Metástasis
Todo sobre las causas, los síntomas, el pronóstico y el tratamiento del cáncer metastático.
Síntomas y causas
La metástasis o cáncer metastático se produce cuando las células tumorales se trasladan, a través de los vasos sanguíneos o linfáticos, hasta un órgano diferente del que se originaron y forman tumores secundarios.
El cáncer metastático se puede diferenciar en tres tipos dependiendo de cuánto se haya diseminado:
- Metástasis local: las células cancerosas se han extendido hasta los tejidos circundantes o los ganglios linfáticos cercanos.
- Metástasis regional: el tumor ha llegado hasta los órganos contiguos, por lo que el cáncer se encuentra todavía en la misma zona.
- Metástasis a distancia: las células tumorales han llegado hasta órganos lejanos.
Si se tiene en cuenta el tamaño de los tumores, la metástasis puede ser:
- Micrometástasis: grupos pequeños de células cancerosas que forman tumoraciones de entre 0,2 y 2 milímetros, difíciles de detectar con pruebas de imagen.
- Macrometástasis: normalmente se utiliza el término general metástasis para referirse a este tipo. Es la diseminación de células tumorales con un tamaño mayor de 2 milímetros.
En contra de lo que pueda parecer, los tumores metastásicos siguen teniendo las características del tumor primario, aunque se desarrollen en un órgano distinto. Por ejemplo, si el cáncer de pulmón produce metástasis en los huesos, se trata de un cáncer de pulmón en el hueso, no de un cáncer óseo.
La metástasis conlleva un pronóstico peor que el del cáncer original. Aun así, los tratamientos avanzados que se han desarrollado en los últimos años son capaces de curar muchos tipos de cáncer metastático o de ralentizar su avance durante varios años.
Síntomas
El cáncer metastásico puede no presentar síntomas. Cuando se producen, suelen ser muy variables, ya que depende de sus características y localización. Algunos de los más frecuentes y comunes a todos los tipos son:
- Dolor persistente que puede ser generalizado o local.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Fiebre sin motivo aparente.
- Cansancio.
Entre los síntomas de los tipos más habituales de metástasis destacan:
- Metástasis hepática: se produce cuando las células cancerosas llegan al hígado:
- Falta de apetito.
- Ictericia: coloración amarillenta de la piel, las mucosas o la esclerótica del ojo.
- Náuseas.
- Dolor abdominal.
- Confusión.
- Metástasis pulmonar: el cáncer se propaga hasta los pulmones:
- Disnea: dificultad para respirar.
- Sensación de falta de aire.
- Tos seca y persistente.
- Tos con sangre.
- Dolor torácico.
- Metástasis ósea: las células tumorales se desplazan se reproducen en los huesos:
- Dolor en los huesos.
- Fracturas.
- Debilidad en las extremidades.
- Hipercalcemia: niveles elevados de calcio en la sangre.
- Metástasis cerebral: el cáncer se disemina hasta el cerebro:
- Dolor de cabeza.
- Falta de equilibrio.
- Cambios en la visión.
- Convulsiones.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida de memoria.
- Entumecimiento de un lado del cuerpo.
Causas
Los motivos por los que el cáncer se disemina hasta otras zonas del cuerpo siguen siendo una incógnita a pesar de los avances científicos. Algunos estudios indican que la capacidad de las células cancerosas para diseminarse aumenta debido a mutaciones genéticas de los propios tumores o a intercambios anómalos entre las células tumorales y los tejidos cercanos.
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo para desarrollar metástasis es tener cáncer. Cada tipo de tumor es más propenso a extenderse a unos órganos en concreto:
- Metástasis hepática: linfoma, leucemia, cáncer de pulmón, mama, colon, páncreas o estómago.
- Metástasis pulmonar: casi cualquier cáncer puede propagarse hasta el pulmón.
- Metástasis ósea: linfoma, mieloma múltiple, cáncer de mama, riñón, pulmón, tiroides o próstata.
- Metástasis cerebral: melanoma, cáncer de mama, pulmón, colon o riñón.
Complicaciones
La metástasis que no se puede controlar afecta a los órganos vitales, que dejan de funcionar poco a poco. Esta fase terminal, que tiene un tiempo variable dependiendo de cada caso, finaliza con la muerte.
Prevención
La metástasis no se puede prevenir. Aun así, es posible que el riesgo de que las células cancerosas se reproduzcan sea menor si se adquieren los siguientes hábitos:
- Alimentación saludable y equilibrada, rica en frutas y verduras. Se recomienda limitar el consumo de carne roja y evitar los alimentos procesados.
- Hacer ejercicio moderado de forma regular para mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de estrés.
- No fumar.
- Acudir a las revisiones periódicas establecidas por el oncólogo.
¿Qué médico trata la metástasis?
Los oncólogos son especialistas en diagnosticar y evaluar el nivel de gravedad de la metástasis. En el tratamiento interviene un equipo médico multidisciplinar que incluye a los especialistas en los órganos afectados. Cuando la metástasis está muy avanzada, los pacientes se remiten a la especialidad de cuidados paliativos.
Diagnóstico
El cáncer metastásico se suele diagnosticar durante los controles rutinarios para los pacientes con cáncer o las personas que han superado la enfermedad recientemente. Las pruebas que ayudan a detectarlo son:
- Análisis de sangre: un hemograma completo y un estudio de marcadores tumorales permite detectar indicios de metástasis.
- Pruebas de imagen: la resonancia magnética, la radiografía, la tomografía computarizada (TC), la tomografía por emisión de positrones (PET) y la gammagrafía óseaGammagrafía óseaGammagrafía son pruebas que detectan tumores en distintas partes del cuerpo.
- Biopsia: la naturaleza de los tumores detectados en los estudios de imagen se confirma tomando una muestra y analizándola en el laboratorio.
Tratamiento
El tratamiento de la metástasis se centra en las distintas localizaciones de los tumores, además del tumor originario si todavía es necesario. Cada tipo de cáncer metastásico y cada paciente tienen sus características y particularidades, por lo que el abordaje se personaliza para intentar obtener el mejor resultado posible. Es habitual combinar varias terapias para alcanzar el objetivo deseado:
- Radioterapia: se utiliza radiación ionizante externa o interna (braquiterapia) para destruir las células cancerosas. Este tratamiento se aplica de forma localizada.
- Quimioterapia: es un tratamiento sistémico, es decir, que se distribuye a todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Se utiliza una combinación de fármacos antineoplásicos que frenan el crecimiento de las células tumorales.
- Inmunoterapia: se utiliza el sistema inmunitario del paciente para frenar el avance del cáncer. Puede ser mediante anticuerpos que bloquean la reproducción de las células cancerosas, con proteínas que ponen en alerta al organismo o con interleuquinas que fomentan la comunicación celular para responder ante el cáncer.
- Cirugía: cuando las probabilidades de curación son altas, se extirpan los tumores secundarios mediante una intervención quirúrgica.
La metástasis terminal requiere cuidados paliativos para calmar los síntomas, tanto físicos como mentales, y mejorar la calidad de vida de los pacientes.