Costocondritis
Todo sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de la inflamación del cartílago costal.
Síntomas y causas
La costocondritis es la inflamación del cartílago costal, que es el encargado de conectar las costillas con el esternón. Cuando se presenta una hinchazón palpable que a veces llega a deformar el cartílago, la patología se conoce como síndrome de Tietze. Aunque tienen algunas diferencias, es frecuente asimilarlas como una misma enfermedad.
Por norma general, el síndrome de Tietze solamente afecta a una articulación (la segunda o la tercera costilla), mientras que la costocondritis daña a varias al mismo tiempo (con mayor frecuencia las costillas tercera, cuarta y quinta).
La costocondritis es una enfermedad poco frecuente que, en la mayoría de los casos, tiene un pronóstico favorable. Aunque la persistencia de los síntomas varía de un paciente a otro, suelen desaparecer por completo con el tratamiento adecuado.
Síntomas
Los síntomas habituales de la costocondritis son:
- Dolor agudo en un lado del esternón que empeora con el movimiento.
- En ocasiones, dolor que se extiende a los hombros y los brazos.
- Sensación de presión en el pecho.
Cuando está acompañado del síndrome de Tietze, también se presenta:
- Hinchazón en una zona localizada del pecho.
- Enrojecimiento de la piel.
- Mayor sensibilidad en la zona en que las costillas se unen al esternón (área costocondral).
Causas
Se desconocen las causas exactas de la costocondritis y el síndrome de Tietze, aunque suelen estar relacionadas con la irritación del cartílago debido a alguna de estas circunstancias:
- Traumatismos.
- Esfuerzo físico excesivo.
- Movimientos repetitivos.
- Tos fuerte y persistente.
- Infecciones.
Factores de riesgo
El riesgo de padecer costocondritis o síndrome de Tietze aumenta en estos casos:
- Edad: la incidencia es mayor en personas con edades comprendidas entre los diez y los treinta años.
- Infecciones por virus, hongos o bacterias.
- Enfermedades inflamatorias: artritis reumatoide, espondilitis anquilosante.
- Cirugía torácica previa.
- Malas posturas de forma prolongada.
Complicaciones
Tanto la costocondritis como el síndrome de Tietze son enfermedades autolimitadas que suelen resolverse por sí solas sin provocar complicaciones.
Prevención
No hay forma de prevenir el síndrome de Tietze o la costocondritis, ya que se desconocen sus causas. Aun así, se recomienda adoptar una postura adecuada, no hacer esfuerzos, evitar los movimientos repetitivos, fortalecer los músculos del tórax y controlar el estrés para reducir el riesgo.
¿Qué médico trata la costocondritis?
Los especialistas en medicina familiar y comunitaria, reumatología diagnostican y tratan el síndrome de Tietze y la costocondritis, si existe sospecha de traumatismo o lesión estructural puede intervenir traumatología. En el tratamiento también suelen intervenir especialistas en medicina física y rehabilitación y fisioterapia
Diagnóstico
El diagnóstico de la inflamación del cartílago costal puede ser complicado porque los síntomas son similares a los de algunas enfermedades respiratorias, determinados problemas gastrointestinales o, incluso, el infarto de miocardio.
Normalmente, se estudia el historial médico del paciente, así como los síntomas y se lleva a cabo una exploración física en la que se observa y palpa el esternón para detectar molestias, mayor sensibilidad o inflamación.
Cuando el especialista tiene dudas, se llevan a cabo pruebas cardiológicas y radiografías de tórax para descartar otras enfermedades antes de confirmar el síndrome de Tietze o la costocondritis.
Tratamiento
La inflamación del área costocondral desaparece por sí sola, por lo que el tratamiento se centra en paliar los síntomas porque pueden mantenerse durante varias semanas o meses. Es habitual combinar dos abordajes distintos:
- Medicación:
- Antiinflamatorios no esteroideos para la hinchazón y el dolor.
- Analgésicos para el dolor.
- Infiltraciones de corticosteroides cuando el dolor es muy intenso.
- Fisioterapia:
- Terapia manual.
- Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular.
- Crioterapia.
- Gimnasia postural.
Durante el tiempo de recuperación, se recomienda aplicar sobre la zona afectada compresas calientes para aliviar el dolor o bolsas de hielo para reducir la inflamación. Si es posible, conviene hacer reposo relativo.

















































































