:

  • Carcinoma basocelular nodular: es el más frecuente. Se manifiestan en forma de nódulos pequeños y firmes que pueden ser rosados o transparentes junto con la dilatación de los vasos sanguíneos cercanos. También es común que presenten costras o úlceras.
  • Carcinoma basocelular pigmentado: forma pápulas de color negro, marrón o azul con una superficie lisa y brillante.
  • Carcinoma basocelular esclerodermiforme: su aspecto es similar al de una cicatriz con los límites difusos.
  • Carcinoma basocelular ulcerado: se producen úlceras, normalmente con costras elevadas, de color perlado y con una consistencia firme.

Gracias a su crecimiento lento y a las bajas probabilidades de que produzca metástasis, el carcinoma basocelular tiene un buen pronóstico y los pacientes se curan después de extirpar las células cancerosas y recibir el tratamiento adecuado.

Síntomas

Los síntomas más característicos de los carcinomas basocelulares son:

  • Protuberancias en la piel: dependiendo del subtipo al que pertenezca, puede tratarse de una lesión marrón, negra, azul, blanca o brillante.
  • Telangiectasia: dilatación de los vasos sanguíneos más finos de la piel (en la mayoría de las ocasiones).
  • Parche escamoso (en algunos casos).

Causas

La principal causa de los carcinomas basocelulares es la exposición excesiva al sol o a fuentes artificiales de rayos ultravioleta (UV) sin la protección adecuada.

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar carcinomas de células basales son:

  • Pasar mucho tiempo al sol, especialmente si no se utiliza protección.
  • Utilizar cabinas de autobronceado.
  • Tener la piel clara.
  • Contar con antecedentes familiares de cáncer de piel.
  • Haberse sometido a tratamientos de radioterapia con anterioridad.
  • Determinadas enfermedades genéticas, por ejemplo, el xeroderma pigmentoso.

Complicaciones

Aunque no es muy habitual, los carcinomas basocelulares pueden metastatizar a otras partes del cuerpo (a los huesos o los ganglios linfáticos principalmente) o favorecer el desarrollo de otro tipo de cáncer de piel.

Prevención

La mejor forma de prevenir el carcinoma de células basales es:

  • Evitar la exposición al sol, especialmente en las horas centrales del día.
  • Utilizar alta protección frente a los rayos UV durante todo el año y, en los momentos de más potencia solar, sombreros y ropa que cubra el cuerpo.
  • No utilizar cabinas de autobronceado.
  • Realizar una inspección ocular de los lunares y las verrugas para detectar posibles cambios de forma, textura y color.

¿Qué médico trata el carcinoma basocelular?

El carcinoma basocelular se diagnostica y se trata por los especialistas en Oncología Médica, Oncología Radioterápica y Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología.

Diagnóstico

El proceso de diagnóstico del carcinoma de células basales consiste en:

  • Anamnesis e historial del paciente: en esta fase, el especialista se centra en conocer los cambios que hayan sufrido las manchas ya presentes en la piel o las que se hayan formado recientemente.
  • Exploración física de todos los lunares y, especialmente, de la zona sospechosa de presentar células cancerosas.
  • Biopsia: se toma una muestra de tejido y se analiza en el laboratorio para detectar la presencia de malignidad.

Tratamiento

El tratamiento de los carcinomas basocelulares consiste en la extirpación de las células cancerosas y, también, de algunas de las sanas que rodean a las malignas. Dependiendo del tamaño y las características, se recurre a diferentes técnicas. Las más utilizadas son:

  • Escisión quirúrgica: es la más elegida porque permite eliminar el tumor por completo con la ayuda de un bisturí y, además, hacer un estudio posterior en el que se determina si los bordes carecen de células cancerosas. Si se retira una extensión grande de piel, se colocan injertos para cubrirla.
  • Curetaje y electrocoagulación: se retira la zona afectada con una cureta, que es un instrumento de raspado, y se eliminan los restos que queden en la piel con la ayuda del calor que produce una corriente eléctrica.
  • Criocirugía: cuando el tumor es pequeño, se puede congelar con nitrógeno líquido.
  • Imiquimod: es un fármaco que se utiliza frente a lesiones pequeñas para estimular el sistema inmunitario del paciente.
  • Radioterapia: se recurre a la radiación de rayos X o gamma cuando los tratamientos anteriores no han sido eficaces.
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