Escarlatina

¿Cómo se contagia la escarlatina? Todo sobre la trasmisión, los síntomas y los tratamientos de esta infección bacteriana.

Síntomas y causas

La escarlatina, también llamada fiebre escarlata, es una enfermedad infecciosa provocada por la bacteria Streptococcus pyogenes o estreptococo A. Aunque puede darse a cualquier edad, es más frecuente en niños de entre 5 y 15 años. En la mayoría de los casos, se transmite de persona a persona a través de las secreciones nasales o las gotas de saliva y solo en raras ocasiones puede contraerse por contacto con objetos o alimentos.

Suele originarse por una faringitis estreptocócica que, posteriormente, se extiende por todo el cuerpo en forma de sarpullido de color escarlata (que da nombre a la enfermedad) y provoca un aspecto rugoso en la piel. El periodo de incubación (de tres a cinco días) es asintomático, por lo que es difícil evitar el contagio durante este tiempo, ya que suele desconocerse la presencia de la enfermedad.

Por norma general, la escarlatina es una enfermedad leve que se cura en poco tiempo si se sigue un tratamiento adecuado.

Síntomas

Los síntomas de la escarlatina, que son los mismos tanto en niños como en adultos, aparecen gradualmente a medida que la enfermedad avanza:

  • Fiebre: comienza súbitamente y se mantiene durante tres o cinco días, con un pico máximo el segundo o tercer día.

A pesar de que se considera uno de los síntomas principales, se ha detectado que la escarlatina puede cursar sin fiebre o comenzar en fases tardías, cuando ya se ha producido la erupción cutánea.

  • Dolor de garganta y dificultad para tragar.
  • Lengua aframbuesada o de fresa: presenta un color rojo con las papilas abultadas.
  • Exantema: aparece en las primeras 12 o 48 horas. Se manifiesta como una erupción de color rojo intenso que resulta áspera al tacto, pero no pica. Cuando se presionan las manchas, cambian de color y se vuelven más pálidas.

Es frecuente en la base del cuello, la cara, el tronco, las extremidades y los pliegues de la piel. Pasados unos días, se enrojecen las mejillas.

  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos.
  • Malestar general.

Causas

La escarlatina está provocada por el estreptococo del grupo A y se transmite a través de las pequeñas gotas de saliva o mucosidad que desprende una persona contagiada al toser, estornudar o hablar.

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de contraer escarlatina son:

  • Tener entre 5 y 15 años.
  • Estar en contacto directo con personas infectadas.
  • Haber tenido amigdalitis por estreptococo.

Complicaciones

Actualmente, las complicaciones de la escarlatina son muy infrecuentes. En el caso de producirse, destacan las siguientes:

  • Otras infecciones leves: otitis, laringitis, bronquitis, neumonía.
  • Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.
  • Glomerulonefritis: inflamación de los glomérulos, que son los filtros de los riñones.
  • Osteomielitis: infección de los huesos.
  • Artritis: inflamación de las articulaciones.
  • Fiebre reumática: enfermedad inflamatoria provocada por la respuesta del sistema inmunitario ante una infección por estreptococo. Puede afectar al corazón, el cerebro o las articulaciones.

La escarlatina no supone un riesgo añadido durante el embarazo, ya que no interfiere en el desarrollo del feto.

Prevención

La mejor forma de prevenir la escarlatina es seguir estas recomendaciones:

  • Lavarse las manos con frecuencia.
  • Taparse la boca y la nariz con la parte interior del codo para toser o estornudar.
  • Utilizar utensilios para comer individuales.
  • No compartir la comida ni la bebida.

¿Qué médico trata la escarlatina?

La escarlatina suele tratarse en las especialidades de pediatría y medicina familiar. En los casos más graves, intervienen los especialistas en enfermedades infecciosas, otorrinolaringología o dermatología.

Diagnóstico

Para diagnosticar la escarlatina, se combina el estudio clínico con pruebas específicas:

  • Anamnesis y estudio de los síntomas.
  • Examen visual de la lengua, la garganta y las amígdalas.
  • Palpación de los ganglios linfáticos del cuello.
  • Observación del sarpullido.
  • Test rápido de detección de estreptococo: se toma una muestra de la garganta con un hisopo de algodón y se introduce en un recipiente con sustancias reactivas que detectan el ácido nitroso de la pared celular del Streptococcus pyogenes en pocos minutos.
  • Cultivo de exudado faríngeo: se recoge la muestra del mismo modo que para el test rápido y se analiza en el laboratorio. A pesar de su fiabilidad, los resultados tardan en estar disponibles entre 24 y 48 horas, por lo que solamente se utiliza cuando la primera prueba es negativa, pero la sospecha de infección continúa.

Tratamiento

El tratamiento de la escarlatina consiste en la administración oral de antibiótico, principalmente penicilina o amoxicilina, para pacientes alérgicos a la penicilina se emplean otros antibióticos como macrólidos o cefalosporinas. A pesar de que los síntomas remiten más rápido, es importante no suspender el tratamiento antes de tiempo para que la bacteria desaparezca por completo.

Para mejorar el estado del paciente y aliviar los síntomas, se recomienda:

  • Beber abundantes líquidos.
  • Hacer reposo relativo.
  • Tomar analgésicos para calmar el dolor.
  • Si la fiebre es muy alta y produce malestar, tomar antipiréticos.

Es conveniente permanecer en casa hasta que la fiebre haya remitido. Para evitar el contagio, se debe evitar el contacto con otras personas hasta que no hayan transcurrido 24 horas desde el comienzo del tratamiento.


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