Prueba de la mesa basculante
La prueba de la mesa basculante es un procedimiento que ayuda a conocer cómo reacciona el organismo ante los cambios de posición. Un procedimiento de la especialidad de cardiología que permite diagnosticar las causas de los mareos o los desmayos.

Descripción General
La prueba de la mesa basculante, también conocida como test de basculación, se utiliza en cardiología para estudiar la reacción del cuerpo ante un cambio de posición. Es un procedimiento útil para determinar las causas por las que se ha producido un síncope (pérdida de conocimiento), especialmente para diferenciar entre los mareos provocados por causas fisiológicas y aquellos derivados de una alteración emocional o psicológica.
Esta prueba se basa en el estudio de la respuesta cardiovascular y del sistema nervioso autónomo del paciente cuando, al cambiar la posición de su cuerpo, se acumula una mayor cantidad de sangre en las venas de una zona del organismo.
Gracias al test de basculación se diagnostican enfermedades como el síncope vasovagal (el tipo de pérdida de consciencia más frecuente), la taquicardia postural, la hipotensión ortostática (bajada de tensión al ponerse de pie) o las arritmias.
¿Cuándo está indicado?
La prueba de la mesa basculante se realiza en pacientes que han sufrido uno o varios síncopes. Es habitual para evaluar a personas jóvenes que no tienen ninguna enfermedad diagnosticada o a personas mayores cuyas pruebas cardiacas previas no han sido concluyentes.
¿Cómo se realiza?
El paciente se tumba en una camilla rígida con un soporte para apoyar los pies y se colocan correas alrededor de su cuerpo para que no se mueva, aunque la mesa cambie de posición. Después, se colocan electrodos en el pecho para medir la frecuencia cardiaca, el brazalete del tensiómetro en uno de los brazos para controlar la presión arterial y un pulsioxímetro en uno de los dedos para registrar el nivel de oxígeno en la sangre.
Tras la preparación, comienza la prueba propiamente dicha:
- La mesa permanece en posición horizontal durante unos 5 minutos, mientras se toma nota de las constantes vitales basales.
- Se inclina la camilla hasta alcanzar una posición semivertical (de 60 a 80 grados) y se mantiene durante aproximadamente 20 minutos. Se continúa observando las constantes del paciente y posibles signos de síntomas (sudoración, náuseas, palpitaciones).
- Si no se producen estos síntomas, se administra un medicamento que favorece la respuesta de los sistemas cardiovascular y nervioso. De este modo, se propicia la manifestación del mareo o del síncope.
- Finalmente, se coloca la mesa en posición vertical durante unos 15 minutos.
En el caso de que el paciente se desmaye, se le coloca inmediatamente en posición horizontal y se le atiende hasta que recobra la consciencia.
Riesgos
El test de basculación es una prueba no invasiva que no suele suponer un riesgo para el paciente.
Cuando la prueba provoca una bajada de la tensión arterial, inestabilidad o mareos, los efectos secundarios remiten al permanecer un tiempo en posición horizontal. En raras ocasiones, se presentan reacciones alérgicas al pegamento con el que se colocan los electrodos.
Qué esperar de la prueba de la mesa basculante
Para hacerse una prueba de la mesa basculante, hay que firmar un consentimiento informado. Después, el paciente se pone una bata facilitada por el centro médico y se tumba en la camilla.
Las cintas con las que se sujeta al paciente a la mesa son suaves y no provocan ningún daño. Aunque se siente su presión cuando sujetan el peso corporal mientras se está inclinado.
El procedimiento no suele superar los 45 minutos de duración y, aunque se puede volver a la rutina de inmediato, conviene estar un tiempo acompañado por si se produce algún mareo en las horas posteriores a la prueba.
Especialidades en las que se solicita la prueba de la mesa basculante
El test de basculación es una técnica habitual en la especialidad de cardiología.
Cómo prepararse
Se debe acudir a la prueba de la mesa basculante en ayunas de dos o tres horas.