Potenciales evocados

Descripción General

Las pruebas de potenciales evocados son un conjunto de técnicas diagnósticas neurofisiológicas cuyo objetivo es examinar la función e integridad de las vías nerviosas mediante el registro de la actividad eléctrica del cerebro en respuesta a diferentes estímulos sensitivos. Es decir, se estudia la respuesta del sistema nervioso central a los estímulos sensoriales explorando las vías nerviosas periféricas que transmiten la información al cerebro.

En función de las vías nerviosas estudiadas, se clasifican diferentes tipos de potenciales evocados:

• Potenciales evocados visuales: se evalúa la integridad de la vía visual, registrando los cambios producidos en la actividad bioeléctrica cerebral tras una estimulación luminosa.
• Potenciales evocados del tronco encefálico: se estudia la función de la vía auditiva, desde el nervio auditivo hasta el tronco cerebral, midiendo la actividad cerebral ante estímulos auditivos.
• Potenciales evocados somatosensoriales: se examina la vía somatosensorial, responsable de transmitir la información táctil, vibratoria y propioceptiva. Se utiliza la estimulación con corriente eléctrica sobre la piel de las extremidades.
• Potenciales evocados motores: monitorizan la función de la vía corticoespinal y bulbar, desde el córtex motor en el cerebro hasta los músculos periféricos, mediante la aplicación de estímulos electromagnéticos transcutáneos.
• Potenciales evocados vestibulares miogénicos: evalúan la función de la región del oído interno encargada del equilibrio (función vestibular) aplicando estímulos auditivos de alta intensidad.

¿Cuándo está indicada?

La función de los potenciales evocados es proporcionar información sobre la conducción nerviosa y detectar lesiones en las vías sensitivas. Así, se utilizan en el diagnóstico y el seguimiento de diferentes patologías neurofisiológicas, entre ellas:

• Esclerosis múltiple.
• Hipoacusia.
• Neuritis óptica.
• Lesiones en la médula espinal o el tronco encefálico.
• Neuropatías.
• Traumatismos craneales.

Las pruebas de potenciales evocados son especialmente útiles para el diagnóstico precoz de lesiones nerviosas que no presentan síntomas visibles. Además, se utilizan para evaluar la función cerebral en pacientes que se encuentran en estado de coma, para valorar su pronóstico.

¿Cómo se realiza?

El funcionamiento de la prueba se basa en la colocación de electrodos sobre el cuerpo del paciente, que se adhieren mediante un gel conductor,y la presentación de estímulos concretos en función de los potenciales evocados correspondientes:

• Potenciales evocados visuales: se colocan electrodos de superficie o de aguja subdérmica sobre el cuero cabelludo. Generalmente, se utilizan dos tipos de estímulo lumínico: una fuente de luz que emite un flash repetitivo a una frecuencia determinada o una pantalla que muestra un tablero de ajedrez que alterna ambos colores mientras que el paciente fija la vista en una imagen que hay en el centro del tablero.
• Potenciales evocados del tronco encefálico: además de los electrodos en el cuero cabelludo, se colocan electrodos de superficie en los lóbulos de la oreja o las mastoides. A través de unos auriculares, el paciente recibe sonidos, como tonos o clics, con diferentes intensidades. Cada nervio auditivo se estudia de forma individual.
• Potenciales evocados somatosensoriales: los electrodos se colocan en el cuero cabelludo, la región cervical, la región lumbar y la región proximal de las extremidades. Se aplica corriente eléctrica de baja intensidad en las extremidades, generalmente en las muñecas y los tobillos y, en ocasiones, en los muslos.
• Potenciales evocados motores: se colocan electrodos sobre las extremidades inferiores o superiores y se aplica un estímulo electromagnético mediante una bobina situada sobre la cabeza del paciente.
• Potenciales evocados vestibulares: los electrodos se colocan sobre el músculo esternocleidomastoideo y sobre el borde inferior de los ojos. El paciente recibe estímulos auditivos de alta intensidad mediante auriculares. Se evalúa cada vía auditiva por separado.

Riesgos

La prueba de potenciales evocados es un procedimiento inocuo para el paciente, aunque los estímulos utilizados pueden resultar molestos. Asimismo, existe la posibilidad de desarrollar una leve irritación en la piel debido a los electrodos, o una reacción alérgica al gel conductor. Si se utilizan electrodos subcutáneos de aguja, hay un mínimo riesgo de infección o sangrado.

Las pruebas de potenciales evocados, además, pueden estar contraindicadas en pacientes epilépticos, con prótesis metálicas o con dispositivos eléctricos o electrónicos como marcapasos o estimuladores.

Qué esperar de una prueba de potenciales evocados

La prueba se realiza con el paciente sentado o tumbado sobre una camilla, en función de cada estudio específico. Es conveniente que el paciente trate de estar relajado y tranquilo. Es probable sentir molestias durante la colocación de los electrodos, especialmente si se trata de electrodos subcutáneos. Si se aplican estímulos eléctricos, es normal sentir calambres ligeros o sensación de hormigueo, pero generalmente son bien tolerados. Asimismo, es posible sentir vértigos o sensación de mareo durante la prueba de potenciales evocados vestibulares, pero son síntomas leves y de corta duración. Una vez finalizado el estudio, se retiran los electrodos y se limpian los restos de gel conductor.

Los estudios de potenciales evocados son pruebas largas, ya que es necesario aplicar cientos de estímulos para obtener resultados precisos. La duración de los potenciales visuales y auditivos es de unos 30 o 40 minutos, mientras que los potenciales somatosensoriales y motores pueden llegar a los 60 minutos. Son procedimientos ambulatorios tras los cuales el paciente puede retomar su rutina con total normalidad.

Especialidades en las que se solicita la prueba de potenciales evocados

Los potenciales evocados se solicitan en las especialidades de neurología y neurofisiología clínica.