Polisomnografía
La polisomnografía se lleva a cabo para hacer un estudio del sueño. Esta prueba, que puede ser diurna o nocturna, permite detectar trastornos que afectan a distintas funciones corporales mientras se duerme.

Descripción General
La polisomnografía se emplea para detectar trastornos del sueño. En este estudio, se registran las frecuencias cardiaca y respiratoria, las ondas cerebrales, los niveles de oxígeno y el movimiento tanto de los ojos como de las piernas. Lo más habitual es que este estudio del sueño se haga por la noche, pero se puede llevar a cabo durante el día en aquellos pacientes que suelen dormir por el día.
Dependiendo del lugar en el que se realice el estudio del sueño, se habla de dos tipos:
- Polisomnografía en un centro médico: es lo más habitual. El paciente se desplaza hasta un hospital o una clínica del sueño para pasar la noche monitorizado y vigilado de forma continua. La principal ventaja es que los médicos controlan las condiciones del sueño.
- Polisomnografía domiciliaria: suele utilizarse en casos de polisomnografía respiratoria, es decir, cuando solamente se monitorizan datos relativos a la respiración durante el sueño (ronquidos, saturación de oxígeno en la sangre, esfuerzo respiratorio o flujo nasal). Es habitual para diagnosticar la apnea del sueño y resulta útil para no modificar los hábitos del paciente y evitar que el resultado ofrezca datos alterados.
El análisis de los resultados de una polisomnografía sirve para diagnosticar patologías como el sonambulismo, la narcolepsia, la hipersomnia, la apnea del sueño, los ronquidos o el síndrome de las piernas inquietas. También se utiliza para determinar el tratamiento más adecuado en cada caso o comprobar cuáles están siendo sus efectos en el paciente.
¿Cuándo está indicado?
La polisomnografía se utiliza para comprobar si se interrumpen los patrones del sueño y, en caso afirmativo, por qué lo hacen. Está indicada cuando el paciente muestra síntomas como:
- Excesiva somnolencia diurna.
- Movimiento exagerado de las piernas cuando se duerme.
- Levantarse, hablar o moverse rítmicamente mientras se está dormido.
- Quedarse dormido de forma súbita durante el día.
- Falta de respiración durante unos minutos durante el sueño.
¿Cómo se realiza?
En un estudio del sueño se pueden medir diversos parámetros, por lo que se pueden llevar a cabo cuatro tipos diferentes de pruebas:
- Polisomnografía basal: es la prueba estándar. En estos casos, el paciente se acuesta con unos electrodos en el cuero cabelludo, para medir la actividad cerebral y los movimientos oculares, en el pecho para registrar la actividad eléctrica del corazón, y en el mentón y las piernas, para registrar tanto los movimientos como la actividad muscular. Además, se colocan unas bandas en el pecho y el abdomen para registrar el esfuerzo respiratorio, un pulsioxímetro en el dedo índice que indica la saturación de oxígeno y un sensor en la nariz y la boca que toma nota del flujo de aire. Finalmente, se graban imágenes y audio del paciente mientras duerme.
- Polisomnografía con Titulación de CPAP: incluye una máscara de presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) para aplicar aire a presión de forma gradual y, de este modo, reducir las pausas respiratorias durante el sueño.
- Polisomnografía con Titulación de BiPAP: además de la prueba basal, se utiliza un dispositivo de ventilación bifásica de presión positiva (BiPAP) que genera aire a presiones diferentes durante la inhalación y la exhalación. Resulta útil en pacientes que requieren una presión más alta de lo que genera el CPAP.
- Polisomnografía en noche dividida: se comienza con una prueba basal durante las dos primeras horas de sueño para cambiar a una con CPAP si se comprueba que el paciente produce parones respiratorios.
Riesgos
La polisomnografía no supone un riesgo para la salud del paciente.
En raras ocasiones, se pueden presentar alergias a los electrodos o al pegamento que se utiliza para colocarlos.
Qué esperar de una polisomnografía
Antes de hacer una polisomnografía, se debe firmar un consentimiento informado. Después, el paciente tiene que seguir su rutina habitual para dormir.
Una vez que se han colocado todos los sensores, no se puede permanecer levantado, leer, ver la televisión, escuchar la radio o utilizar dispositivos electrónicos. Es decir, cuando la prueba comienza a registrar la información vital del paciente, este solamente debe tumbarse e intentar dormir. Una vez finalizado el registro, por la mañana, se puede retomar la rutina diaria de inmediato.
En algunos casos, el médico puede solicitar pruebas adicionales como un test de latencias múltiples que registra información durante varias siestas distribuidas entre la mañana y la tarde posteriores a la polisomnografía o un test de mantenimiento de vigilia que analiza si el paciente es capaz de mantenerse despierto en situaciones pasivas.
Los resultados suelen obtenerse una vez pasados varios días desde la prueba.
Especialidades en las que se solicita la polisomnografía
La polisomnografía es una prueba que se realiza habitualmente en la unidad del sueño o la especialidad de neurofisiología clínica, la suelen solicitar las especialidades de Neumología y/o Neurología.
Cómo prepararse
Para someterse a una prueba de sueño, el paciente debe acudir al centro médico después de cenar y habiendo tomado su medicación habitual. Es conveniente ducharse, afeitarse y lavarse la cabeza sin utilizar productos fijadores que puedan impedir que los electrodos se peguen correctamente en el cuero cabelludo.
En los casos de polisomnografías domiciliarias, el propio paciente debe colocarse los sensores y el pulsioxímetro siguiendo las indicaciones del facultativo y retirarlos por la mañana. Después, debe devolver el dispositivo en el que se ha grabado la información al centro médico para que se estudien los resultados.
El día de la prueba, se deben evitar las siestas, la cafeína y el alcohol. Además, se recomienda que durante la semana anterior se siga una rutina de sueño regular en la que se duerman siete u ocho horas cada noche.
Los pacientes que siguen un tratamiento con CPAP durante el sueño, deben suspenderlo los 15 días previos a la polisomnografía.