Quirónsalud
Blog del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Valle del Henares

Uña encarnada
La uña encarnada (uña incarnata o onicocriptosis) es una condición dermatológica relativamente común que causa morbilidad y cierta incapacidad en la vida diaria en los pacientes que la padecen.
Afecta con mayor frecuencia a la uña del dedo gordo del pie, aunque puede afectar a cualquiera de ellas. La causa consiste sobre todo en la desproporción entre el tamaño de la uña y del lecho de la uña, y el engrosamiento o hipertrofia de los pliegues laterales de la misma. Pero existen varios factores que pueden empeorarlo o desencadenar su aparición, como los traumatismos o microtraumatismos por la práctica de actividad deportiva, corte incorrecto de las uñas, calzados inadecuados, hiperhidrosis, sobrepeso, hábitos higiénicos insuficientes, enfermedades ortopédicas, infecciones (como las onicomicosis o infección por hongos).
Los síntomas que acompañan a la uña encarnada se van a presentar en función del estadio clínico de la enfermedad: desde dolor, rojez e inflamación en uno o en ambos pliegues laterales de la uña, que ocasiona molestias al andar o para realizar actividad deportiva. Si avanza en intensidad puede haber hiperhidrosis severa, hipersensibilidad local, aparición de granulomas e infecciones, con incapacidad para andar.
En los casos más leves y en los niños, se puede hacer un tratamiento conservador consistente en utilizar calzado ancho, corte correcto de las uñas, técnicas como el masaje de los pliegues laterales de las uñas, tracción del pliegue lateral con cinta adhesiva o utilizando órtesis específicas. Si estas medidas fallan, o en los casos moderados y graves se realiza tratamiento quirúrgico.
En todos los pacientes es además fundamental corregir posibles factores desencadenantes y educar sobre el correcto cuidado de nuestras uñas.
Cosméticos ungueales
Por lo general son productos seguros, pero su uso generalizado ha conllevado a la aparición de reacciones adversas, no deseadas a estos procedimientos, tanto a nivel de las usuarias como en las profesionales que se dedican a manejar estos productos. Para poder identificar y manejar de forma adecuada estas reacciones es necesario poseer un conocimiento amplio tanto de las técnicas como con los materiales utilizados en los mismos.
Estos productos pueden producir dermatitis de contacto o irritativa, urticaria por contacto, parestesias, onicólisis, infecciones o alteración de la coloración.
De forma paradójica, el uso continuado de endurecedores puede dar lugar a una lámina ungueal más rígida y por tanto más susceptible de romperse.
Los llamados esmaltes de uña "eco" son productos que ya no contienen en su composición algunos de los compuestos que ocasionaban más reacciones adversas en la piel. Su ausencia en la composición de estos nuevos esmaltes aumenta su seguridad y disminuye la frecuencia de aparición de reacciones adversas cutáneas asociadas al uso de estos productos.
Uñas artificiales
Consisten en un método cosmético que crea la ilusión de unas uñas fuertes, largas y atractivas. Pueden tener utilidad en determinadas patologías ungueales como las distrofias ungueales o simplemente en aquellas usuarias con uñas delgadas, de aspecto débil.
Básicamente existen 3 métodos para conseguir este efecto: uñas acrílicas (porcelana), uñas de gel y uñas postizas (o prefabricadas).
Los componentes acrílicos de las uñas artificiales pueden ocasionar dermatitis de contacto alérgica que se puede manifestar entre 2 a 4 meses, e incluso hasta 16 meses, después de la primera aplicación. El primer signo es el prurito en el lecho ungueal. Además, suele asociarse con paroniquia y dolor intenso en el área periungueal; y a veces parestesias. El lecho ungueal está seco, engrosado y generalmente con onicólisis. La lamina ungueal se vuelve más fina, con roturas frecuentes, asociando a veces alteraciones de la coloración. Igualmente se puede manifestar con aparición de dermatitis en la cara.
Uñas amarillas
La coloración amarillenta de las uñas es una condición propia de ancianos, por crecimiento lento, afectando sobre todo las uñas de los pies; también se observa en el síndrome de las uñas amarillas, linfedema, en micosis por cándidas, o por determinados medicamentos como las tetraciclinas. Además, la aplicación continuada de esmaltes ungueales también puede ocasionar un tono amarillo en las uñas por depósitos de pigmentos contenidos en el esmalte. Si el depósito del pigmento es superficial, puede desaparecer espontáneamente, si es profundo solo desaparecerá con el crecimiento de la uña.
El tratamiento es el de causa que lo ha originado. En el caso de los esmaltes ungueales, esto se puede prevenir mediante la aplicación de una capa base.
Las uñas constituyen un anexo cutáneo muy importante por su función de protección contra traumatismos y agresiones en la falange distal subyacente, por su efecto de contrapresión al pulpejo, que es importante para la manipulación de objetos y sensación táctil, pero igualmente como elemento de belleza. Paralelamente las uñas también pueden proporcionar información sobre hábitos, profesión e inclusive estado de salud porque determinadas alteraciones o signos podrán indicar la presencia de enfermedades sistémicas.

Las alteraciones en las uñas constituyen un motivo de consulta bastante habitual en Dermatología, pero requieren una valoración especializada para poder obtener un diagnóstico adecuado y así pautar un tratamiento eficaz.
En muchas ocasiones son difíciles de tratar, en parte por la dificultad de conseguir que el tratamiento que tenga capacidad de penetrar en la lámina ungueal, y porque normalmente es necesario esperar varios meses para obtener mejoría, y este retraso puede conllevar al abandono del tratamiento antes de ver sus efectos.
El espectro de alteraciones que envuelven las uñas es bastante amplio, e incluye infecciones, enfermedades inflamatorias, tumores benignos u malignos, alteraciones por cosméticos y alteraciones congénitas.
Clínicamente esto se manifiesta sobre todo mediante alteraciones en el color y en el grosor y textura de las uñas.
Algunos de los problemas más consultados por los pacientes sobre uñas:
Fragilidad de las uñas
Es unos de los problemas más consultados; casi exclusivamente afecta a las uñas de las manos y con más frecuencia afecta a las mujeres y es más frecuente a mayor edad.
Puede ser de origen desconocido o secundario a factores que alteran la producción de la uña: enfermedades dermatológicas, sistémicas, traumatismos, déficits nutricionales, medicamentos, o contacto con substancias irritantes. Cuando es de origen desconocido se asocia a una alteración en el "cemento intercelular" que se encarga de mantener unidos los queratinocitos en la uña y la normal organización de otros elementos que la componen.
Dentro de los factores ambientales, los que producen la deshidratación progresiva de la uña intervienen activamente en el desarrollo de la fragilidad ungueal: condiciones de trabajo con alta humedad, pequeños traumatismos, manicuras agresivas… Cuando su contenido en agua es menor del 16% se vuelven quebradizas. También el contenido de lípidos influye en la capacidad de la uña de retener agua y, por tanto, si este baja, las uñas igualmente se vuelven más frágiles.
La disminución del contenido de sulfato de colesterol que ocurre con la edad en la superficie de la uña se ha relacionado con la fragilidad ungueal en la mujer postmenopáusica.
La fragilidad de las uñas se manifiesta con varias alteraciones en la apariencia de la uña (separación en capas, fisuras, erosiones, estriaciones, …) menor elasticidad, lamina más fina y blanda…
Tratamiento:
Su tratamiento requiere tiempo y paciencia, ya que la uña es una estructura queratinizada y muerta, de forma que la parte alterada solo se puede eliminar mediante el corte de la misma y hay que esperar que la uña sana crezca completamente.
Onicomicosis
La onicomicosis consiste en la invasión de la uña por hongos (ya sean dermatofitos, mohos o levaduras). Es una de las consultas más frecuentes en dermatología, aunque en varias ocasiones enmascaran otra alteración subyacente como una psoriasis ungueal u otras enfermedades inflamatorias de la uña, siendo necesario una buena valoración clínica, dermatoscópica, y confirmación mediante cultivo microbiológico.
La onicomicosis es una infección y siempre debe ser tratada de forma adecuada.
El tratamiento de la onicomicosis requiere mucho tiempo y mucha paciencia, debido a la baja velocidad de crecimiento de la lámina ungueal (3mm/mes uñas manos y 1mm/mes uñas de los pies) y por la dificultad de conseguir principios activos que lleguen a la zona infectada.
La elección de la mejor estrategia terapéutica se basa en numerosos factores que siempre deben establecerse antes de iniciar cualquier tratamiento: edad y estado de salud del paciente, especie de hongo responsable, forma clínica, número de uñas afectadas, y gravedad de la afectación de las uñas.
Actualmente disponemos de las siguientes opciones terapéuticas:
Los tratamientos antifúngicos vía oral son mucho más eficaces que los de uso tópico, pero también se asocian con efectos secundarios sistémicos e interacciones entre medicamentos. Los antifúngicos tópicos tienen escasos efectos secundarios, pero su eficacia está limitada por su moderada penetración en la lámina ungueal. Ésta se puede mejorar con algunas técnicas como avulsión mecánica o química de la uña afectada; microporación, ultrasonidos de baja frecuencia o iontoforesis para aumentar la penetración o permeabilidad de los principios activos en la uña.
Se recomienda tratamiento vía oral cuando existe una afectación mayor del 50% de la uña, cuando existen más de 2 uñas afectadas, si existe afectación de la parte más proximal o profunda de la uña, y si los pacientes no responden tras 6 meses de tratamiento antifúngico tópico.
Recientemente se han investigado e introducido tratamientos coadyuvantes para el tratamiento de los hongos de las uñas: terapia fotodinámica o láseres. Se utilizan como alternativa o en combinación con el tratamiento médico existente para mejorar la tasa de curación de la infección y aumentar el perfil de seguridad del tratamiento. Ambas técnicas son especialmente indicadas y beneficiosas en los pacientes de edad avanzada, con alteración del sistema inmunitario y/o con enfermedades hepáticas en los que otros tratamientos alternativos podrían presentar algunos riesgos y pudieran estar contraindicadas, y en aquellos pacientes en los que el tratamiento médico convencional ha fracasado.

Los productos de uso capilar son múltiples y de utilidad variada: productos para cambio de coloración (varios tipos de tintes) u ondulación (fijadores, lacas, geles), y productos destinados a la limpieza y manutención del aspecto sano del cabello: champús, acondicionadores, tratamientos nutritivos y lociones capilares. El uso excesivo o inadecuado de los mismos, junto con hábitos de higiene incorrectos, pueden desencadenar o contribuir a la aparición de problemas cutáneos.
Los cuadros dermatológicos más frecuentes consecuencia del uso de estos productos, son el eczema de contacto irritativo y alérgico, y rara vez, caída de cabello. También pueden exacerbar otras enfermedades cutáneas pre-existentes como la dermatitis seborreica o la dermatitis atópica. En otras ocasiones pueden ocasionar problemas de piel en otras localizaciones, además del propio cuero cabelludo, sobre todo a nivel facial.
Las afecciones más conocidas son las producidos por los tintes de coloración, que originan cuadros agudos, urgentes y fácilmente identificados por el paciente. Los champús son productos capilares que, por lo general, son muy seguros y controlados por la Industria y Sanidad, pero que presentan en su composición substancias de capacidad alergénica, como conservantes, perfumes y fragancias, que pueden desencadenar lesiones cutáneas. Las que con mayor frecuencia ocasionan sensibilización en la actualidad son la Metilisotiazolinona, Metilcloroisotiazolinona, Fenoxietanol (conservantes), Cocamidopropil betaina (tensoactivo) y múltiples fragancias. Además, pueden contener substancias de capacidad irritante como el Propilenglicol, o los Alcoholes, entre otras.
Generalmente en el cuero cabelludo el cuadro clínico no es muy intenso, ocasionando lesiones leves irritativas (descamación, picor), pero este tipo de producto puede ocasionar problemas cutáneos en la cara, sobre todo a nivel de los párpados, con aparición de enrojecimiento, tumefacción y prurito. Si la sensibilización es muy intensa, se puede producir una generalización del cuadro clínico, pudiendo incluso simular o agravar otras enfermedades cutáneas, como la dermatitis atópica o la dermatitis seborreica. En este último caso el paciente no responde al tratamiento habitual para su dermatitis, y la sospecha diagnóstica es fundamental para identificar estos factores desencadenantes.
Ante lesiones cutáneas crónicas en cara y cuero cabelludo de causa no identificada, debe consultar a su dermatólogo para descartar una posible relación con cosméticos y así realizar un estudio completo mediante pruebas epicutáneas para poder confirmar la causa. Una vez terminado el estudio se puede establecer un tratamiento específico y pautas de uso de productos cosméticos adecuada, con el fin de evitar nuevos brotes de eczema en el futuro.

Cada vez hay más consciencia y conocimiento científico sobre los efectos de los disruptores endocrinos. Particularmente su presencia en productos cosméticos y de higiene personal está causando preocupación en las entidades reguladores y estatales y, más recientemente, en la población en general, de forma que se están revisando para plantear prohibir su uso.
Pero realmente, ¿qué es un disruptor endocrino?, ¿qué efectos pueden ocasionar sobre la salud?, ¿dónde se pueden encontrar?, ¿cómo identificarlos? En este blog se intentará contestar a todas estas preguntas.
¿Qué es un disruptor endocrino?
Un disruptor endocrino es cualquier sustancia que tiene la capacidad de interferir con el sistema endocrino u hormonal del cuerpo humano. Las diferentes hormonas condicionan y regulan el funcionamiento celular y orgánico, son responsables del crecimiento, fertilidad y nuestra reproducción. Por tanto, la exposición a disruptores endocrinos puede alterar este normal funcionamiento celular, y producir diversos efectos adversos sobre nuestra salud. Muchos de ellos, son todavía desconocidos y el impacto real sobre nuestra salud se irá descubriendo en el futuro.
¿Qué efectos pueden ocasionar sobre la salud?
Debido a que pueden actuar como hormonas, la exposición a disyuntores endocrinos se ha asociado con algunos de los siguientes efectos adversos sobre la salud:
Trastornos metabólicos, incluyendo diabetes y obesidad.
Trastornos cognitivos y neurológicos.
Problemas de inmunidad.
Problemas de fertilidad.
¿Dónde se pueden encontrar?
La presencia de disruptores endocrinos está grandemente distribuida en diferentes ámbitos de la sociedad, incluida en la industria de producción de papel, plásticos, materiales de construcción, industria agrícola, juguetes, etc.
Además de su uso en la industria, los disyuntores endocrinos, se añaden a los productos cosméticos, de higiene personal y productos de limpieza utilizados a diario en los hogares. Aunque existen sustancias alternativas más seguras, muchas empresas y multinacionales siguen utilizándolas en sus productos, lo que puede suponer un riesgo para el consumidor, dada su exposición cumulativa.
Las entidades reguladoras en diferentes países están solicitando y revisando la información científica que hay disponible sobre los disruptores endocrinos, con el objetivo de actualizar las normativas y emitir decretos que obliguen a que estén correctamente identificados en los diferentes productos, y planteando inclusive prohibir su uso en los mismos. Algunos ya están prohibidos en los cosméticos.
¿Cómo identificar y evitar los disruptores endocrinos?
Evitar completamente el contacto con los disruptores endocrinos es extremadamente complicado, debido a su elevada presencia en la sociedad, sin embargo, sí se puede reducir la exposición individual a estas sustancias.
Una de las mejores formas es cambiar los cosméticos, productos de higiene personal y de limpieza que estén libres de estas sustancias. Para ello debemos buscar en el producto la presencia de certificaciones como: CCBP, Estándar cosmos, Bio inspecta, Acene, Cosmos organic, entre otros.
Los disruptores endocrinos que con mayor frecuencia de utilizan en los cosméticos, incluyen:
Parabenos y liberadores de formaldehído: se utilizan como conservantes en productos cosméticos y de higiene personal, incluido maquillaje, cremas hidratantes, espuma de afeitar y productos capilares.
Filtros solares: son sustancias que bloquean la acción de la radiación UVA y UVB para evitar su daño a nivel cutáneo. Los filtros solares químicos incluyen sustancias que actúan como disruptores endocrinos como las Benzofenonas, Oxibenzona o Cinamatos.
Ftalatos: se utilizan como estabilizadores en los plásticos, y para fijar las fragancias en los cosméticos. Se encuentran principalmente en esmaltes de uñas, lacas para el cabello, perfumes, champús, acondicionadores, desodorantes e incluso productos para el cuidado de la menstruación. Son difíciles de identificar, ya que la legislación no obliga a que se incluyan en el etiquetado del producto.
Triclosán: es un conservante utilizado para prevenir el crecimiento de bacterias en cosméticos y productos de higiene personal.
Es importante que el consumidor y la población en general, sean conscientes de la existencia de los disruptores endocrinos, de su posible impacto en la salud personal y medioambiental, de saber cómo identificar estas sustancias en los diferentes productos, para así poder evitarlos y minimizar la exposición a los mismos.
El tratamiento de las cicatrices derivadas del acné facial, en la gran mayoría de los casos, va a requerir un tratamiento médico combinado y especializado para un resultado, optimo. Los tratamientos cosméticos domiciliarios normalmente resultan insuficientes.
El plan de tratamiento se establece en la consulta y se individualiza según el paciente, el acné y el tipo de cicatrices que se desarrollan, entre otros factores.
¿Qué expectativas se deben esperar en cuanto a resultados?
Para saber que esperar tenemos que tener en cuenta varios puntos:
Valoración clínica
Durante la consulta de valoración médica, el dermatólogo realiza una exploración de la superficie cutánea facial para identificar los tipos de cicatrices de acné que el paciente presenta, ya que para su correcto tratamiento se requieren técnicas distintas.
Se tiene en cuenta todos estos factores: la cantidad y tipo de cicatrices, edad del paciente, foto tipo, presencia o no de acné activo, circunstancias laborales o personales del paciente, expectativas con el tratamiento, entre otros.
Figura: tipos de cicatrices de acné

¿Qué técnicas se utilizan?
Tras la valoración clínica y teniendo en cuenta las necesidades del paciente, él dermatólogo va a laborar un plan de tratamiento personalizado.
Si todavía hay un acné activo, primero se debe realizar tratamiento médico para controlarlo, ya que, disminuyendo el proceso inflamatorio, reduciremos la aparición de nuevas cicatrices y marcas.
Algunos tratamientos se pueden realizar mientras tratamos el acné, mientras que otras técnicas tendrán que posponerse para después de terminar el tratamiento médico.
Cuando empezamos el tratamiento, las técnicas pueden incluir:
Tratamiento de cicatrices deprimidas:
Peeling químico:
Consiste en la aplicación de una sustancia química que pone en marcha un proceso de renovación de las capas superficiales de la piel, fomentar la producción de colágeno y elastina a nivel cutáneo, además de regular la seborrea, disminuir los comedones y el poro.
La potencia del peeling puede ser desde leve-superficial, media, hasta profunda. El tipo y la potencia utilizada va a depender de la profundidad de las cicatrices existentes y de si el paciente presenta acné activo o no. Se suelen utilizar los peelings de ácido láctico, tricloroacético, glicólico y ácido salicílico.
Los peelings superficiales - potencia media, normalmente requieren más de una sesión. Aproximadamente se realizan entre 3 a 5 sesiones espaciadas entre 2-4 semanas.
Antes de realizar un peeling se pautará un tratamiento preparatorio para obtener mejores resultados y evitar o minimizar la aparición de efectos secundarios.
El tratamiento pre-peeling incluye la aplicación de un preparad con ácido retinoico o derivados, y sustancias despigmentantes, además de medicación antiviral para evitar la aparición de herpes labial en los pacientes con ese antecedente. Además, es fundamental evitar la exposición solar previa-durante y post-peeling.
Rellenos dérmicos:
Este tratamiento aporta volumen a las cicatrices deprimidas, además de ayudar a fomentar la formación de colágeno y elastina, para rellenar las cicatrices.
La mayoría de los rellenos dérmicos aportan resultados transitorios, que oscilan entre 3 meses hasta 2 años, dependiendo del material utilizado (ácido hialurónico y rellenos inductores de colágeno). El lipofilling presenta un efecto más duradero.
La mayoría de los rellenos necesitan realizar más de una sesión para un resultado óptimo.
Tratamiento láser:
Otra alternativa incluye láser resurfacing para tratar a cicatrices del acné.
El láser produce un daño que induce la producción de colágeno y elastina durante el proceso de cicatrización, que disminuye la apariencia de las cicatrices. Al igual que los otros tratamientos mencionados, se suele necesitar más de una sesión para un resultado optimizado.
Tratamientos tópicos:
Se utilizan como tratamientos complementarios, o en caso de cicatrices menos visibles.
Se suelen utilizar preparados con ácido retinoico y derivados, y los alfa hidróxido ácidos (ácido salicílico, glicólico) para disminuir las cicatrices.
Se pueden utilizar como tratamiento previo, entre sesiones o posteriormente a peelings químicos /láser, entre otras técnicas.
Microneeling:
Este procedimiento consiste en utilizar dispositivos que incorporan múltiples agujas muy finas y cortas para puncionar la piel donde están las cicatrices, y así romper los tractos fibrosos de las cicatrices, e inducir la síntesis endógena de colágeno, originando una textura de piel más uniforme (Terapia de inducción de colágeno).
Es un proceso seguro en todos los foto tipos.
Normalmente se utiliza en combinación con otros tratamientos como radiofrecuencia, peelings químicos o plasma rico en plaquetas.
Dermoabrasión y microdermoabrasión:
Consisten en un tratamiento no invasivo que exfolia de forma profunda o suave, respectivamente, la superficie cutánea.
Con la dermoabrasión se consiguen resultados más llamativos, mientras que la microdermoabrasión se utiliza sobre todo para unificar el tono cutáneo, y para mejorar los resultados de otras técnicas.
Radiofrecuencia:
Este tratamiento utiliza ondas de radiofrecuencia para fomentar la producción de colágeno y elastina, lo que ayuda a minimizar la apariencia de las cicatrices. Se puede combinar con microneedling para conseguir un mejor resultado. Tanto la radiofrecuencia como la radiofrecuencia asociada a microneedling son seguros en todos los foto tipos cutáneos y es una técnica que requiere un escaso periodo de recuperación.
Subcisión:
Con frecuencia las cicatrices deprimidas suelen tener tractos fibrosos subyacentes que hacen presión y tiran de la piel hacia abajo. Si no se trata ese componente, los tratamientos que mejoran la textura de la piel no serán suficientes y la piel seguirá presentando un aspecto hundido.
La subcisión consiste en realizar punciones muy localizadas mediante agujas finas o cánulas para seccionar los tratos fibrosos que deprimen las cicatrices.
Es una técnica que ofrece resultados permanentes y casi siempre se utiliza en combinación con otras técnicas.
Cirugía:
En casos seleccionados de cicatrices más profundas o de gran tamaño, se puede realizar tratamiento quirúrgico. Como técnicas se incluye la extracción de la cicatriz mediante punch de 1-2 mm con la consecuente sutura para eliminar esa zona deprimida; elevación de la cicatriz mediante punch: en este caso, se realiza la misma técnica, pero en vez de retirar el tejido y suturar, éste se deja depositado en capas más superficiales de la piel.
Tratamiento de cicatrices elevadas o hipertróficas:
Las cicatrices hipertróficas ocurren cuando la piel produce colágeno en exceso, de forma que requieren un tratamiento distinto. Para su corrección. En la mayoría de los casos se tratan con láser y/o infiltraciones de corticosteroides.
Muchas gracias!!!
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