Gangrena
¿Por qué se produce una gangrena? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de esta patología.
Síntomas y causas
Se denomina gangrena a la necrosis del tejido orgánico causada por la falta de irrigación sanguínea, por una infección severa o la combinación de ambas. Suele afectar a la parte externa del cuerpo, principalmente las extremidades, aunque también puede manifestarse en los músculos y los órganos internos. Se trata de una patología grave que necesita atención médica inmediata, ya que puede poner en riesgo la vida.
Síntomas
La presentación de la gangrena varía en función de su tipología:
- Gangrena seca: afecta a la piel y progresa lentamente.
- Piel seca y arrugada.
- Coloración marrón, azul violáceo o negro.
- Gangrena húmeda: avanza muy rápidamente, es consecuencia de una infección bacteriana previa.
- Inflamación.
- Ampollas o pústulas de aspecto húmedo.
- A menudo, mal olor.
- Gangrena gaseosa: afecta a la musculatura profunda, por lo que es más difícil de detectar. Es poco frecuente, pero muy grave.
- Dolor intenso.
- Inflamación.
- A medida que la gangrena avanza, la piel toma una coloración grisácea o rojiza.
- Ampollas que crepitan al presionarlas.
- Gangrena interna: se produce en los órganos internos.
- Fiebre.
- Malestar general.
- Gangrena de Fournier: se produce en la zona genital y perineal. Progresa muy rápidamente.
- Inflamación.
- Exudado de color oscuro.
- Gangrena de Meleney: posterior a procedimientos quirúrgicos.
- Úlceras rodeadas de piel violácea o enrojecida.
- Mal olor.
- Crepitación.
Asimismo, una gangrena presenta frecuentemente los siguientes síntomas:
- Dolor intenso.
- Entumecimiento, pérdida de sensibilidad en la zona afectada.
- Piel fría al tacto.
- Piel fina, brillante y sin vello.
Causas
La causa de la gangrena seca es la reducción o interrupción del riego sanguíneo a los tejidos afectados. Si el riego se interrumpe, las células de los tejidos no pueden recibir el oxígeno y los nutrientes que necesitan para sobrevivir, así que el tejido muere y se descompone. Esta interrupción del flujo sanguíneo puede deberse a lo siguiente:
- Enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos, como aterosclerosis, diabetes, arteriopatía periférica o fenómeno de Raynaud.
- Casos graves de congelación.
En el caso de gangrena interna, el flujo sanguíneo suele bloquearse por:
- Estrangulamiento de hernias abdominales, que produce una gangrena intestinal.
- Obstrucción por cálculos biliares, que causa la gangrena de la vesícula biliar.
La gangrena húmeda, por su parte, deriva de una infección bacteriana prolongada y sin tratar. Las bacterias suelen acceder al tejido subcutáneo a través de heridas abiertas presentes en la piel y producidas por cortes, quemaduras, traumatismos o procesos quirúrgicos. Una vez dentro del organismo, las bacterias proliferan rápidamente gracias a la saturación de sangre estancada en la zona afectada. Al hacerlo, liberan toxinas que dañan los vasos sanguíneos y los tejidos circundantes, causando necrosis. En el caso de gangrena gaseosa, la bacteria responsable es Clostridium perfringens, cuyas toxinas liberan gases que se expanden muy rápidamente y destruyen los tejidos. La gangrena de Fournier se debe a una infección bacteriana en la zona genitourinaria, mientras que la gangrena de Meleney es secundaria una cirugía y suele estar provocada por estreptococos hemolíticos.
Factores de riesgo
Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar una gangrena incluyen:
- Sistema inmunitario comprometido: aumenta el riesgo de infección.
- Lesiones, traumatismos o cirugías recientes.
- Exposición prolongada a frío extremo.
- Edad: con el envejecimiento, el flujo sanguíneo se reduce y es más probable padecer trastornos circulatorios.
- Tabaquismo: fumar afecta negativamente a los vasos sanguíneos.
- Abuso del alcohol: contribuye al desarrollo de problemas circulatorios.
- Obesidad: el exceso de peso causa presión sobre las arterias y reduce el flujo sanguíneo.
- Diabetes.
Complicaciones
En casos de gangrena grave, cuando el tejido está considerablemente dañado, o si la infección existente no puede controlarse y se extiende al resto del organismo poniendo en peligro la vida del paciente, es necesario realizar una amputación de la parte del cuerpo afectada.
La propagación de la infección a través del torrente sanguíneo, además, puede provocar una septicemia, esto es, una respuesta generalizada y desregulada del sistema inmunitario ante los agentes infecciosos, que produce una reacción inflamatoria sistémica que deriva en choque séptico: un descenso importante de la presión arterial que lleva a la insuficiencia orgánica múltiple. Si el daño es grave, puede causar la muerte del paciente. Esto ocurre especialmente en casos de gangrena gaseosa o gangrena de Fournier, debido a la rapidez con la que se propagan.
Prevención
Se puede tratar de prevenir el desarrollo de gangrena tomando medidas contra sus factores de riesgo:
- Cuidar adecuadamente las heridas, limpiándolas y desinfectándolas correctamente. Además, especialmente en casos de diabetes y otros trastornos que afecten a la sensibilidad, se debe revisar la piel frecuentemente en busca de lesiones.
- Protegerse contra el frío extremo con ropa y calzado apropiado.
- Mantener un peso saludable.
- Evitar el tabaco y reducir el consumo de alcohol.
¿Qué médico trata la gangrena?
La gangrena es diagnosticada y tratada por especialistas de varios campos, como medicina interna, angiología y cirugía vascular, cirugía general, cirugía plástica, estética y reparadora y dermatología médico-quirúrgica y venereología.
Diagnóstico
La sospecha de gangrena se establece a partir de la sintomatología característica que presenta en la piel. Para confirmar el diagnóstico y determinar su tipología y su agente causante, se recurre a diferentes pruebas:
- Análisis de sangre: un nivel elevado de glóbulos blancos es indicativo de infección. Asimismo, en la muestra de sangre se puede detectar la presencia de determinadas bacterias.
- Cultivo de tejidos: se analiza una muestra del tejido gangrenado o del líquido contenido en una ampolla para examinar el grado de muerte celular e identificar agentes infecciosos.
- Pruebas de diagnóstico por imagen: la radiografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética permiten evaluar la extensión de la gangrena en el interior del organismo y confirmar la presencia de gas bajo la piel, signo de gangrena gaseosa. Asimismo, se pueden observar los vasos sanguíneos e identificar obstrucciones arteriales causantes de la gangrena.
- Exploración quirúrgica: en ocasiones, es necesaria una cirugía para observar el grado de afectación a los tejidos.
Tratamiento
El tratamiento de la gangrena tiene como objetivo evitar su propagación, ya que el tejido dañado no es recuperable. Existen varios abordajes:
- Tratamiento farmacológico:
- Antibióticos, si hay infección.
- Vasodilatadores,para ensanchar los vasos sanguíneos y restaurar el flujo sanguíneo en caso de interrupción.
- Antiagregantes plaquetarios, para evitar la formación de coágulos.
- Oxigenoterapia hiperbárica: consiste en inhalar oxígeno puro dentro de una cámara presurizada para oxigenar la sangre. El aumento en el contenido de oxígeno en sangre reduce la velocidad de crecimiento bacteriano y acelera la cicatrización de las heridas.
- Tratamiento quirúrgico:
- Desbridamiento: resección del tejido infectado y necrosado.
- Cirugía vascular: si la gangrena es causada por una obstrucción del flujo sanguíneo, es necesaria una reparación de los vasos sanguíneos dañados para restablecer el riego.
- Amputación: en casos graves en los que la zona está gravemente comprometida.
- Cirugía reparadora: en ocasiones, se practican injertos de piel para reparar la piel dañada y mejorar el aspecto de las cicatrices ocasionadas por la gangrena.