Shock hipovolémico
¿Cuáles son las complicaciones de un shock hipovolémico? Toda la información sobre las causas, los síntomas y el pronóstico de la enfermedad.
Síntomas y causas
El shock hipovolémico es una condición crítica que responde a una disminución abrupta y grave del volumen sanguíneo en circulación, que puede deberse a un sangrado (interno o externo) o a la pérdida de otros fluidos corporales. El bajo volumen sanguíneo hace que el corazón sea incapaz de bombear suficiente sangre al resto del cuerpo, por lo que los órganos y los tejidos no reciben ni el oxígeno y ni los nutrientes necesarios. Esto puede causar daño celular, disfunción orgánica y, en última instancia, muerte.
En función de qué cause la pérdida de volumen sanguíneo, se distinguen dos tipos de shock:
- Shock hipovolémico hemorrágico: causado por una hemorragia fuerte (sangrado externo o interno).
- Shock hipovolémico no hemorrágico: producido por la pérdida de líquidos corporales (deshidratación por pérdidas renales, digestivas o cutáneas -en grandes quemados-).
De acuerdo a la evolución del shock, se distinguen cuatro estadios:
- Fase I o shock compensado: al comienzo, los mecanismos compensadores del organismo intentan preservar la función vital.
- Fase II o shock descompensado temprano: a medida que avanza la pérdida de sangre o líquidos, los mecanismos compensadores pierden capacidad y el flujo sanguíneo a los órganos disminuye.
- Fase III o shock descompensado tardío: los síntomas se agravan progresivamente.
- Fase IV o shock irreversible: la situación es crítica. Se produce fallo orgánico múltiple y muerte celular.
El shock hipovolémico es uno de los tipos más frecuentes de shock, y una de las principales causas de mortalidad en traumatismos y procedimientos quirúrgicos.
Síntomas
Los síntomas del shock hipovolémico aumentan y se agravan a medida que la pérdida de sangre y fluidos es mayor:
- Palidez.
- Ansiedad.
- Sudoración fría.
- Sequedad de las mucosas.
- Frecuencia cardiaca rápida y débil.
- Frecuencia respiratoria acelerada y superficial.
- Hipotensión arterial.
- Hipotermia.
- Debilidad generalizada, aturdimiento.
- Confusión.
- Disminución de la producción de orina.
- Pérdida de conciencia.
Si la causa del shock es una hemorragia interna, pueden aparecer otros síntomas, como sangrado por la nariz o la boca, molestias o dolor abdominal, dolor en el pecho o presencia de sangre en las heces y la orina.
Causas
El shock hipovolémico se produce cuando el organismo pierde más de un 15 % del volumen sanguíneo de forma repentina que puede deberse a:
- Hemorragia grave derivada de un fuerte traumatismo o de una afección subyacente.
- Pérdida excesiva de líquidos corporales (plasma, agua y electrolitos) causada por quemaduras graves, vómitos, diarrea, pérdidas renales o sudoración excesiva, entre otros factores. En esos casos, el organismo repone el líquido perdido a partir de la sangre, lo que reduce su volumen circulante.
- Con menos frecuencia, una ingesta insuficiente de líquidos puede también producirlo.
Factores de riesgo
El riesgo de sufrir un shock hipovolémico aumenta en los siguientes casos:
- Traumatismos, accidentes o quemaduras graves.
- Heridas o cortes profundos.
- Procedimientos quirúrgicos.
- Parto y postparto.
- Alteraciones de la coagulación.
- Toma de medicamentos anticoagulantes.
- Trastornos gastrointestinales.
- Deshidratación.
- Afecciones subyacentes, como insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal o diabetes.
- Edad: las personas mayores tienen más riesgo de no sobrevivir al shock.
Complicaciones
El pronóstico del shock hipovolémico depende principalmente de la cantidad de sangre o líquidos corporales que se haya perdido y de la rapidez con la que se inicie el tratamiento. Si no se trata a tiempo, puede provocar:
- Daños permanentes en órganos vitales, como los riñones o el cerebro.
- Ataque cardíaco.
- Gangrena en las extremidades.
- En casos irreversibles, muerte.
Prevención
Mantenerse hidratado es fundamental para evitar un shock hipovolémico, especialmente en condiciones de temperaturas altas o actividad intensa. Asimismo, es necesario seguir las medidas de seguridad necesarias para reducir el riesgo de lesiones y accidentes, así como administrar primeros auxilios en caso de hemorragias o quemadura externas.
¿Qué médico trata el shock hipovolémico?
El shock hipovolémico se evalúa y trata en la unidad de medicina intensiva junto a diferentes especialistas que tratarán la causa subyacente.
Diagnóstico
Un diagnóstico temprano es clave para un desenlace positivo. Para confirmar el shock hipovolémico, se realizan diferentes pruebas:
- Examen físico para medir la temperatura, la presión arterial, las frecuencias cardiaca y respiratoria.
- Hemograma y análisis bioquímico: para determinar el volumen de células sanguíneas, los niveles de plasma y electrolitos, la función renal, la coagulación o el nivel de lactato (un nivel elevado es indicador de que los órganos no están recibiendo suficiente oxígeno).
- Sonda vesical para medir la diuresis y la función renal.
- Pruebas de diagnóstico por imagen como ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética para buscar hemorragias internas o lesiones en los órganos.
Tratamiento
Un shock hipovolémico necesita atención médica inmediata. Sin embargo, puede ser necesario administrar primeros auxilios antes de conseguir asistencia hospitalaria:
- Mantener al paciente arropado para evitar la hipotermia.
- Acostar al paciente y elevarle los pies unos 30 centímetros para facilitar el flujo sanguíneo (si existe riesgo de lesiones en la cabeza, el cuello, la columna o las piernas, no se debe mover al paciente a no ser que esté en peligro inmediato).
- En caso de hemorragia externa, presionar con un paño limpio para controlar el sangrado.
- No administrar líquidos por vía oral.
El tratamiento hospitalario se enfoca en la reposición de sangre y fluidos y en el soporte de los órganos afectados:
- Administración de soluciones salinas por vía intravenosa para reponer líquidos, debe ser una prioridad para tener una adecuada tensión arterial y asegurar que los órganos se encuentran bien perfundidos.
- Transfusión de sangre (hemoderivados), es importante que si el paciente se encuentra con tratamiento anticoagulante (Sintrom o similares) se revierta su efecto siempre que sea posible. Se administrarán glóbulos rojos, plasma o plaquetas, según precise.
- Administración de medicamentos para aumentar la presión arterial y la cantidad de sangre bombeada, como epinefrina o norepinefrina.
- Cirugía para reparar lesiones y controlar sangrados.
- Medidas de soporte para mantener las constantes vitales del paciente: administración de oxígeno y monitorización para medir la frecuencia cardiaca, la presión arterial, la saturación de oxígeno y la producción de orina.