Ecografía de tiroides
La ecografía de tiroides emplea ultrasonidos para observar la morfología de esta glándula, además de las parótidas y las submaxilares. Se trata de una prueba de corta duración que no supone riesgos para la salud.

Descripción General
La ecografía de tiroides es una prueba diagnóstica que ofrece imágenes de la tiroides, una glándula que se encuentra en el cuello y que produce hormonas que regulan el metabolismo (la forma en la que el cuerpo utiliza la energía). Para ello, se utilizan ultrasonidos que, al incidir sobre los tejidos, producen ecos que se traducen en imágenes gracias a la ayuda de un ordenador. Antes de emitir estas ondas sonoras con una sonda manual (transductor) se extiende un gel con base acuosa sobre la piel. De este modo, se reduce el ruido que impide obtener imágenes nítidas.
Esta prueba ofrece una visión clara de la morfología de la tiroides y otras estructuras cercanas, es habitual que también se estudien las glándulas parótidas y las submaxilares (encargadas de generar saliva). Conviene saber que no proporciona información sobre la función tiroidea, para ello, es preciso hacer un análisis de sangre.
¿Cuándo está indicada?
La ecografía tiroidea está indicada cuando el examen físico (palpación) no es suficiente para confirmar la presencia de un nódulo, además de ayudar a determinar si es benigno o maligno y observar sus características. Esta prueba también se utiliza para valorar la evolución de un tumor después de recibir tratamiento. Además, es útil para diagnosticar el hipo o el hipertiroidismo.
En algunos casos, se utiliza esta técnica para planificar y guiar en procedimientos quirúrgicos, como una biopsia.
¿Cómo se realiza?
Para someterse a una ecografía de tiroides, el paciente permanece tumbado y con la cabeza recostada sobre una almohada o soporte. Durante el procedimiento, es preciso que el cuello permanezca lo más estirado posible.
Una vez en posición, el especialista aplica un gel acuoso en el cuello y, sobre él, desliza el transductor por la zona hasta obtener las imágenes deseadas.
Riesgos
Al no utilizar radiación ni contraste, la ecografía de tiroides es inocua para la salud.
Qué esperar de una ecografía de tiroides
El día de la prueba, se recomienda acudir con ropa cómoda. El paciente debe estar preparado para mantener el cuello estirado y estar lo más quieto posible durante la ecografía para que las imágenes se vean con claridad.
El gel que se utiliza para facilitar la transmisión y recepción de las ondas, suele estar frío en el momento de la aplicación. Es posible notar molestias cuando el especialista presiona algunas zonas con el objetivo de ver con mayor detalle, pero no se trata de una prueba dolorosa.
Las ecografías tiroideas son un procedimiento ambulatorio que dura entre 15 y 30 minutos y que no precisa hospitalización ni reposo posterior. A pesar de que las imágenes se ven en tiempo real, normalmente se explican los resultados en la consulta pasados varios días.
Especialidades en las que se solicita una ecografía de tiroides
La ecografía de tiroides se utiliza en endocrinología, oncología o medicina interna.
Cómo prepararse
La ecografía de tiroides no requiere una preparación especial. No es preciso cambiar la alimentación ni acudir en ayunas.