Diverticulosis

Información sobre las causas, las posibles complicaciones y el tratamiento de los sacos protuberantes que se forman en el interior del colon.

Síntomas y causas

La diverticulosis es una patología que se produce cuando se forman pequeñas protrusiones o sacos (bolsas de tejido) en el interior del intestino grueso (divertículos). Normalmente, estos sacos pequeños y protuberantes aparecen en el colon sigmoide, que está justo antes del recto. En raras ocasiones aparecen en otras zonas del intestino.

Los divertículos suelen tener un diámetro de entre tres y diez milímetros. Es posible que crezcan anormalmente, por causas desconocidas, y lleguen a medir alrededor de cuatro centímetros de diámetro (divertículos gigantes).


El pronóstico de la diverticulosis es bueno, ya que suele ser asintomática y los pacientes viven sin complicaciones durante toda la vida. Cuando los divertículos se inflaman, se produce diverticulitis, una enfermedad que se manifiesta con diversas molestias intestinales.

Síntomas

Por norma general, la diverticulosis no manifiesta síntomas. En algunos casos produce:

  • Dolor abdominal en forma de retortijones.
  • Estreñimiento.
  • Exceso de gases.

Causas

Los divertículos se forman debido a un aumento de la presión en el colon. Con el paso del tiempo, esta compresión provoca que las capas internas del colon protruyan a través de las zonas más débiles de la pared abdominal.

Aunque no se conocen con exactitud las causas de este aumento de presión, se cree que puede deberse a:

  • Engrosamiento de la capa muscular del colon.
  • Espasmos o contracciones irregulares de los músculos intestinales.
  • Esfuerzos repetidos para defecar, lo que incrementa la presión intraabdominal.

Factores de riesgo

Algunos de los factores relacionados con la aparición de divertículos son:

  • Edad avanzada, es más habitual en mayores de 60 años.
  • Estreñimiento.
  • Sedentarismo.
  • Obesidad.
  • Tabaquismo.
  • Dieta baja en fibra y rica en grasas animales.
  • Alteraciones anatómicas del intestino.
  • Antecedentes familiares.

Complicaciones

La diverticulosis puede derivar en:

  • Diverticulitis: inflamación de los divertículos.
  • Abscesos: se acumula pus alrededor de los divertículos.
  • Peritonitis: si la infección se filtra, puede provocar la inflamación del tejido que recubre el interior de la cavidad abdominal.
  • Hemorragia gastrointestinal: uno o varios divertículos producen un sangrado que se elimina a través del ano. Aunque suele parar de forma natural, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para detenerlo.

Prevención

La mejor forma de prevenir la diverticulosis es seguir estas recomendaciones:

  • Hacer ejercicio de forma regular.
  • Tomar alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales).
  • Beber líquidos en abundancia.

¿Qué médico trata la diverticulosis?

Los especialistas en aparato digestivo o medicina interna diagnostican y tratan la diverticulosis. Cuando existen complicaciones tales como la diverticulitis intervienen el especialista en cirugía general y del aparato digestivo.

Diagnóstico

La diverticulosis se diagnostica con las siguientes pruebas:

  • Colonoscopia: se introduce una sonda flexible a través del ano. Una vez en el colon, se observa el tejido interior con la cámara que el tubo tiene en su extremo. Si se observan pólipos o células anormales, se extraen durante el mismo procedimiento para hacer una biopsia en el laboratorio.
  • Enema opaco: se administra un enema de bario que, al llegar al intestino grueso, facilita su visión con rayos X. Las radiografías captan imágenes del tejido interior del colon.
  • Tomografía axial computarizada (TAC): mientras el paciente permanece tumbado en una camilla, se introduce en un tubo que toma imágenes con rayos X del abdomen desde todos los ángulos. Esta prueba facilita una representación tridimensional del intestino.

Tratamiento

El tratamiento principal de la diverticulosis suele ser un cambio en los hábitos alimentarios. Adoptar una dieta rica en fibra calma los posibles síntomas y previene el empeoramiento de la enfermedad.

Si los síntomas se intensifican o hay un riesgo mayor de complicaciones, se recurre a:

  • Suplementos de fibra.
  • Laxantes.
  • Antiespasmódicos, para controlar las contracciones del colon.
  • Analgésicos: además de disminuir el dolor, reducen la presión intestinal.
  • Colonoscopia: suele utilizarse para sellar el sangrado que no cesa mediante un procedimiento poco invasivo.
  • Cirugía: puede ser necesaria cuando el sangrado es muy abundante o se produce con mucha frecuencia. También se utiliza para extirpar los divertículos de gran tamaño.
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