Colon irritable
Información sobre las causas, los síntomas, las posibles complicaciones y el tratamiento del síndrome del intestino irritable.
Síntomas y causas
Se conoce como colon irritable al síndrome del intestino irritable (SII), caracterizado por la existencia de dolor abdominal y/o cambios en el ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento). Es una enfermedad frecuente entre la población que afecta al funcionamiento del intestino sin que haya anomalías anatómicas o metabólicas.
El colon irritable es una patología crónica para la que no existe una cura definitiva, por lo que los tratamientos se enfocan en mitigar los síntomas y reducir el tiempo de duración de las crisis.
Aunque no suele presentar síntomas graves, el colon irritable afecta negativamente a la calidad de vida de los pacientes. Cuando se sigue un estilo de vida saludable y se adoptan cambios en la alimentación, el pronóstico es benigno.
Síntomas
El colon irritable se suele manifestar brotes que se presentan cada cierto tiempo y tienen una duración de varios días, aunque algunos síntomas pueden mantenerse durante semanas. Los signos más habituales del síndrome del intestino irritable son:
- Dolor en la parte inferior del abdomen que se manifiesta en forma de cólico. Suele ser un malestar moderado que se calma después de defecar.
- Distensión abdominal.
- Meteorismo: acumulación de gases en el intestino.
- Cambios en el ritmo intestinal: estreñimiento o diarrea, mayor frecuencia en las deposiciones.
- Cambios en la consistencia de las heces.
- Náuseas y vómitos.
- Saciedad temprana: se siente el estómago lleno después de ingerir cantidades pequeñas de alimentos.
- Pirosis: acidez gástrica provocada por el ascenso de los ácidos estomacales hasta el esófago.
- Evacuación incompleta: el intestino no se vacía completamente tras la deposición.
- Moco en las heces.
Las hormonas tienen un papel relevante en los síntomas del colon irritable, por lo que suelen agudizarse en las mujeres debido a que los estrógenos y la progesterona afectan al tránsito intestinal y aumentan la sensación de dolor. Sin embargo, la testosterona masculina hace que los síntomas sean más leves en los hombres.
Causas
No se conoce una causa concreta y única para el colon irritable. Entre los factores que influyen en su desarrollo, destacan:
- Cambios en el movimiento del intestino: los músculos que recubren el interior del intestino se encargan de desplazar los alimentos a través del aparato digestivo. Cuando no se producen de forma adecuada, se pueden dar estos casos:
- Movimientos más rápido de lo normal: provocan gases, distensión estomacal y diarrea.
- Movimientos más lentos de lo habitual: causan estreñimiento y heces duras.
- Alteraciones en el sistema nervioso que interfieren en la comunicación entre el cerebro y el sistema digestivo.
- Infecciones debidas a un sobrecrecimiento bacteriano.
- Cambios en la microbiota intestinal: se rompe el equilibrio entre las bacterias, los virus y los hongos que habitan en el intestino de forma natural.
Factores de riesgo
El riesgo de padecer el síndrome del intestino irritable aumenta en los siguientes casos:
- Sexo femenino.
- Menores de 50 años.
- Antecedentes familiares.
- Cambios hormonales.
- Predisposición genética.
- Enfermedades gástricas infecciosas, como la gastroenteritis.
- Dispepsia funcional: enfermedad digestiva caracterizada por un malestar estomacal persistente.
- Dismenorrea: menstruación dolorosa.
- Bulimia.
- Estrés.
- Ansiedad.
- Consumo de alimentos que producen gases.
Complicaciones
Las complicaciones más frecuentes del colon irritable son:
- Hemorroides, derivadas de la diarrea o el estreñimiento crónicos.
- Cambios en el estado de ánimo.
- Depresión.
- Aislamiento social.
Prevención
El síndrome del intestino irritable no se puede prevenir, aunque los siguientes hábitos pueden retrasar las crisis y reducir los síntomas:
- Comer despacio.
- Masticar los alimentos debidamente antes de tragar.
- Beber alrededor de dos litros de agua al día.
- Evitar las comidas copiosas.
- Limitar el consumo de alcohol, lácteos, alimentos procesados, especias o comidas que producen gases. Cada paciente debe evitar aquellos productos que desencadenan un brote en su organismo.
- Aumentar la ingesta de fibra.
- Realizar ejercicio moderado diariamente.
- Seguir un horario de comidas fijo.
- Controlar el estrés.
¿Qué médico trata el síndrome del intestino irritable?
Los especialistas en aparato digestivo, cirugía general y o medicina interna diagnostican y tratan el colon irritable. En el tratamiento, también pueden intervenir nutricionistas, psicólogos y médicos de familia.
Diagnóstico
No existe una prueba específica para detectar el síndrome del intestino irritable, por lo que el diagnóstico se basa en la clínica y en el descarte de otras enfermedades.
La historia clínica es fundamental en este caso. Además de conocer los antecedentes médicos y familiares del paciente, el especialista puede pedir un diario detallado del malestar, la frecuencia de evacuación y la consistencia de las heces para analizar la evolución de los síntomas durante varias semanas o meses.
Para descartar otras enfermedades con síntomas similares, se suelen hacer las siguientes pruebas:
- Análisis generales y específicos de sangre, orina y heces
- Prueba del aliento: detecta la infección por Helicobacter pylori o el sobrecrecimiento bacteriano.
- Test de alergias o intolerancias: determina aquellos nutrientes que el sistema digestivo no procesa de forma adecuada.
- Colonoscopia: se observa el interior del colon con una cámara que se introduce a través del ano. Detecta pólipos, úlceras, inflamación o tumores cancerosos.
- Tomografía computarizada (TC): se ve el estado de las estructuras del abdomen y la pelvis. Ayuda al diagnóstico de la enfermedad de Crohn, la diverticulitis y el cáncer de estómago o colon, además de servir para identificar obstrucciones o anomalías estructurales.
- Biopsia: se introduce un tubo flexible a través de la boca hasta llegar al estómago, donde se toma una muestra de tejido que se analiza en el laboratorio. Este procedimiento se utiliza para detectar la celiaquía, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
Tratamiento
El tratamiento del colon irritable se basa en un cambio de hábitos con el objetivo de paliar los síntomas y mejorar la vida del paciente. Estas recomendaciones, son las mismas que se han indicado previamente para retrasar las crisis.
Los alimentos más recomendados para los pacientes con síndrome del intestino irritable son, aunque puede variar en cada caso:
- Verduras cocidas que no produzcan gases (zanahoria, calabacín, espinacas).
- Pescados ricos en ácidos omega-3 (salmón, sardinas, atún rojo).
- Aceite de oliva virgen extra.
- Jengibre.
- Frutas de fácil digestión (manzana, plátano maduro, sandía).
- Cereales ricos en fibra (arroz integral, avena, quinoa).
- Proteínas fáciles de digerir (pollo, pavo, huevos).
Cuando los síntomas son muy intensos, se administran medicamentos por un periodo limitado de tiempo. Normalmente, son eficaces los inhibidores de los espasmos (espasmolíticos), estimulantes de la motilidad (procinéticos), los antidiarreicos, los laxantes, los antidepresivos o los ansiolíticos. Para calmar el estrés, se recomienda la meditación y la psicoterapia.