Test de embarazo
Una prueba de embarazo clínica confirma el embarazo de la paciente a través de dos procedimientos: un análisis de sangre para detectar la presencia de hormona hCG y una ecografía transvaginal para visualizar el interior de la cavidad pélvica y comprobar la existencia del saco gestacional.

Descripción General
Una prueba de embarazo se realiza para confirmar que la paciente está embarazada. El objetivo es detectar la presencia de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG) en la sangre o en la orina. Esta hormona se produce cuando uno de los óvulos ha sido fertilizado, por lo que solo se encuentra en el organismo de las mujeres embarazadas. La concentración de hCG aumenta muy rápidamente durante las 10 primeras semanas de gestación, prácticamente duplicándose cada 48 horas.
Por lo general, la paciente se realiza en casa un test de orina de venta libre y, en caso de ser positivo, acude a la consulta médica para confirmar el embarazo con un análisis de sangre y una ecografía transvaginal. El test sanguíneo es más sensible que el de orina, ya que detecta niveles más bajos de hCG: para confirmar un embarazo con un test de orina, se requieren 20 mIU/ml (miliunidades internacionales por mililitro) de hCG, mientras que un análisis de sangre lo detecta con solo 5 mIU/ml. Existen dos tipos de pruebas de embarazo en sangre:
- Cualitativo: confirma la presencia de hormona hCG.
- Cuantitativo: mide la concentración de hormona hCG presente.
La ecografía transvaginal, por su parte, es una prueba diagnóstica que permite visualizar imágenes de la cavidad pélvica mediante la aplicación de ultrasonidos.
¿Cuándo está indicado?
Para que sea realmente fiable, un test de embarazo, ya sea de orina o en sangre, debe realizarse a los 14 o 15 días desde la fecundación o tras tener un retraso en la menstruación de tres o cuatro días, aunque la prueba en sangre ya puede confirmar o descartar el embarazo a los seis o nueve días de la fecundación. Si se realiza antes de ese plazo, es posible obtener un falso negativo: a pesar de existir el embarazo, no ha pasado el tiempo suficiente como para detectar una cantidad adecuada de hCG.
La prueba cuantitativa, además, se utiliza para vigilar el desarrollo del embarazo durante los dos primeros meses de gestación:
- Un nivel de hCG que no se eleva adecuadamente puede ser indicativo de un problema en el embarazo, como un aborto espontáneo o un embarazo ectópico (fuera del útero).
- Un nivel demasiado alto de hCG puede significar la presencia de un embarazo múltiple o un embarazo molar (crecimiento anormal de las células que forman la placenta que impide el desarrollo normal del feto).
La ecografía transvaginal, por su parte, se realiza entre las semanas seis y nueve de gestación. Confirma el embarazo a partir de la presencia del saco amniótico y, además, puede determinar la edad gestacional y permite identificar diferentes condiciones, como un embarazo ectópico, anembrionario (sin embrión) o múltiple.
¿Cómo se realiza?
La prueba de embarazo en sangre consiste en extraer una muestra de sangre (generalmente un tubo) utilizando una aguja hipodérmica con una jeringa incorporada. La muestra se toma de una vena del brazo.
Para la ecografía transvaginal se utiliza un aparato denominado ecógrafo, que incorpora un dispositivo llamado transductor que se introduce en la vagina de la paciente y se desplaza por la zona mientras emite ultrasonidos. Estas ondas sonoras rebotan sobre los órganos y tejidos pélvicos, creando ecos que son recibidos de vuelta por el transductor y enviados a una computadora que los transforma en imágenes. Estas imágenes se visualizan en tiempo real en el monitor del ecógrafo.
Riesgos
La ecografía transvaginal es un procedimiento sencillo y seguro que no supone ningún tipo de riesgo para la paciente. En el caso del análisis de sangre, la única complicación posible es la formación de un pequeño hematoma en el lugar donde se inserta la aguja.
Qué esperar de un test de embarazo
La prueba de embarazo en sangre se realiza con la paciente sentada con el brazo extendido. El médico localiza la vena en la cual practicar la punción (habitualmente en la cara anterior del codo), coloca una goma elástica por encima del punto de punción para favorecer el llenado de la vena y desinfecta la zona con una gasa estéril empapada en alcohol. Es normal sentir un dolor leve cuando se inserta la aguja. Una vez extraída la sangre, se coloca un apósito y se ejerce una suave presión para detener el sangrado. El procedimiento se completa en pocos minutos.
Antes de comenzar la ecografía, la paciente debe quitarse la ropa de la parte inferior del cuerpo, colocarse una bata de hospital y vaciar la vejiga. Entonces, se tumba boca arriba sobre la camilla, con las piernas flexionadas. Antes de introducirlo en la vagina, el transductor se cubre con un protector de látex desechable y se le aplica una capa de gel lubricante para facilitar su inserción. Aunque el transductor tiene un tamaño pequeño, es posible notar una molestia leve mientras se realiza la exploración. El estudio tiene una duración aproximada de 15 minutos. Una vez finalizado, la paciente puede retomar sus actividades diarias con total normalidad. Puede ocurrir que durante las horas posteriores presente algo de flujo vaginal debido al uso de gel lubricante, pero es escaso y no supone un problema.
Especialidades en las que se solicita el test de embarazo
Las pruebas de embarazo se solicitan en las especialidades de Atención primaria, ginecología y obstetricia y reproducción asistida.
Cómo prepararse
Tanto el análisis de sangre como la ecografía son pruebas que no necesitan ninguna preparación previa, aunque es recomendable acudir a la ecografía vestida con ropa cómoda.