Gonartrosis

¿Qué es la gonartrosis? Todo sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de los distintos grados de artrosis de rodilla.

Síntomas y causas

La gonartrosis o artrosis de rodilla es una enfermedad degenerativa, crónica y progresiva que desgasta el cartílago y disminuye la protección de los huesos que, al rozar entre sí, se deterioran produciendo dolor en mayor o menor grado.

Según la clasificación de Kellgren y Lawrence, existen diferentes grados de gonartrosis dependiendo del nivel de afectación que tenga la articulación:

  • Gonartrosis de grado 1: se duda de la existencia de la enfermedad. Es posible que haya un ligero estrechamiento del espacio articular y osteofitos, es decir, un crecimiento anormal en el borde de los huesos. El cartílago se reblandece y puede pinzarse, por lo que genera molestias.
  • Gonartrosis de grado 2: la artrosis es leve, con osteofitos y un posible estrechamiento del espacio articular.
  • Gonartrosis de grado 3: la afectación es moderada. Existe un evidente estrechamiento del espacio de la articulación, fisuras en el cartílago, crecimiento en el borde de los huesos, leve esclerosis y una posible deformidad ósea.
  • Gonartrosis de grado 4: la enfermedad se encuentra en una fase grave. El estrechamiento del espacio articular es muy marcado, se presentan numerosos osteofitos, rotura del cartílago, esclerosis avanzada y deformidad en el extremo de los huesos.

A pesar de que la gonartrosis no tiene cura, al igual que el resto de artrosis, el pronóstico es bueno gracias a los avances en los tratamientos y las terapias para abordar los síntomas y reducir las complicaciones.

Síntomas

Los síntomas de la gonartrosis varían dependiendo del grado en que se encuentre. Los más frecuentes son:

  • Dolor de rodilla que, en un principio, solo se manifiesta cuando se practica ejercicio. Cuando la enfermedad avanza, aparece ante cualquier movimiento o, incluso, en reposo.
  • Inflamación.
  • Sensación de rigidez.
  • Dificultad para doblar y estirar la pierna.
  • Fallo de la rodilla cuando se carga peso sobre ella.
  • Deformidad articular.
  • Alteración en la alineación de los huesos.

Causas

La artrosis suele ser una de las consecuencias del paso del tiempo en el organismo. Además, la gonartrosis puede producirse por el exceso de peso que soportan las rodillas cuando se padece obesidad o por un uso repetitivo de la articulación como consecuencia de la práctica de ejercicio o del desempeño laboral.

Factores de riesgo

Las probabilidades de desarrollar gonartrosis aumentan cuando se cumple alguno de los siguientes factores:

  • Edad avanzada: se suele presentar a partir de los 55 años.
  • Obesidad o sobrepeso.
  • Sobreutilización de la rodilla.
  • Traumatismos.
  • Lesiones de cadera o de tobillo que propicien un uso compensatorio o inadecuado de la rodilla.
  • Sexo: aunque se desconocen los motivos, suele ser más habitual entre las mujeres. Pueden influir los cambios hormonales durante la menopausia.

Complicaciones

La artrosis de rodilla puede provocar complicaciones, especialmente si no se trata, como:

  • Rotura de menisco.
  • Limitación de la movilidad.
  • Deformidad del eje de las extremidades: el genu varo hace que las piernas se separen mientras que el genu valgo provoca que se junten a la altura de las rodillas.
  • Incapacidad.

Prevención

No siempre se puede prevenir la aparición de gonartrosis. No obstante, es adecuado tomar las siguientes medidas:

  • Llevar una dieta sana y equilibrada.
  • Practicar ejercicio moderado de forma regular.
  • Evitar la obesidad.
  • Utilizar protección cuando se practiquen deportes de contacto o que requieran un sobreesfuerzo de la rodilla como el fútbol, el rugby o la halterofilia.

¿Qué médico trata la gonartrosis?

La gonartrosis se diagnostica y trata por los reumatólogos, traumatólogos, y en el caso de precisar embolización, los radiólogos intervencionistas.

Diagnóstico

El protocolo para diagnosticar la gonartrosis comienza con la anamnesis, en la que el especialista se interesa por el estado de salud del paciente y sus hábitos, así como por los síntomas percibidos. Posteriormente, se continúa con las pruebas:

  • Exploración física para comprobar el estado de la rodilla y su capacidad de movimiento.
  • Radiografía: muestra imágenes del estado interno de la rodilla, especialmente del espacio articular y los huesos.
  • Resonancia magnética o escáner: permite ver si hay daños en los tejidos blandos, como el cartílago y los tendones.

Tratamiento

El tratamiento de la gonartrosis es diferente dependiendo de la gravedad de la enfermedad y de las características del paciente. Es habitual que se utilicen los siguientes abordajes:

  • Medicación oral: analgésicos para calmar el dolor o antiinflamatorios para reducir la hinchazón.
  • Inyecciones de corticoides para reducir la inflamación y el dolor de forma rápida pero temporal.
  • Infiltraciones: el ácido hialurónico mejora la lubricación de la articulación y las células madre cultivadas alivian los síntomas y ralentizan la evolución de la enfermedad.
  • Cirugía de rodilla: cuando los tratamientos no invasivos no ofrecen los resultados esperados o se presenta discapacidad, se recurre a la operación de la articulación:
    • Artroscopia: se practican dos incisiones para introducir el material necesario para reparar el bloqueo del menisco. No suele ser muy habitual en los casos de artrosis, pero reduce el malestar.
    • Osteotomía: se modifica el eje de carga mediante un corte en el fémur o la tibia. Está recomendado en pacientes jóvenes con una gran actividad física.
    • Artroplastia: se coloca una prótesis total o parcial de rodilla para que el paciente recupere sus funciones.
  • Embolización de la arteria genicular (EAG): es una técnica innovadora para el tratamiento del dolor refractario en pacientes con artrosis de rodilla. Es un procedimiento poco invasivo e indoloro que mejora la funcionalidad de la rodilla a largo plazo. El procedimiento consiste en la introducción de un catéter en las arterias de la articulación a través del que se inyectan pequeñas partículas que reducen el flujo sanguíneo en las zonas inflamadas y, como resultado, reducen la hinchazón.
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