Insuficiencia respiratoria crónica

¿A qué se debe la insuficiencia respiratoria crónica? Toda la información sobre los síntomas, las causas y el tratamiento de esta patología.

Síntomas y causas

Se denomina insuficiencia respiratoria a la incapacidad del aparato respiratorio de realizar un intercambio gaseoso adecuado para mantener las necesidades metabólicas del organismo: el pulmón no consigue oxigenar correctamente la sangre arterial y, en ocasiones, tampoco elimina adecuadamente el dióxido de carbono. Cuando la enfermedad tiene un desarrollo progresivo a lo largo del tiempo, se habla de insuficiencia respiratoria crónica.

La insuficiencia respiratoria crónica se clasifica en tres tipos:

  • Insuficiencia respiratoria hipoxémica: disminución del oxígeno transportado en las arterias porque el pulmón no puede oxigenar la sangre.
  • Insuficiencia respiratoria hipercápnica: aumento del dióxido de carbono arterial porque el pulmón no consigue eliminarlo.
  • insuficiencia respiratoria mixta: se dan las dos condiciones anteriores.

Según la concentración de los gases en sangre, la clasificación es la siguiente:

  • Insuficiencia respiratoria parcial o tipo 1: disminución de la presión arterial de oxígeno por debajo de 60 mmHg.
  • Insuficiencia respiratoria global o tipo 2: presión arterial de oxígeno inferior a 60 mmHg junto al aumento de la presión arterial de dióxido de carbono por encima de 45 mmHg.

Síntomas

Los síntomas frecuentes de la insuficiencia respiratoria son los siguientes:

  • Síntomas de hipoxia:
    • Fatiga extrema que dificulta las actividades sencillas y rutinarias.
    • Disnea: dificultad para respirar, falta de aire.
    • Somnolencia.
    • Cianosis: coloración azulada en los dedos y los labios. En personas de piel oscura, se presenta una coloración grisácea o blanquecina en la boca, alrededor de los ojos y debajo de las uñas.
  • Síntomas de hipercapnia:
    • Visión borrosa.
    • Confusión.
    • Dolor de cabeza.
    • Respiración rápida.
    • Frecuencia cardiaca irregular.

Causas

La insuficiencia respiratoria crónica es la consecuencia final de una gran variedad de enfermedades, tanto respiratorias como no respiratorias:

  • Enfermedades que provocan la obstrucción de las vías respiratorias, como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC, la causa más frecuente de insuficiencia respiratoria crónica), bronquiectasia o fibrosis quística.
  • Trastornos crónicos del tejido pulmonar, como fibrosis pulmonar, sarcoidosis, neumoconiosis, fibrosis postinflamatoria o necrosis pulmonar.
  • Tumores.
  • Afecciones que causan deformidades torácicas, como cifoescoliosis u obesidad mórbida.
  • Trastornos nerviosos y musculares que afectan a los músculos respiratorios, como esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, polineuropatías crónicas, distrofias musculares o daño permanente en los nervios de la médula espinal.
  • Enfermedades cardiovasculares, como insuficiencia cardiaca crónica.

Factores de riesgo

Los principales factores que aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad que derive en insuficiencia respiratoria crónica son:

  • Edad: el envejecimiento empeora la función pulmonar, favorece la debilidad muscular y disminuye la elasticidad torácica.
  • Tabaquismo.
  • Obesidad.
  • Exposición prolongada a irritantes pulmonares, como sílice, asbestos, químicos o humo.

Complicaciones

La baja concentración de oxígeno en la sangre de la insuficiencia respiratoria crónica ocasiona el estrechamiento de las arterias pulmonares, lo que puede conducir a una hipertensión pulmonar. Esta hipertensión hace que el lado derecho del corazón deba incrementar el esfuerzo para bombear la sangre y, con el tiempo, el ventrículo se agranda y se endurece (una condición denominada cor pulmonale) y se acaba desarrollando una insuficiencia cardiaca derecha, una afección potencialmente mortal.

Prevención

Se puede prevenir la aparición de enfermedades pulmonares tomando las siguientes medidas:

  • Evitar el tabaco.
  • Evitar la exposición a irritantes pulmonares.
  • Mantener un peso saludable.

¿Qué médico trata la insuficiencia respiratoria crónica?

La insuficiencia respiratoria crónica es diagnosticada y tratada en la unidad de neumología.

Diagnóstico

Además del estudio de los síntomas y del historial médico y los factores de riesgo, se realizan diferentes pruebas que confirmen la insuficiencia respiratoria crónica:

  • Oximetría de pulso (pulsioximetría): mediante un dispositivo colocado en el dedo o en la oreja, se mide el nivel de saturación de oxígeno en sangre y la frecuencia cardiaca.
  • Gasometría arterial: en una muestra de sangre arterial, se miden los niveles de oxígeno y dióxido de carbono. Este análisis confirma el tipo de insuficiencia que se padece (hipóxica, hipercápnica o mixta).
  • Radiografía de tóraxRadiografía de tóraxRadiografía : las imágenes por rayos X pueden mostrar afecciones pulmonares que causen la insuficiencia. También permiten observar signos de afectación cardiaca.
  • Electrocardiograma, para confirmar la presencia de arritmias. Mediante el uso de electrodos, se examina la actividad eléctrica del corazón.
  • Pruebas de función pulmonar: verifican el estado y el funcionamiento de los pulmones. También se realizan de forma periódica para comprobar la evolución de la insuficiencia y la eficacia del tratamiento.
    • Espirometría: consiste en soplar en un dispositivo que registra la cantidad de aire inhalado y exhalado y la velocidad de exhalación.
    • Prueba de volúmenes pulmonares: con un procedimiento similar a la espirometría, se mide el volumen de aire contenido en los pulmones.
    • Capacidad de difusión pulmonar: esta prueba avalúa la eficacia con la que el oxígeno ingresa en la sangre. Para ello, el paciente respira un gas que actúa como marcador y posteriormente se mide la concentración del gas en el aire exhalado.

Tratamiento

El principal abordaje de la insuficiencia respiratoria crónica es el tratamiento de la enfermedad subyacente y las complicaciones que hayan podido aparecer. Asimismo, debe tratarse la insuficiencia en sí. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Rehabilitación respiratoria: técnicas y ejercicios para mejorar la resistencia y la fuerza muscular y reducir la dificultad respiratoria. Asimismo, se ofrece educación sobre la enfermedad e intervención conductual para mejorar la calidad de vida.
  • Oxigenoterapia domiciliaria: administración continuada de oxígeno suplementario para corregir la hipoxemia. Se utilizan diversos métodos:
    • Tanque portátil de oxígeno líquido o de gas comprimido.
    • Concentrador de oxígeno: dispositivo eléctrico que separa el oxígeno del nitrógeno en el aire. Hay modelos estáticos que se conectan a la red y modelos portátiles que tienen baterías.

En ambos casos, el oxígeno se administra mediante cánulas (gafas nasales) o mascarillas.

  • Ventilación mecánica: si la ventilación pulmonar insuficiente no se corrige con los tratamientos anteriores, se recurre a una máquina (ventilador) que suministra aire a presión a través de una máscara facial o mediante un tubo insertado en la tráquea. Este tratamiento suele realizarse por las noches, también en el domicilio del paciente.
  • Tratamiento farmacológico según la causa de la la insuficiencia respiratoria.
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