Bruxismo

¿El bruxismo tiene solución? Toda la información sobre este trastorno: causas, síntomas y tratamientos.

Síntomas y causas

Se denomina bruxismo al hecho de apretar o rechinar los dientes de forma inconsciente y compulsiva, debido al movimiento involuntario de los músculos masticadores.

En función de cuándo se manifieste, se distinguen varios tipos de bruxismo:

  • Bruxismo nocturno: se rechinan y aprietan los dientes durante el sueño. Está frecuentemente asociado con ronquidos y apneas.
  • Bruxismo diurno: se aprietan los dientes mientras se está despierto.
  • Bruxismo juvenil: se da de manera frecuente en niños sin llegar a ser una patología, sino una forma natural de desarrollar la dentición y los músculos y huesos faciales. Suele desaparecer en la adolescencia.

El bruxismo es un trastorno muy frecuente que, en su forma leve, puede no requerir ningún tratamiento, pero en ocasiones puede dañar gravemente los dientes y la estructura mandibular. Asimismo, la persona que lo padece puede no ser consciente de ello hasta que no aparecen complicaciones.

Síntomas

Los síntomas más habituales del bruxismo son:

  • Rechinamiento dental.
  • Dolor, tensión y cansancio en la estructura mandibular.
  • Rigidez y contracturas en la mandíbula, incluso llegando al bloqueo.
  • Dolor y sensibilidad dental.
  • Contracturas en las cervicales.
  • Dolor en los oídos o en la cara.
  • Cefalea.
  • Dientes aplanados, partidos, agrietados o flojos.
  • Esmalte dental desgastado. Se aprecian las capas internas.
  • Úlceras en la parte interior de los carrillos, por mordeduras.
  • Trastornos del sueño como ronquidos o apneas.

Causas

El bruxismo se debe principalmente a:

  • Causas emocionales o estrés: apretar los dientes se convierte en un hábito o estrategia de afrontación y concentración ante la frustración, la ira o la tensión.
  • Maloclusiones dentales, esto es, alteraciones en la mandíbula o en los dientes que provocan que la arcada dental superior no encaje correctamente con la inferior: el organismo se obliga a intentar forzar el encaje, para lo que necesita desgastar las estructuras malformadas.
  • Cuando en el cuerpo hay un exceso de energía que no se libera, puede manifestarse por la noche en forma de bruxismo.

Factores de riesgo

Existen diferentes condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar bruxismo:

  • Estrés.
  • Edad: es frecuente en niños.
  • Personalidad: las personas nerviosas, agresivas o hiperactivas tienen más riesgo.
  • Consumo de alimentos que aumentan la ansiedad, como azúcares o carbohidratos.
  • Antecedentes familiares.
  • Medicamentos, como algunos antidepresivos o anticonvulsivos.
  • Sustancias que alteran el sistema nervioso, como la cafeína, el alcohol, el tabaco o las drogas.
  • Otros trastornos, como la enfermedad de Parkinson, la epilepsia, el reflujo esofágico, la apnea del sueño el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Complicaciones

Generalmente, el bruxismo no tiene consecuencias graves. Sin embargo, si es muy intenso y no se trata, puede llegar a:

  • Afectar seriamente a la articulación temporomandibular.
  • Producir un gran desgaste en los dientes que, en el caso de alteraciones maloclusivas, puede incluso exacerbarlas.
  • Debilitar e inflamar las encías, que puede derivar en movilidad de los dientes.
  • Sentir un dolor constante.
  • Dificultar la masticación y el habla.

Prevención

Se puede intentar prevenir o reducir el bruxismo tomando las siguientes medidas:

  • Realizar actividades relajantes para disminuir el estrés.
  • Evitar la cafeína, la nicotina o el alcohol, especialmente antes de dormir.
  • Tratar los trastornos del sueño existentes.
  • Visitar regularmente al dentista.

¿Qué médico trata el bruxismo?

El bruxismo es diagnosticado y tratado por los especialistas en Odontología y Cirugía Oral y Maxilofacial.

Diagnóstico

Al ser un trastorno inconsciente, en muchas ocasiones se diagnostica de forma fortuita en una revisión habitual. Si hay sospecha de bruxismo, se realizan las siguientes pruebas:

  • Exploración física: se inspeccionan los dientes en busca de daños y zonas desgastadas o sensibles. Asimismo, se revisa la estructura mandibular para ver si hay dolor o molestias.
  • Polisomnografía o estudio del sueño: esta prueba permite detectar los trastornos relacionados con el sueño. Consiste en monitorizar las funciones corporales mediante sensores mientras el paciente duerme. Además del bruxismo, se pueden detectar la apnea y otras afecciones relacionadas.

Tratamiento

En casos de bruxismo leve, puede ser suficiente con intentar corregir la posición de la boca durante el descanso o utilizar técnicas de control de estrés. No obstante, si el daño dental es más severo y acarrea otros dolores asociados, se recurre a diferentes técnicas:

  • Férulas de descarga: se trata de una férula dental nocturna cuya función es mantener los dientes separados para evitar el daño producido al apretarlos o rechinarlos. Asimismo, reducen la actividad mandibular y los dolores asociados.
  • Reparación dental: cuando el desgaste de los dientes ha causado daños graves, puede ser necesario la remodelación de las piezas o la colocación de coronas.
  • Medicamentos para la ansiedad o relajantes musculares: provocan una disminución de la actividad motora nocturna, por lo que tienen efectos positivos. Son soluciones para el bruxismo temporales, no es recomendable su uso a largo plazo.
  • Inyecciones de bótox: la toxina botulínica puede ser útil en personas con un bruxismo grave que no responde a los anteriores tratamientos.
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