Quiste pilonidal

Información sobre las causas, los síntomas y el tratamiento del quiste piloso que aparece en la zona sacrocoxígea

Síntomas y causas

El sinus pilonidal es un quiste que se forma en un folículo piloso y contiene pelo y restos de piel. Suele aparecer en el pliegue interglúteo, por lo que también recibe el nombre de quiste sacro, pero también puede hacerlo en otras zonas. Si se dan en la zona perianal son más peligrosos, ya que las complicaciones pueden alcanzar al ano.

En la mayoría de los casos son quistes asintomáticos que no causan problemas y, por lo tanto, no suelen detectarse. Los síntomas aparecen cuando el sinus se infecta y deriva un absceso (acumulación de pus).

El quiste pilonidal es más frecuente en varones jóvenes con gran cantidad de vello corporal, aunque puede afectar también a mujeres.

El pronóstico de un sinus pilonidal es bueno, aunque se precisa una intervención quirúrgica para tratar los quistes infectados.

Síntomas

Los quistes sacros suelen ser asintomáticos, como se comentaba anteriormente. En los casos en que se infecta y presenta síntomas, los más habituales son:

  • Dolor.
  • Enrojecimiento de la piel.
  • Absceso con supuración de pus.
  • Mal olor (provocado por el pus).
  • Exudado de sangre.
  • En ocasiones, fiebre.

Causas

Todavía se desconocen las causas exactas por las que se forma un quiste pilonidal. Mientras que hasta hace poco tiempo se creía que era la consecuencia del crecimiento de un folículo piloso hacia el interior, actualmente se cree que puede deberse un factor congénito. Podría ser un resto embrionario en el que crece vello a partir de la adolescencia debido a la influencia de las hormonas.

Factores de riesgo

Algunos de los factores que aumentan el riesgo de tener un quiste pilonidal son:

  • Sexo: aparecen más frecuentemente en hombres.
  • Edad: suelen desarrollarse en la adolescencia, con los cambios hormonales.
  • Permanecer sentado durante mucho tiempo.
  • Estilo de vida sedentario.
  • Obesidad.
  • Vello corporal grueso y abundante.
  • Antecedentes familiares y personales.

Complicaciones

Las complicaciones más habituales del sinus pilonidal son:

  • Recidiva: el quiste vuelve a aparecer después de extirparse.
  • Fístulas: el pus se extiende y se forma un conducto anormal que comunica el quiste con la superficie de la piel.
  • En raras ocasiones, puede derivar en un carcinoma de células escamosas, que es un tipo de cáncer de piel.

Prevención

El quiste sacro no siempre se puede prevenir. Para reducir las posibilidades de que se forme, especialmente si ya se han tenido en ocasiones anteriores, se recomienda:

  • Practicar ejercicio regularmente.
  • Mantener un peso saludable.
  • Lavarse la zona adecuadamente.
  • Rasurar o depilar el vello de la zona sacrocoxígea.

¿Qué médico trata el sinus pilonidal?

El tratamiento del quiste sacro se lleva a cabo por los especialistas en cirugía general y del aparato digestivo.

Diagnóstico

El diagnóstico del quiste pilonidal es clínico y se basa en el estudio de los síntomas referidos por el paciente y la observación de la zona. Cuando es asintomático, suele detectarse en el trascurso de pruebas realizadas con otros motivos.

Cuando requiere tratamiento, suele hacerse una ecografía o una tomografía computarizada (TC) para conocer la extensión del quiste.

Tratamiento

Solamente requieren tratamiento los quistes pilonidales que se han infectado y provocan síntomas. La única forma de eliminarlos es mediante una cirugía. El procedimiento se elige en función de las características del paciente y las preferencias del cirujano:

  • Drenaje quirúrgico: se practica una incisión para extraer el pus y el pelo enquistado. Para finalizar, se puede taponar la herida con una gasa y esperar a que cicatrice por sí sola (en unos veinte o treinta días) o se cierra con puntos. Esta última opción se debe vigilar cada poco tiempo, ya que hay un riesgo mayor de infección.
  • Cauterización con láser: la intervención es menos agresiva y la recuperación más rápida. Se introduce una sonda en el canal del sinus y se aplica energía láser para quemar el tejido y sellarlo. La recuperación suele tardar entre dos y cuatro semanas.

El postoperatorio requiere paciencia y el cuidado adecuado de la herida, que se debe mantener limpia y seca. Además, se debe evitar la presión en la zona, por lo que se debe permanecer poco tiempo sentado y limitar la actividad física. También se recomienda utilizar ropa holgada y llevar una dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento.

Normalmente, se administran antibióticos antes de la cirugía para tratar la infección. En ocasiones, también después de la intervención quirúrgica para favorecer la recuperación y evitar complicaciones.

Como se indicaba con anterioridad, la extirpación de un quiste pilonidal quirúrgicamente no siempre es definitiva. Muchos pacientes vuelven a desarrollarlo pasado un tiempo.

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