Urticaria

¿Cuáles son los distintos tipos de urticaria? Todo sobre sus causas, sus síntomas y sus tratamientos más habituales.

Síntomas y causas

La urticaria es una enfermedad de la piel que se caracteriza principalmente por la aparición de manchas rojas que suelen picar. Esta afección se produce como respuesta del sistema inmunitario ante un estímulo externo.

Existen dos tipos de urticaria dependiendo de su duración:

  • Urticaria aguda: suele aparecer de repente y desaparecer en menos de veinticuatro horas. Aun así, puede prolongarse durante hasta seis semanas sin que sea motivo de alarma. Por norma general, las pruebas diagnósticas determinan el motivo por el que se desencadenó la enfermedad.
  • Urticaria crónica: el sarpullido se mantiene durante más de seis semanas y puede llegar a mantenerse durante años. Si tenemos en cuenta su etiología, se subdivide en tres tipos:
    • Urticaria espontánea o idiopática: como su propio nombre indica, no se puede identificar sus causas. Los síntomas aparecen y desaparecen en periodos cortos de tiempo durante varias semanas.
    • Urticaria inducible: es la reacción a estímulos ambientales o físicos como la presión sobre la piel, el calor, el frío o la luz del sol.
    • Urticaria vasculitis: produce una erupción cutánea en la zona en la que existe una inflamación de los vasos sanguíneos.

El tratamiento adecuado es muy eficaz tanto para mitigar el picor como para eliminar las manchas, por lo que la urticaria suele ser una enfermedad leve. Cuando se asocia con el angioedema, que provoca inflamación en las capas más profundas de la piel, se considera una patología grave, ya que la hinchazón de determinadas partes del cuerpo como la lengua o las vías respiratorias puede comprometer la vida del paciente.

Síntomas

Los síntomas más habituales de la urticaria son:

  • Ronchas en la piel cuyo tamaño puede variar. Dependiendo del tono de la piel, se perciben de color rojo, blanco o morado.
  • Picor de diversa intensidad.
  • En el caso de angioedema, hinchazón en los ojos (principalmente en los párpados) o los labios. Excepcionalmente, también se inflaman las manos, los pies o la garganta.
  • Cuando la enfermedad es grave, dificultad respiratoria.

Causas

En la mayoría de los casos (más del 50% de las veces), no se pueden identificar las causas de la urticaria. En otros, las pruebas diagnósticas determinan el agente que ha desencadenado la enfermedad. Entre los más habituales, destacan:

  • Alimentos: los componentes de algunos comestibles como los frutos secos, los mariscos o los huevos desencadenan reacciones cutáneas en personas con alergias o una sensibilidad especial.
  • Medicamentos: algunos de los fármacos que suelen producir urticaria son la penicilina, los anticonvulsivos, la aspirina o el ibuprofeno.
  • Sol: aunque no es muy frecuente, algunas personas presentan sarpullido después de pasar pocos minutos expuestos al sol.
  • Temperatura: tanto las altas como las bajas temperaturas pueden causar una reacción cutánea.
  • Estrés: el sarpullido es una de las manifestaciones físicas del nerviosismo y la ansiedad.

Factores de riesgo

La urticaria afecta a todo tipo de personas. No obstante, aquellas que ya la han padecido anteriormente y los alérgicos son más propensos a manifestar sarpullido como respuesta autoinmune a determinados estímulos.

Complicaciones

La principal complicación de la urticaria es el angioedema. Cuando, además del sarpullido y el picor en la epidermis, se inflaman la dermis profunda y los tejidos subcutáneos, la vida del paciente corre peligro. Especialmente, si afecta a la lengua, a la garganta o a las vías respiratorias, ya que dificulta la respiración, pudiendo llegar a causar la muerte en casos más graves.

Prevención

Es difícil prevenir la urticaria, puesto que puede desencadenarse en cualquier momento. Las personas que ya la han sufrido en alguna ocasión o que tienen alergias, deben evitar el agente que las causa.

¿Qué médico trata la urticaria?

Los especialistas en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología diagnostican y tratan la urticaria.

Diagnóstico

La observación, la exploración física y la anamnesis son la base del diagnóstico de la urticaria. Para tratar de identificar su origen, se recurre a pruebas adicionales como:

  • Análisis de sangre para determinar si hay una reacción alérgica y, en caso afirmativo, identificar el alérgeno que la provoca.
  • Prueba cutánea de alergia para detectar aquellas sustancias frente a las que el sistema inmunitario reacciona.

Tratamiento

El tratamiento de la urticaria es farmacológico, que pueden administrarse de forma oral o tópica. Los antihistamínicos, los corticoides, los antiinflamatorios y los medicamentos para calmar el picor son los más eficaces en este caso.

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