Hipercolesterolemia

¿Se puede prevenir la hipercolesterolemia? Toda la información sobre las causas, los síntomas y el tratamiento de este trastorno.

Síntomas y causas

Se define como hipercolesterolemia al aumento de los niveles de colesterol en la sangre. El colesterol es un lípido presente en todas las células que el cuerpo utiliza para formar las membranas celulares y producir ciertas hormonas, ácidos biliares o vitamina D. Sin embargo, un exceso de colesterol puede resultar muy perjudicial ya que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares porque favorece la acumulación de colesterol en las paredes de las arterias (arterosclerosis).

El colesterol se produce de forma natural en el hígado, pero también se aporta una gran parte a través de los alimentos. Como es insoluble en agua, es transportado por las lipoproteínas. Los tipos de colesterol se clasifican atendiendo a esas lipoproteínas:

  • LDL o lipoproteínas de baja densidad: son las encargadas de transportar el colesterol a los tejidos. Este colesterol, conocido como «colesterol malo», puede filtrarse desde la sangre al interior de la pared arterial. La mayor parte de colesterol en sangre es colesterol LDL.
  • HDL o lipoproteínas de alta densidad: se encargan de recoger el colesterol de los tejidos y llevarlo al hígado para su eliminación en forma de bilis. Este es el llamado «colesterol bueno».

Los niveles de ambos tipos de colesterol se miden en milígramos por decilitro (mg/dL). Se consideran valores saludables de HDL superiores a 45 mg/dL, mientras que los de LDL son inferiores a 100 mg/dL. El valor óptimo de colesterol total debería ser inferior a 200 mg/dl

Se consideraría como colesterol elevado a aquellos valores a partir de los cuales se recomiende tratamiento hipolipemiante, los cuales dependen del riesgo basal de cada persona.

El nivel de colesterol a partir del cual se recomienda el tratamiento depende del riesgo que tenga el paciente de presentar una complicación cardiovascular en el futuro. Cuanto mayor sea su riesgo, menor será la cifra de colesterol en sangre a partir de la cual recomendar dicho tratamiento y menor el objetivo de colesterol-LDL que se recomendaría alcanzar.

En función de su origen, la hipercolesterolemia se clasifica en los siguientes tipos:

  • Hipercolesterolemia secundaria: se deriva de una afección subyacente.
  • Hipercolesterolemia primaria:
    • Hipercolesterolemia familiar: es de origen genético. Se puede heredar de ambos progenitores (hipercolesterolemia familiar homocigota) o solo de uno (hipercolesterolemia familiar heterocigota).
    • Hipercolesterolemia poligénica: combina factores genéticos con ambientales. Es el tipo primario más frecuente.

Además, según se encuentren o no otras sustancias elevadas asociadas en la sangre, se habla de:

  • Hipercolesterolemia pura: solo están elevados los niveles de colesterol.
  • Dislipidemia mixta: también están elevados los niveles de triglicéridos.

Síntomas

La hipercolesterolemia primaria no produce ningún tipo de síntomas, más allá de la elevación de los valores en la sangre. La hipercolesterolemia familiar, por su parte, sí puede manifestar síntomas en ocasiones:

  • Xantomas: placas o nódulos de color amarillo o anaranjado que aparecen en la piel por la acumulación de colesterol. Son habituales en los codos, las rodillas, los dedos y sobre los tendones, especialmente el de Aquiles.
  • Arco corneal: anillo blanco o gris alrededor del iris del ojo debido a la acumulación de colesterol.
  • Xantelasmas: xantomas que aparecen en los párpados.

Causas

La hipercolesterolemia familiar se debe a una mutación en el gen receptor de las lipoproteínas LDL, lo que impide que el colesterol se elimine de forma normal y se acumule en la sangre. Asimismo, se han identificado otras mutaciones causantes de los niveles elevados de colesterol en el gen de la apololipoproteína B, responsable de unirse al gen receptor de LDL, y en el gen de la PCSK9, una proteína clave en la degradación del colesterol en el hígado.

La hipercolesterolemia secundaria es provocada por enfermedades como el hipotiroidismo, la diabetes mellitus o la enfermedad renal crónica. También puede deberse a ciertos medicamentos anticancerígenos, antiacnéicos, antihipertensivos o antiarrítmicos. La hipercolesterolemia poligénica, por su parte, está causada principalmente por una alimetación inadecuada, rica en lípidos y colesterol.

Factores de riesgo

Los principales factores de riesgo del aumento en los niveles de colesterol son estos:

  • Mala alimentación: las grasas saturadas y las grasas trans aumentan el colesterol.
  • Sedentarismo: el ejercicio ayuda a aumentar el nivel de HDL.
  • Sobrepeso u obesidad.
  • Tabaquismo: puede bajar el nivel de HDL.
  • Consumo de alcohol: el exceso de alcohol aumenta el colesterol total.
  • Antecedentes familiares.
  • Edad: es más frecuente a partir de los 40 años, ya que la función del hígado se deteriora.

Complicaciones

La hipercolesterolemia es la causante de diversas patologías como:

  • Ateroesclerosis: el exceso de colesterol se acumula en las paredes arteriales, junto a lípidos y otras sustancias, formando placas que estrechan y endurecen las arterias. Esta acumulación progresiva dificulta el flujo sanguíneo y, como consecuencia, limita la llegada de oxígeno y nutrientes a los órganos del cuerpo.
  • Angina de pecho o ataque cardiaco debido a la falta de riego.
  • Accidente cerebrovascular, también provocado por la llegada insuficiente de oxígeno a los órganos.
  • Hipertensión arterial.
  • Insuficiencia renal.
  • Fallecimiento en edades tempranas en casos de hipercolesterolemia familiar homocigota, debido a que suelen tener una concentración de colesterol superior a 500 o 600 mg/dL, algo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas.

Prevención

Las claves para prevenir el colesterol alto son la dieta y la actividad física:

  • Consumir alimentos ricos en fibra y antioxidantes, como verduras, hortalizas, frutas, legumbres y carbohidratos complejos (cereales, arroz y pasta integrales).
  • Aumentar el consumo de ácidos grasos monoinsaturados, como aceite de oliva, aguacate y frutos secos.
  • Aumentar el consumo de Omega-3 y Omega-6: sardina, caballa, boquerón, salmón, nueces, aceite de girasol, maíz y soja.
  • Evitar los alimentos ricos en grasas saturadas y trans: mantequilla, queso curado, carnes grasas, productos cárnicos procesados, bollería industrial, alimentos preparados y fritos, aperitivos y snacks.
  • Cocinar los alimentos cocidos, asados, al vapor o a la plancha, evitando fritos y rebozados.
  • Hacer ejercicio varios días a la semana.
  • Evitar el tabaco.
  • Reducir el consumo de alcohol.

¿Qué médico trata la hipercolesterolemia?

La hipercolesterolemia suele diagnosticarse por la medicina familiar y comunitaria, medicina interna o las unidades de chequeos médicos y medicina preventiva y salud pública. La hipercolesterolemia familiar requiere la intervención de los especialistas en genética. En el tratamiento, también puede ser necesaria la intervención de los especialistas en endocrinología y nutrición.

Diagnóstico

La hipercolesterolemia se confirma midiendo los niveles de colesterol:

  • Análisis de sangre: se realiza un perfil lipídico completo que incluya el nivel de LDL, HDL y triglicéridos. Es conveniente realizar análisis periódicos para vigilar los niveles, especialmente a partir de los 35 o 40 años.
  • Estudio genético: si se sospecha de hipercolesterolemia familiar, se puede realizar una prueba para confirmar la presencia de las mutaciones genéticas responsables.

Tratamiento

El tratamiento de la hipercolesterolemia tiene varios enfoques complementarios:

  • Tratamiento no farmacológico: basado en llevar una dieta saludable, hacer ejercicio y dejar de fumar. En ocasiones, es suficiente con estas medidas para reducir el colesterol.
  • Tratamiento farmacológico: si la dieta y el ejercicio no funcionan, se administran medicamentos específicos:
    • Estatinas: bloquean la producción de colesterol en el hígado.
    • Ezetimibia: reduce la absorción del colesterol de los alimentos en el intestino.
    • Resinas fijadoras de ácidos biliares: evitan que el ácido biliar se absorba en la sangre, con lo que el hígado utiliza el colesterol para producir ácido biliar.
    • Inhibidores de la PCSK9: favorecen la absorción de colesterol LDL por parte del hígado.
  • LDL-aféresis: en caso de hipercolesterolemia familiar grave o cuando la enfermedad no responde a la medicación habitual, se utiliza un procedimiento similar a la diálisis renal, que consiste en filtrar la sangre del paciente para eliminar las lipoproteínas.
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