Electroencefalograma

Un electroencefalograma es un procedimiento que utiliza electrodos para medir la actividad eléctrica del cerebro, obteniendo el patrón de ondas de los impulsos eléctricos con los que se comunican las neuronas de la corteza cerebral.

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Descripción General

El electroencefalograma, encefalograma o EEG, es un procedimiento neurofisiológico que mide y registra la actividad eléctrica de las neuronas situadas en la corteza cerebral.

Las neuronas cerebrales permanecen siempre activas, tanto durante la vigilia como en el sueño. Se comunican mediante impulsos eléctricos que, en el registro electroencefalográfico, se manifiestan en forma de ondas de distinta intensidad. Un patrón anormal en las ondas es indicativo de algún tipo de trastorno.

Para obtener la información más precisa posible, el encefalograma se practica con el cerebro tanto en situación basal (en reposo) como siendo activado por hiperventilación o fotoestimulación, entre otros métodos, así como durante el sueño. A veces, es necesario registrar un encefalograma durante un periodo prolongado, de 24 horas o de varios días, en cuyo caso se utiliza un dispositivo portátil que el paciente lleva consigo de forma constante.

¿Cuándo está indicado?

En un electroencefalograma se puede detectar cualquier cambio o alteración en la actividad cerebral normal que signifique la existencia de alguna patología, como por ejemplo:

  • Epilepsia.
  • Encefalopatías.
  • Infección o inflamación cerebral.
  • Trastornos del sueño, como narcolepsia.
  • Enfermedades neurodegenerativas, como demencia o Alzheimer.
  • Lesiones cerebrales por traumatismos.
  • Tumores cerebrales.
  • Hemorragia cerebral.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob

Por tanto, suele indicarse un electroencefalograma si el paciente presenta alguno de los siguientes síntomas:

  • Convulsiones o episodios de ausencia.
  • Desmayos.
  • Pérdidas de memoria.
  • Confusión, somnolencia.
  • Cefaleas recurrentes.
  • Trastornos del sueño.
  • Coma.

Asimismo, el EEG se utiliza habitualmente para monitorizar la actividad cerebral durante una cirugía cerebral o un coma inducido y para confirmar la muerte cerebral (el denominado electroencefalograma plano).

¿Cómo se realiza?

Al paciente se le colocan por todo el cuero cabelludo varios electrodos, unos discos metálicos y planos. Deben cubrir todas las regiones de la corteza cerebral y la línea media. Para evitar que se desplacen, se fijan a la piel con una pasta adhesiva. En ocasiones, sin embargo, se utiliza un gorro con electrodos fijos incorporados.

Los electrodos están conectados a un dispositivo que amplifica las señales cerebrales y a un ordenador que registra la actividad eléctrica y la muestra en forma de ondas, bien en un soporte de papel o directamente en el monitor en formato digital. La actividad debe registrarse con el paciente con los ojos abiertos y cerrados, respirando profundamente durante unos minutos y siendo estimulado por una luz que parpadea a diferentes frecuencias (luz estroboscópica). En ocasiones, además, puede ser necesario realizar un EEG con el paciente dormido, incluso durante toda una noche.

Riesgos

El electroencefalograma es una prueba muy sencilla y segura que no presenta riesgos.

Sin embargo, es posible que, si el paciente padece un trastorno epiléptico, pueda sufrir un episodio convulsivo durante la hiperventilación o la fotoestimulación. Si eso ocurre, es atendido de forma inmediata por el médico especialista.

Qué esperar de un electroencefalograma

La prueba se desarrolla con el paciente tumbado sobre una camilla o sentado en un sillón. El especialista mide la cabeza del paciente con una cinta métrica y, con un lápiz especial, marca en el cuero cabelludo los puntos donde se colocarán los electrodos. Posteriormente, aplica el gel adhesivo y coloca los parches. El paciente puede notar una sensación extraña o pegajosa en el pelo, pero no sentirá ninguna molestia mientras se registran las ondas cerebrales.

Además de abrir y cerrar los ojos, respirar profundamente y mirar hacia la luz, es posible que el paciente deba leer un texto breve, realizar cálculos u observar una imagen. Si se realiza un electroencefalograma con privación del sueño, el paciente debe dormirse durante la prueba (si no lo consigue por sí solo, se le puede administrar un sedante).

La duración total de un encefalograma convencional es de unos 60 minutos, aunque el EEG con privación de sueño tiene una duración mayor. Al finalizar el estudio, el técnico retira los electrodos utilizando gasas y alcohol. Se trata de un procedimiento ambulatorio que no tiene efectos secundarios, por lo que el paciente puede retomar su rutina con total normalidad. No obstante, si se le ha administrado un sedante, es probable que se encuentre adormilado, por lo que es conveniente que esté acompañado y haga reposo en casa.

Especialidades en las que se solicita el encefalograma

El electroencefalograma se solicita en la consulta de neurología.

Cómo prepararse

Para facilitar la colocación de los electrodos, se debe acudir con el pelo limpio pero libre de productos cosméticos como acondicionadores, lacas o geles fijadores. No se debe tomar cafeína u otros estimulantes en las 8 o 12 horas previas al estudio, ya que pueden afectar a la actividad eléctrica e interferir en el resultado. De la misma forma, se debe informar al médico si se toman medicamentos como sedantes, tranquilizantes, somníferos o relajantes musculares, por si fuera necesario suspenderlos.

En ocasiones, según el objetivo del estudio, el paciente debe realizar la prueba sin haber dormido la noche antes (electroencefalograma con privación de sueño).