Colecistitis
¿Por qué se produce la colecistitis? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de esta afección.
Síntomas y causas
Se denomina colecistitis a la inflamación de las paredes de la vesícula biliar, un pequeño órgano ubicado bajo el hígado que se encarga de almacenar la bilis producida en el hígado y liberarla en el intestino delgado durante el proceso digestivo.
Según su forma de presentación, existen dos tipos de colecistitis:
- Colecistitis aguda: proceso inflamatorio repentino.
- Colecistitis aguda litiásica: el tipo más común, asociado a la formación de cálculos o piedras biliares.
- Colecistitis aguda alitiásica o acalculosa: forma poco frecuente pero muy grave de la enfermedad y que tiene diferente origen.
- Colecistitis enfisematosa: la inflamación va acompañada de la presencia de gas en la pared o en la cavidad de la vesícula biliar. También es un tipo muy inusual y potencialmente mortal.
- Colecistitis crónica: inflamación de larga duración, generalmente derivada de episodios recurrentes de colecistitis aguda.
Síntomas
Los síntomas frecuentes de la colecistitis son los siguientes:
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen, que puede extenderse al hombro derecho o la espalda y empeora al ejercer presión sobre el abdomen. Es muy intenso y persistente en la forma aguda de la enfermedad, mientras que en la forma crónica tiene menor intensidad y duración.
- Náuseas y vómitos.
- Fiebre y escalofríos, si se trata de colecistitis aguda.
- Hinchazón abdominal, en el caso de colecistitis aguda alitiásica.
Causas
Tanto la colecistitis aguda litiásica como la colecistitis crónica se derivan principalmente de la colelitiasis, esto es, de la formación de cálculos en la vesícula biliar. La inflamación se desarrolla cuando un cálculo obstruye el conducto cístico, la vía que une la vesícula con el conducto hepático. Esto interrumpe el flujo de bilis, que se acumula en la vesícula provocando irritación e inflamación y, habitualmente, desarrollando una infección bacteriana. Si, una vez resuelta la colecistitis aguda, se presentan recurrencias, se desarrolla la colecistitis crónica: el daño repetido en la vesícula biliar hace que se forme tejido cicatricial (fibrosis) y la vesícula reduzca su tamaño.
La obstrucción del conducto cístico también puede producirse por el barro biliar, o arenilla, formado por partículas diminutas de colesterol y sales de calcio que espesan la bilis. En raras ocasiones, el causante de la obstrucción puede ser un tumor.
La colecistitis alitiásica, por su parte, no presenta cálculos biliares, sino que es secundaria a otros procesos:
- Cirugías mayores, especialmente las de tipo cardiaco o vascular.
- Traumatismos intensos o grandes quemaduras.
- Sepsis.
- Alimentación intravenosa o ayuno muy prolongados.
- Trastornos del sistema inmunitario.
- Postparto.
- Trastornos inflamatorios vasculares, como lupus eritematoso sistémico o poliarteritis nodosa.
- Infecciones víricas.
La formación de gas de la colecistitis enfisematosa tiene su origen en una colecistitis aguda donde actúan diferentes microorganismos infecciosos, principalmente Escherichia coli o Clostridium perfringes.
Factores de riesgo
Entre los factores que aumentan el riesgo de padecer una colecistitis se encuentran:
- Sexo: es más frecuente en mujeres.
- Edad avanzada.
- Embarazo o terapia hormonal: los estrógenos favorecen la formación de cálculos.
- Obesidad.
- Diabetes.
- Procesos asociados a colecistitis alitiásica.
Complicaciones
La complicación más común de la colecistitis es la gangrena de los tejidos de la vesícula biliar (denominada colecistitis gangrenosa), que puede derivar en una perforación de la pared de la vesícula, a través de la cual el contenido vesicular se libere en la cavidad abdominal causando su inflamación (peritonitis). Se trata de una situación grave que tiene una alta tasa de mortalidad, principalmente porque sus síntomas suelen ser indistinguibles de la colecistitis sin perforación, lo que lleva a un diagnóstico tardío. La perforación es particularmente habitual en la colecistitis aguda alitiásica, ya que tiene una progresión más rápida. La colecistitis enfisematosa, por su parte, tiene también más riesgo de perforación y, además, una probabilidad muy alta de desarrollar un shock séptico.
La fibrosis de la vesícula producida por la colecistitis crónica puede ocasionar una calcificación extensa de las paredes vesiculares y su consiguiente endurecimiento. Esta condición, denominada vesícula en porcelana, tiene un elevado índice de degeneración maligna y es un factor de riesgo para el cáncer de vesícula.
Prevención
Para reducir el riesgo de desarrollar una colecistitis es necesario prevenir la formación de cálculos biliares. Para ello, se debe mantener un peso saludable, llevar una dieta rica en vegetales y fibra y evitar las grasas.
¿Qué médico trata la colecistitis?
La colecistitis se diagnostica y se trata en las unidades de Gastroenterología y Cirugía General y del Aparato Digestivo.
Diagnóstico
Ante la presencia de síntomas característicos, se realizan las siguientes pruebas para confirmar la colecistitis:
- Ecografía abdominalEcografía abdominalEcografía : las imágenes tomadas mediante ultrasonidos pueden mostrar la presencia de cálculos biliares, el engrosamiento de las paredes vesiculares, la fibrosis y la acumulación de líquido en la cavidad abdominal, así como la forma y el tamaño de la vesícula.
- Tomografía computarizada abdominal: esta prueba ofrece imágenes por rayos X de gran precisión en las que se pueden observar las perforaciones y la presencia de gas en la vesícula.
- Gammagrafía biliar: consiste en inyectar una sustancia radioactiva, o radionúclido, que se adhiere a las células productoras de bilis, y observar su desplazamiento por los conductos biliares mediante una cámara de rayos gamma. Así, se muestra cualquier obstrucción de las vías.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento para la colecistitis requieren hospitalización e incluyen las siguientes:
- Ayuno para evitar la sobrecarga de la vesícula biliar.
- Administración intravenosa de líquidos y electrolitos para evitar la deshidratación.
- Analgésicos, como antiinflamatorios no esteroideos u opioides, para aliviar el dolor.
- Antibióticos para combatir la infección o prevenir su aparición.
- Colecistectomía: extirpación quirúrgica de la vesícula biliar. Puede hacerse por cirugía abierta, mediante una gran incisión en el abdomen, o, más habitualmente, por laparoscopia, practicando pequeñas incisiones en el abdomen por las cuales se insertan el laparoscopio y el instrumental quirúrgico.
- Colangiopancreatografía retrógrada endoscópicaColangiopancreatografía retrógrada endoscópicaColangiopancreatografía : consiste en eliminar los cálculos biliares mediante el uso de un endoscopio que incorpora una cámara, a través del cual se pasa el instrumental necesario para romper o extraer los cálculos. Este procedimiento suele ser necesario antes de la cirugía si los cálculos biliares han llegado a obstruir el conducto colédoco (el conducto que conecta el hígado y la vesícula biliar con el intestino delgado).
- Colecistostomía: drenaje de la vesícula biliar para evitar que la infección se disemine. Se puede realizar de forma percutánea, introduciendo un tubo a través de la pared abdominal hasta la vesícula biliar, o endoscópica, pasando un endoscopio por la garganta.