Hiperhidrosis
¿La hiperhidrosis tiene solución? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de esta enfermedad.
Síntomas y causas
Se llama hiperhidrosis a la sudoración excesiva producida de forma espontánea, incluso constante, sin necesidad de ser causada por calor, esfuerzo físico o situaciones de estrés, aunque se acentúe en dichos casos.
Según la zona donde se produce el exceso de sudor, la hiperhidrosis se clasifica en:
- Hiperhidrosis localizada o focal: la sudoración se limita a determinadas partes del cuerpo y no suele manifestarse durante el sueño. Las más afectadas son:
- Las palmas de las manos (hiperhidrosis palmar).
- La cara (hiperhidrosis facial).
- Las axilas (hiperhidrosis axilar).
- Los pies (hiperhidrosis plantar).
- Hiperhidrosis generalizada: aparece sudoración excesiva en todo el cuerpo.
La hiperhidrosis suele aparecer en la infancia o la adolescencia y conlleva una gran tensión tanto física como emocional, dificultando la vida diaria y las relaciones sociales de quienes la padecen.
Síntomas
El principal síntoma de la hiperhidrosis es la sudoración intensa en distintas partes del cuerpo, descontrolada y sin causa aparente.
Causas
La sudoración excesiva se debe a la hiperactividad de las glándulas sudoríparas. Dependiendo de sus causas, se habla de dos tipos:
- Hiperhidrosis primaria o idiopática: es la más frecuente. No tiene causa aparente, es localizada y suele tener antecedentes familiares. Suele desaparecer durante el sueño.
- Hiperhidrosis secundaria: deriva de otras afecciones médicas, como diabetes, tumores, insuficiencias respiratorias, alteraciones tiroideas, trastornos dermatológicos, algunos tipos de cáncer, menopausia, enfermedad de Parkinson, infecciones o consumo de antidepresivos u otros fármacos.
Factores de riesgo
La probabilidad de padecer hiperhidrosis aumenta en estos casos:
- Padecer afecciones o consumir medicamentos que provoquen sudoración.
- Exponerse a factores desencadenantes de la sudoración, como actividad física intensa o situaciones de nerviosismo y estrés.
- Consumir alcohol o alimentos picantes.
- Tener antecedentes familiares.
Complicaciones
Aunque no es una enfermedad grave, la hiperhidrosis puede llegar a provocar mal olor corporal, maceración de la piel, sobreinfección cutánea y dermatitis de contacto, además de tener un gran impacto negativo en el plano social y emocional del paciente y alterar su calidad de vida.
Prevención
No existe una forma de prevenir la hiperhidrosis primaria, mientras que la derivada de problemas clínicos subyacentes puede disminuir con el tratamiento correspondiente. También es posible mitigar el exceso de sudor y sus efectos evitando situaciones de estrés o actividad física intensa, utilizando ropa de tejidos transpirables, llevando una correcta higiene diaria y evitando la ingesta de alcohol o alimentos picantes.
¿Qué médico trata la hiperhidrosis?
La hiperhidrosis es evaluada por los especialistas en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología, quienes derivarán al paciente, para su tratamiento, a los equipos de cirugía correspondientes.
Diagnóstico
Después del análisis de síntomas y de la exploración clínica realizada por el dermatólogo, se pueden realizar pruebas para identificar la causa de la hiperhidrosis y medir su evolución:
- Prueba de sudor para confirmar el foco de sudoración, evaluar la intensidad o medir la evolución tras un tratamiento:
- Test de Minor o de yodo-almidón: se aplica solución de yodo y polvo de almidón en la parte del cuerpo que se quiere evaluar. Esta combinación hace que la parte que presente exceso de sudor tome un color azul oscuro y facilite la delimitación de las zonas más afectadas.
- Prueba de papel: se coloca un papel especial en la zona afectada para absorber el sudor y pesarlo después. Así, se mide la cantidad de sudor.
- Análisis de sangre y orina para determinar si la sudoración se debe a hipoglicemias o enfermedades tiroideas.
- Pruebas de diagnóstico por imágenes para descartar la presencia de tumores.
Tratamiento
Lo habitual, es comenzar tratando la afección que causa la hiperhidrosis. Si no la hay, las terapias se centran en controlar la sudoración:
- Antitranspirantes a base de cloruro de aluminio: taponan los conductos sudoríparos. Se aplican principalmente en las axilas y resultan altamente eficaces, aunque pueden irritar la piel. Los desodorantes no son efectivos para la hiperhidrosis, pero combaten el mal olor.
- Medicamentos anticolinérgicos en forma de cremas, pastillas o toallitas: reducen la producción del sudor porque actúan sobre la acetilcolina, la sustancia cuya liberación produce la sudoración. Como efecto adverso, también inhiben la salivación y otros procesos en los que interviene la acetilcolina.
- Iontoforesis: se utiliza para reducir la sudoración en manos y pies. Consiste en aplicar una corriente eléctrica a través de una solución acuosa donde se sumergen las zonas que se van a tratar. Este procedimiento consigue bloquear temporalmente las glándulas sudoríparas.
- Toxina botulínica: su inyección en los nervios que activan las glándulas sudoríparas reduce la sudoración durante varios meses. Es especialmente efectivo para la sudoración excesiva de axilas.
- Microondas: se eliminan las glándulas sudoríparas mediante la aplicación de energía de microondas.
- Cirugía de extracción de las glándulas sudoríparas: en el caso de hiperhidrosis axilar muy grave. Se extraen mediante curetaje (raspado) o liposucción.
- Simpatectomía torácica endoscópica: se utiliza fundamentalmente para la hiperhidrosis palmar. Consiste en extirpar una pequeña sección de los nervios de la columna vertebral que controlan la sudoración en las manos. Por las posibles complicaciones y efectos secundarios de la operación, solo se considera en casos extremos.