Prueba del parche
La prueba del parche es una técnica para identificar qué sustancias provocan una reacción alérgica cutánea en el paciente. Consiste en aplicar diversos alérgenos (sustancias que pueden provocar una reacción alérgica) sobre un apósito que se coloca sobre la piel del paciente durante varios días.

Descripción General
La prueba del parche, o patch test, es un tipo de prueba de alergia epicutánea utilizada para identificar las sustancias específicas que están causando una reacción alérgica en el paciente denominada dermatitis de contacto.
La dermatitis de contacto es una respuesta inflamatoria del sistema inmunitario que se manifiesta en la piel ante el contacto con determinados alérgenos, o irritantes. Entre los irritantes más frecuentes se encuentran detergentes, jabones, disolventes, metales, ingredientes cosméticos, cauchos o plantas.
¿Cuándo está indicada?
La prueba del parche se indica en pacientes que presentan en la piel síntomas típicos de la dermatitis de contacto, entre los que se incluyen:
- Enrojecimiento e inflamación.
- Manchas.
- Piel seca, agrietada y escamosa.
- Sarpullido, ampollas o costras, a veces con exudado.
- Picazón, ardor.
- Aumento de la sensibilidad.
¿Cómo se realiza?
El fundamento de la prueba es exponer la piel del paciente, de forma controlada, a los alérgenos que pueden causar la reacción. Para ello, se utilizan unos apósitos o parches de polietileno que se impregnan con diferentes extractos alergénicos, esto es, soluciones acuosas formadas por compuestos biológicos extraídos de alérgenos naturales. Cada parche, además, es numerado para poder identificar la sustancia aplicada en cada uno. Estos apósitos se colocan sobre la piel de la espalda (a una distancia mínima de tres centímetros unos de otros) y se cubren con papel adhesivo, para que estén en contacto continuo con la piel durante 48 horas.
La cantidad de parches utilizados depende del número de sustancias sospechosas que se quieran comprobar. Es habitual utilizar una selección estándar de alérgenos, como la batería determinada por el Grupo Español de Investigación en Dermatitis de Contacto e Inmunoalergia Cutánea (GEIDAC), compuesta por unos 30 alérgenos. Asimismo, se pueden hacer pruebas adicionales con sustancias específicas con las que el paciente mantenga contacto diario.
Después de 48 horas, los parches se retiran y se realiza una primera lectura de los resultados, es decir, se comprueba qué sustancias han producido una reacción alérgica (eccema, enrojecimiento, hinchazón). A las 96 horas, y sin haber lavado la piel de la zona, se realiza una segunda lectura con la que se obtiene el diagnóstico definitivo. También es habitual realizar una tercera lectura a los seis o siete días de colocar los parches, para detectar posibles reacciones tardías.
Riesgos
En ocasiones, puede aparecer el denominado síndrome de la piel excitada, es decir, que la reacción positiva a una de las sustancias alergénicas del parche sea tan fuerte que se manifieste también en otras zonas cubiertas por otros apósitos, dando lugar a falsos positivos. También es posible, aunque no habitual, que se produzca sensibilización a una de las sustancias aplicadas. Asimismo, pueden aparecer manchas o decoloraciones en la piel que tardan un tiempo en desaparecer.
Qué esperar de una prueba del parche
Antes de comenzar, el paciente debe quitarse la ropa de la parte de arriba del cuerpo. Los parches se colocan en una zona sana de piel, preferentemente en la parte superior de la espalda. Si existen erupciones o lesiones, se aplican en la parte exterior del brazo. La colocación de los parches puede llevar más o menos tiempo en función del número de sustancias que se quieran comprobar, pero no suele superar los 40 minutos.
Mientras se lleven los apósitos colocados y hasta que se haga la última lectura, la zona debe permanecer completamente seca y sin sudoración, ya que los parches pueden desplazarse o desprenderse y algunas sustancias pueden eliminarse. Por lo tanto, no se puede lavar la zona ni tampoco practicar actividades físicas intensas. Asimismo, no se debe exponer la piel a la luz sol, ya que algunas sustancias pueden reaccionar a ella. En caso de desprenderse algún parche, debe recolocarse inmediatamente y fijarse con esparadrapo.
Es normal sentir picazón o ardor en la piel, pero el paciente debe evitar rascarse, ya que la piel puede irritarse y provocar una interpretación incorrecta de los resultados. Si los resultados son positivos, la reacción provocada puede durar varias semanas.
Especialidades en las que se solicita la prueba del parche
La prueba del parche se solicita en la unidad de alergología.
Cómo prepararse
Antes de hacer la prueba se debe asear la piel, pero sin aplicar cremas, ungüentos o lociones. En caso de tener mucho vello corporal, puede ser necesario afeitarlo el día antes. Asimismo, debe evitarse la exposición al sol durante las dos semanas anteriores porque reduce la reactividad de la piel, así como suspender la administración de corticoides sistémicos o tópicos y la toma de antihistamínicos, ya que estos medicamentos pueden influir en los resultados del test de parche.