Síndrome de Gilles de la Tourette

¿El síndrome de Tourette es hereditario? Todo sobre las causas y los síntomas más acusados de este trastorno genético.

Síntomas y causas

El síndrome de Gilles de la Tourette, conocido habitualmente como síndrome de Tourette, es una enfermedad genética hereditaria que afecta al sistema nervioso y se caracteriza por una combinación de tics vocales y motores que se manifiestan varias veces al día.

Las verbalizaciones inadecuadas y los espasmos comienzan a producirse en la infancia, normalmente entre los seis y los doce años, y complican las relaciones sociales y escolares. A pesar de que son involuntarios, es posible empezar a controlar estos tics a partir de los diez años. En unas ocasiones, de forma natural y, en otras, con un tratamiento específico.

Debido a que los afectados a veces realizan gestos o emiten palabras obscenas, la sociedad suele rechazar a las personas con este síndrome. No obstante, conviene saber que es un rasgo minoritario entre los afectados, además de que, con la ayuda adecuada, se puede controlar con el tiempo. Concienciar sobre la existencia del síndrome de Tourette para que la población conozca su naturaleza es una labor importante para lograr una mejor integración de estos pacientes.

Síntomas

Los síntomas del síndrome de Tourette se pueden dividir en cuatro grandes grupos:

  • Tics motores simples: son breves, repetitivos y afectan a un grupo muscular:
    • Parpadear.
    • Hacer muecas.
    • Encoger los hombros.
    • Sacudir la cabeza.
    • Tics motores complejos: incluyen movimientos con patrones diferentes y afectan a varios grupos de músculos:
      • Tocar objetos.
      • Caminar siguiendo un patrón.
      • Repetir movimientos que observan en otras personas.
      • Saltar.
      • Hacer gestos obscenos.
      • Tics vocales simples: sonidos que se producen con la voz de forma involuntaria:
        • Toser.
        • Resoplar.
        • Ladrar.
        • Tics vocales complejos: no solo son sonidos, sino que también incluyen palabras o frases completas:
          • Repetir palabras (a veces, que escuchan a otras personas a modo de eco).
          • Repetir frases (pueden ser propias o de otras personas).
          • Insultar o decir palabras vulgares.

Causas

Todavía se desconocen las causas del síndrome de Gilles de la Tourette. Los estudios apuntan a que este trastorno tiene un origen que combina la genética y los factores ambientales. Es posible que estén afectados los ganglios basales del cerebro, que contribuyen al control de los movimientos, y los neurotransmisores, que son los encargados de transmitir los impulsos nerviosos.

Factores de riesgo

Algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer síndrome de Tourette son:

  • Antecedentes familiares: el componente hereditario hace que la mayoría de niños diagnosticados tengan familiares con el mismo síndrome o con tics aislados.
  • Sexo: este trastorno se manifiesta mayoritariamente en personas del sexo masculino.
  • Haber sufrido una infección de las vías respiratorias por estreptococo tipo A beta-hemolítico: los anticuerpos creados para luchar contra esta bacteria pueden desencadenar un proceso autoinmune que afecte a los ganglios basales.

Complicaciones

Por norma general, los pacientes con síndrome de Tourette no presentan mayores complicaciones y, cuando consiguen controlar sus impulsos, pueden llevar una vida normal. En algunos casos, el trastorno se asocia a otras patologías como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el autismo, la ansiedad, la depresión o el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Prevención

No es posible prevenir el síndrome de Gilles de la Tourette, ya que es un trastorno genético.

¿Qué médico trata el síndrome de Tourette?

El estudio y diagnóstico del síndrome de Tourette se realiza por los especialistas en Genética y Neurología, que también se encargan de los tratamientos junto con Psicología Clínica y Psiquiatría.

Diagnóstico

No existen exámenes específicos para detectar el síndrome de Tourette. Normalmente, los médicos se basan en la historia clínica y en los síntomas para diagnosticarlo. Se considera probada la enfermedad cuando el paciente presenta tics motores y vocales que se manifiestan varias veces al día durante más de un año sin que estén asociados a otros trastornos o a la toma de medicamentos.

No obstante, para descartar otras patologías o descubrir alguna comorbilidad, en ocasiones se solicitan pruebas adicionales como una resonancia magnética, un electroencefalograma o un examen neurológico.

Tratamiento

Los tratamientos actuales se prescriben para reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida, pero el síndrome de Tourette no tiene cura. Por norma general, se recurre a dos tipos diferentes de abordaje:

  • Fármacos:
    • Inhibidores de dopamina, inyecciones de bótox o anticonvulsivos para controlar los tics.
    • Antidepresivos para calmar la ansiedad y la tristeza.
  • Terapia psicológica:
    • Psicoterapia para aliviar el TDAH y la ansiedad y para ayudar a la integración en la sociedad.
    • Terapia conductual para enseñar a detectar los impulsos y controlar los tics.
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