Diabetes
¿Qué tipos de diabetes existen? Información sobre las causas, los síntomas, los tratamientos y la dieta más adecuada cuando se tiene esta enfermedad.
Síntomas y causas
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que se manifiesta cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza correctamente la que segrega. Esta hormona regula el nivel de glucosa en la sangre para que llegue a todas las células del cuerpo, donde se transforma en energía. Si este proceso no funciona adecuadamente, se produce un exceso de glucosa que es perjudicial para el organismo. Por lo tanto, una diabetes no tratada puede derivar en complicaciones muy graves para la salud.
Dependiendo de su naturaleza, existen tres tipos de diabetes:
- Diabetes tipo 1: el organismo no produce la insulina que necesita. Puede ser de origen autoinmune cuando el propio cuerpo ataca a las células beta del páncreas, o tener carácter idiopático, es decir, que se desconocen las causas. Es la más frecuente en los niños y los jóvenes menores de 30 años.
- Diabetes tipo 2: el páncreas genera insulina, pero el organismo no la utiliza adecuadamente. Es el tipo de diabetes más habitual y suele estar relacionada con el sedentarismo y la obesidad.
- Diabetes gestacional: suele manifestarse cuando el embarazo está avanzado y es debido a los cambios hormonales.
Cuando se padece diabetes, ni los hidratos de carbono ni las grasas ni las proteínas se metabolizan correctamente. Por lo tanto, además de seguir el tratamiento pautado, se recomienda cuidar la alimentación.
Síntomas
Por un lado, los principales síntomas de la diabetes tipo 1 son muy claros y reconocibles:
- Sed intensa.
- Cansancio y debilidad.
- Pérdida de peso sin razón aparente.
- Micción frecuente.
- Visión borrosa.
Por otro, la diabetes tipo 2 suele ser asintomática en sus inicios, por lo que se tarda más tiempo en diagnosticar.
Causas
La causa común a todos los tipos de diabetes es un exceso de glucosa en la sangre. En la mayoría de los casos, se desconoce el origen de este desequilibrio, aunque suele ser una combinación de factores ambientales y genéticos. Como se comentaba anteriormente, en ocasiones el desarrollo de la enfermedad se debe a un trastorno autoinmune.
Factores de riesgo
La diabetes mellitus puede desarrollarse en personas de cualquier sexo y edad. Aun así, hay algunas circunstancias que aumentan las posibilidades de padecerla.
Los factores de riesgo de la diabetes tipo 1 son:
- Antecedentes familiares, aunque no se trate de una enfermedad hereditaria.
- Haber tenido diabetes gestacional anteriormente.
- Tener células del sistema inmunitario de la diabetes (autoanticuerpos).
En el caso de la diabetes tipo 2, estos aspectos posiblemente desencadenantes son:
- Obesidad o sobrepeso.
- Hipertensión arterial.
- Colesterol alto.
- Triglicéridos por encima de lo normal.
- Antecedentes de alteraciones de la glucosa en sangre.
- Familiares con la enfermedad.
Complicaciones
Las complicaciones de una diabetes no tratada pueden ser muy severas y llegar, incluso, a poner en riesgo la vida. Entre ellas, destacan:
- Pie diabético: los nervios se dañan y el flujo sanguíneo se reduce, por lo que se pierde sensibilidad ante posibles lesiones que pueden derivar en infecciones.
- Enfermedades cardiovasculares como arterosclerosis, angina de pecho, infarto o accidente cerebrovascular.
- Neuropatía diabética: las paredes de los vasos sanguíneos se deterioran y dejan de alimentar los nervios adecuadamente, por lo que se sufren hormigueos o problemas digestivos.
- Retinopatía diabética: las venas de los ojos se ven afectadas y puede derivar en mala visión o ceguera.
- Nefropatía diabética: el exceso de glucosa daña el sistema de filtración de los riñones, compuesto por múltiples vasos sanguíneos.
- Preeclampsia: la diabetes gestacional puede provocar exceso de proteínas en la orina, hipertensión arterial e hinchazón en las piernas.
Prevención
Aunque no hay una forma de prevenir la diabetes tipo 1, seguir los consejos que ayudan a evitar el desarrollo de la diabetes tipo 2 contribuye a que los síntomas no empeoren:
- Mantenerse en un peso adecuado.
- Llevar una dieta equilibrada, sana y rica en verduras, frutas y alimentos con alto contenido en fibra.
- Realizar ejercicio moderado todos los días.
¿Qué médico trata la diabetes?
Los médicos del servicio de endocrinología son los adecuados para tratar la diabetes. No obstante, las revisiones periódicas pueden hacerse en la consulta de medicina familiar o en la unidad de chequeos médicos.
Diagnóstico
La prueba fundamental para diagnosticar la diabetes mellitus es el análisis de sangre. En el caso de la diabetes tipo 1, se confirma la enfermedad si los valores de glucosa son superiores a 200 mg/dl.
Actualmente, se puede colocar un sensor en el abdomen para monitorizar las fluctuaciones glucémicas durante 72 horas. Este registro permite adaptar el tratamiento y llevar un mejor control de los cambios metabólicos.
La diabetes tipo 2 se diagnostica cuando el resultado de la prueba de glucemia en ayunas es superior a 126 mg/dl. Si los análisis no son concluyentes, se recurre a la curva de tolerancia a la glucosa, que evalúa el comportamiento del cuerpo tras la ingesta de una determinada cantidad de este tipo de azúcar.
Tratamiento
Los tratamientos actuales sirven para paliar los efectos, reducir los síntomas y evitar complicaciones, pero la diabetes no tiene cura.
La diabetes tipo 1 se trata administrando de forma artificial la insulina que no crea el cuerpo de manera natural. Se pueden utilizar inyecciones varias veces al día o colocar una bomba de infusión que suministra la insulina necesaria dependiendo de cada momento y situación.
En los casos de diabetes tipo 2, la enfermedad se controla llevando una alimentación equilibrada, practicando ejercicio y tomando medicamentos que se adapten a las necesidades de cada persona. Gracias a los avances en investigación de los últimos años, la cirugía metabólica se utiliza cada vez más para tratar la diabetes en aquellas personas que no responden adecuadamente a la terapia tradicional.