Hemocultivo

Un hemocultivo es una técnica de microbiología consistente en obtener una muestra de sangre e incubarla en el laboratorio para confirmar o descartar la presencia de agentes patógenos y la consecuente infección.

Prueba de laboratorioPrueba de laboratorio

Descripción General

Un hemocultivo es un análisis de laboratorio que permite detectar la presencia de microorganismos como bacterias u hongos en la sangre y confirmar así la existencia de una infección y su agente causante.

Una infección en la sangre generalmente se deriva de una infección generada en otra parte del organismo, que se disemina al torrente sanguíneo porque el sistema inmune no consigue contenerla.

¿Cuándo está indicado?

Es necesario realizar un hemocultivo cuando el paciente presenta síntomas que hacen sospechar una infección sistémica, o sepsis. Los síntomas habituales incluyen:

  • Fiebre alta.
  • Escalofríos.
  • Sudoración excesiva.
  • Aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca.
  • Fatiga.
  • Náuseas.
  • Presión arterial baja.
  • Disminución de la micción.
  • Confusión y desorientación.
  • Dolor e inflamación generalizados.
  • Formación de coágulos.
  • Fallo o insuficiencia en varios órganos.

El hemocultivo está especialmente indicado si, además de presentar los síntomas anteriores, el paciente ha padecido una infección reciente, ha sido sometido a una intervención quirúrgica o está siendo tratado con fármacos inmunosupresores, ya que en estos casos el riesgo de contraer una infección sistémica es mayor.

Un hemocultivo, por tanto, permite identificar la bacteria u hongo específico causante de la infección y, consecuentemente, establecer el tratamiento antibiótico o antifúngico adecuado.

¿Cómo se realiza?

La muestra de sangre necesaria para el hemocultivo se extrae mediante venopunción. La sangre extraída se introduce en dos tubos o frascos: uno se va a utilizar para buscar organismos aerobios (necesitan oxígeno para desarrollarse) y el otro, para organismos anaerobios (se desarrollan sin oxígeno).

Se utiliza un tubo con tapón naranja (contienen un activador de coágulo para que se espese en unos minutos)para la búsqueda de organismos aerobios mientras que se elige un tubo de tapón verde (con heparina de litio) para los aerobios.

Una vez extraídas, las muestras se envían al laboratorio, donde son colocadas en sendas placas de cultivo (llamadas placas de Petri) e incubadas en un medio de cultivo que contiene nutrientes para promover el crecimiento de los microorganismos existentes y poder identificarlos después en el microscopio. En ocasiones se utilizan otros métodos identificativos adicionales, como la tinción de Gram. En esta prueba, se aplica un tinte especial para identificar los tipos de microbios presentes en el cultivo en función de su forma y de la coloración adquirida al aplicar el tinte.

Normalmente se recogen varias muestras de sangre, de distintas venas y en distintos momentos (hemocultivos seriados). Esto aumenta la sensibilidad de detección, ya que permite detectar bacterias que solo se encuentran en bajas cantidades o de forma intermitente, así como distinguir entre microorganismos patógenos causantes de la infección (que aparecen en varios cultivos) y microorganismos cutáneos que han podido contaminar la muestra.

Un hemocultivo negativo quiere decir que no se han encontrado microorganismos en sangre y, por lo tanto, no hay infección. Un hemocultivo positivo significa que en dos o más de las muestras tomadas se ha encontrado el mismo tipo de hongo o de bacteria y existe una infección que requiere tratamiento inmediato. Una mezcla de resultados positivos y negativos puede indicar tanto una infección como la contaminación de la muestra.

En caso de ser positivo, se realiza además un antibiograma, una prueba que determina la sensibilidad del microorganismo a diversos antibióticos.

Riesgos

La extracción de la muestra de sangre para el hemocultivo es un procedimiento rápido y sencillo que no presenta complicaciones graves. Entre las complicaciones leves se encuentran:

  • Sangrado excesivo.
  • Mareo o desmayo.
  • Formación de un hematoma en la zona de punción.
  • Infección por la punción (muy infrecuente).

Como se ha mencionado, al realizar un hemocultivo existe la posibilidad de obtener un falso positivo por la contaminación de las muestras. En este caso, el especialista debe interpretar los resultados en función del contexto clínico del paciente, del microorganismo identificado y de otras pruebas realizadas.

Qué esperar de un hemocultivo

La venopunción para extraer la muestra suele realizarse en una vena del brazo. Antes de insertar la aguja, se limpia la zona con antiséptico, para reducir la posibilidad de que un microorganismo cutáneo contamine la muestra, y se coloca una banda elástica en el brazo, por encima del lugar de punción, para favorecer el llenado de la vena. Al insertar la aguja, es normal sentir un dolor moderado. En un paciente adulto, se extraen entre 8 ml y 10 ml de sangre; en niños, entre 1 ml y 4 ml.

Extraída la muestra, se retira la banda elástica, se coloca una gasa estéril y se ejerce presión sobre la punción para evitar el sangrado. Por lo general, inmediatamente después de extraer una muestra se extrae otra desde otra vena. El resto de muestras se espacian en el tiempo.

Especialidades en las que se solicita el hemocultivo

El hemocultivo puede solicitarse en la unidad de medicina intensiva, hematología o anatomía patológica.

Cómo prepararse

La extracción de muestras para un hemocultivo no necesita ninguna preparación especial.