Trocanteritis

¿Cuáles son los síntomas de la trocanteritis? Todo sobre las causas, los tratamientos y el tiempo de recuperación de esta patología inflamatoria.

Síntomas y causas

La trocanteritis, o bursitis trocantérea, es la inflamación de una de las cuatro bursas que rodean el trocánter mayor del fémur (protuberancia ósea en la que se insertan diversos músculos y que proporciona estabilidad a la cadera). La función principal de las bursas, bolsas rellenas de líquido sinovial, es reducir la fricción entre los componentes de la articulación, pero, cuando se hinchan, producen dolor y dificultad de movimientos.

Dependiendo de la zona afectada, se puede clasificar en dos tipos:

  • Trocanteritis unilateral: supone un daño en una parte de la cadera (trocanteritis derecha o izquierda).
  • Trocanteritis bilateral: ambas partes de la cadera están afectadas.

El desgaste natural, el sobreuso de la articulación, los traumatismos directos o el efecto de enfermedades secundarias pueden propiciar la trocanteritis. Por lo tanto, es una enfermedad que pueden padecer personas de todo tipo.

La trocanteritis afecta negativamente a la calidad de vida de las personas, ya que, en numerosas ocasiones, impide hacer movimientos tan habituales como caminar o subir escaleras.

Síntomas

Los síntomas de la bursitis trocantérea se manifiestan de forma gradual. Los más destacados son:

  • Dolor de intensidad alta en el lateral de la cadera que se intensifica con el movimiento. En ocasiones, se irradia hacia el muslo o la rodilla.
  • Dificultad para moverse: el rango de movimientos de la cadera se ve limitado, por lo que muchas de las actividades cotidianas se vuelven costosas.
  • Rigidez.
  • Inflamación.
  • Enrojecimiento.
  • Calor al tacto.
  • Reducción de la movilidad en general.

Causas

La trocanteritis puede estar causada por diversos factores:

  • Uso excesivo de la cadera.
  • Movimientos repetitivos prolongados en el tiempo.
  • Deformidades en el fémur.
  • Lesiones provocadas por un traumatismo (golpes, caídas).
  • Tensión excesiva de los músculos debido a malas posturas.
  • Dismetría de las extremidades inferiores: piernas de distinta longitud.

Factores de riesgo

El riesgo de padecer trocanteritis aumenta en los siguientes casos:

  • Ser mujer: esta patología se manifiesta en mayor medida en el sexo femenino debido a factores hormonales y a las características anatómicas de la cadera.
  • Tener más de 40 años.
  • Sobrepeso y obesidad: se produce una sobrecarga en la articulación.
  • Debilidad de los músculos que rodean la cadera, especialmente, del glúteo medio.
  • Deportistas que practican ciclismo o running, especialmente, correr maratones.
  • Permanecer mucho tiempo de pie.
  • Subir y bajar escaleras continuamente.
  • Cargar y transportar mucho peso.
  • Desalineaciones posturales o discrepancia en la longitud de las piernas.
  • Pronación excesiva: el pie se inclina demasiado hacia el interior al caminar.
  • Pies planos: colapso del arco del pie cuando se hace presión.
  • Implante de cadera.
  • Escoliosis.
  • Artritis.
  • Enfermedades degenerativas.

Complicaciones

La complicación más habitual de la bursitis trocantérea es que se produzcan episodios recurrentes a pesar de haberse sometido a un tratamiento.

Prevención

La mejor forma de prevenir la trocanteritis es adoptar hábitos saludables:

  • Llevar una dieta equilibrada.
  • Mantener la hidratación.
  • Conservar un peso adecuado.
  • Corregir la pisada.
  • Hacer ejercicio de forma regular.
  • Si se practica deporte, dedicar tiempo a calentar y estirar.
  • Tener una buena higiene postural.

¿Qué médico trata la trocanteritis?

Los cirujanos ortopédicos, los traumatólogos y los reumatólogos son los especialistas que diagnostican y tratan la trocanteritis. También intervienen los especialistas en medicina deportiva o en medicina física y rehabilitación.

Diagnóstico

Para diagnosticar la trocanteritis, el especialista estudia el historial del paciente junto con los síntomas. Para confirmar las sospechas, se pueden hacer diferentes pruebas:

  • Examen físico.
  • Radiografía: permite detectar o descartar problemas óseos. Es una herramienta útil para comprobar la alineación de los huesos y la estructura del fémur.
  • Resonancia magnética: ofrece una imagen detallada de las estructuras de la cadera, incluyendo los tejidos blandos, entre los que se encuentra la bursa. Con esta prueba, se pueden detectar la inflamación o el edema.

Tratamiento

El tratamiento de la trocanteritis varía dependiendo de su gravedad y de las características del paciente. En la mayoría de los casos, se procede a un abordaje conservador y solamente se recurre a la cirugía si no se obtienen los resultados esperados.

  • Tratamiento conservador:
    • Reposo: se basa en el descanso y evitar las actividades que empeoran la patología.
    • Aplicación de hielo para reducir la inflamación y calmar el dolor.
    • Medicación: lo más frecuente es administrar antiinflamatorios, corticoides orales o mediante infiltraciones.
    • Ondas de choque: se aplican ondas acústicas para favorecer la regeneración de los tejidos y reducir la hinchazón.
    • Rehabilitación y fisioterapia: los masajes terapéuticos y los ejercicios de fortalecimiento del tronco y la zona lumbar son eficaces en estos casos, además de la natación o el remo. El plan de trabajo debe estar desarrollado por un fisioterapeuta profesional.
    • Tratamiento quirúrgico: mediante una artroscopia, en la que se hacen unas incisiones de tamaño pequeño para introducir el instrumental, se puede eliminar el tejido inflamado, reparar los daños o eliminar la bursa dañada.

El pronóstico tras el tratamiento suele ser favorable, aunque depende de las circunstancias de cada paciente. Después de una cirugía, suelen ser necesarios alrededor de tres meses para recuperarse por completo.

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