Tomografía axial computarizada de cuello

El TAC de cuello se utiliza para estudiar el estado de las estructuras y los tejidos del cuello. En este procedimiento se utilizan rayos X para obtener imágenes en tres dimensiones.

Tomografía axial computarizada de cuelloTomografía axial computarizada de cuello

Descripción General

La tomografía axial computarizada (TAC) de cuello es una prueba que emplea rayos X desde ángulos distintos para obtener imágenes detalladas de la cara y el cuello. Normalmente, se hace para detectar enfermedades que afectan a los sistemas respiratorio y digestivo superiores, en particular, de la garganta.

Las estructuras que se pueden estudiar con un TAC de cuello son:

  • Huesos: vértebras cervicales (C1 a C7), maxilar, mandíbula, hioides.
  • Tejidos blandos: músculos, amígdalas, adenoides, garganta, vías respiratorias, glándulas salivales, ganglios linfáticos, tiroides.
  • Vasos sanguíneos: arterias carótidas, arterias vertebrales, tronco tirocervical, venas yugulares, venas vertebrales y vena tiroidea.

El TAC de cuello suele combinarse con el TAC de cabeza para obtener un diagnóstico más preciso. Esta técnica también se utiliza para planificar intervenciones quirúrgicas en la zona y comprobar la evolución de algunos tratamientos.

¿Cuándo está indicada?

Este tipo de tomografía axial computarizada se realiza en pacientes con inflamación o bultos en el cuello, alteración en la voz o problemas para tragar. Es un procedimiento que se utiliza para detectar:

  • Infecciones.
  • Quistes benignos.
  • Tumores cancerosos.
  • Malformaciones congénitas.
  • Alteraciones en las vértebras cervicales.

El TAC de cuello está contraindicado en embarazadas y mujeres en periodo de lactancia. Además, se debe evitar el uso de contraste en pacientes con problemas cardiacos, renales o tiroideos. En pacientes pediátricos se evalúa cada caso para determinar si es preferible utilizar una técnica alternativa.

¿Cómo se realiza?

Un TAC de cuello se lleva a cabo en la sala de radiología de los centros médicos siguiendo estos pasos:

  • El paciente se tumba bocarriba en una camilla.
  • Cuando es necesario, se inyecta una sustancia de contraste en una vena periférica para facilitar la visión de algunos tejidos, como los vasos sanguíneos o los tumores cancerosos. Este tipo de células absorben mayor cantidad de contraste, por lo que retienen más radiación y quedan reflejadas en las imágenes con un color brillante.
  • Se desliza la camilla en el interior del aparato, que tiene forma de tubo.
  • El dispositivo gira alrededor del paciente para tomar imágenes bidimensionales (de entre uno y diez milímetros de grosor).
  • Se superponen las placas para conformar una representación tridimensional de las estructuras del cuello.

Riesgos

La dosis de radiación que se utiliza normalmente en un TAC de cuello es de 3 milisieverts, que equivalen a un año de radiación natural de fondo (la presente en la naturaleza sin agentes contaminantes). Por lo tanto, cuando se hace de forma puntual no supone un riesgo para el paciente. En aquellos casos en los que se hacen pruebas de este tipo de forma recurrente, es posible que aumente el riesgo de padecer cáncer en el futuro.

El material de contraste puede provocar una reacción alérgica (picor, dolor de cabeza, sarpullido), aunque no es lo habitual.


Qué esperar de un TAC de cuello

El paciente se viste con la bata hospitalaria y se quita los objetos de metal que tenga puestos (gafas, dentadura postiza, audífonos, joyas). Después, firma el consentimiento informado y entra en la sala de radiodiagnóstico.

El contraste se inyecta en una vena periférica, que suele ser del brazo, una vez que el paciente está tumbado en la camilla. Es normal sentir, además de un leve pinchazo, taquicardia y calor repentino en el pecho, el brazo los genitales que se pasa en pocos minutos.

Aunque el dispositivo hace ruidos al girar y emitir los rayos X, no es excesivamente molesto. Durante el procedimiento, que dura alrededor de 10 o 20 minutos, la camilla se mueve de adelante hacia atrás, pero el paciente debe estar lo más quieto posible.

Se puede volver a la rutina, sin necesidad de hacer reposo, una vez finalizada la prueba.

Especialidades en las que se solicita el TAC de cuello

Los radiólogos hacen el TAC de cuello e interpretan las imágenes para compartir los resultados con los especialistas en oncología, medicina interna, otorrinolaringología, endocrinología, neurología o neurocirugía.

Cómo prepararse

Es necesario hacer ayuno de cuatro o seis horas antes de un TAC de cuello con contraste.

Se recomienda acudir a la cita con ropa fácil de quitar y sin maquillaje. Como no se puede acceder a la sala de radiología con objetos metálicos, lo mejor es dejarlos en casa.