Pericarditis

¿La pericarditis es grave? Información acerca de las causas, los síntomas y los tratamientos más eficaces de esta enfermedad.

Síntomas y causas

La pericarditis es la inflamación del pericardio, que es el tejido que envuelve el corazón y facilita su movimiento, lo protege frente a posibles infecciones y evita la fricción excesiva con los órganos adyacentes.

Si se tiene en cuenta su evolución, la pericarditis se divide en tres tipos:

  • Pericarditis aguda: aparece de forma repentina. Es habitual que se cure por completo, aunque puede que reaparezca con el tiempo.
  • Pericarditis recurrente: los síntomas reaparecen después de cuatro o seis semanas de haber tenido un episodio de pericarditis aguda.
  • Pericarditis crónica: persiste durante más de seis meses.
    • Pericarditis constrictiva: causa engrosamiento y retracción del pericardio, por lo que se dificulta el llenado de los ventrículos.
    • Pericarditis efusiva: también se conoce como derrame pericárdico. Se acumula líquido en la cavidad pericárdica y puede provocar un taponamiento cardiaco.

En la mayoría de los casos, la pericarditis es una enfermedad leve y de curso benigno que remite en pocos días si se sigue el tratamiento adecuado. Sólo en las ocasiones graves es necesario recurrir a la cirugía. Para un buen pronóstico, es fundamental el diagnóstico precoz.

Síntomas

Con frecuencia, la pericarditis se manifiesta con los siguientes síntomas:

  • Dolor agudo en el centro del tórax que puede:
    • Extenderse a los hombros o al cuello.
    • Empeorar al toser.
    • Aliviarse al estar sentado o inclinarse hacia delante.
  • Dificultad para respirar.
  • Tos.
  • Taquicardia.
  • Fiebre.
  • Debilidad.

Causas

En la mayoría de los casos, se desconoce la causa que provoca la enfermedad (pericarditis idiopática). En algunas ocasiones, se debe a:

  • Infecciones víricas (COVID-19) o bacterianas (tuberculosis), por eso es muy común que la pericarditis se preceda de una faringitis o una gastroenteritis.
  • Lesión del músculo cardiaco producida por una cirugía o un infarto.
  • Traumatismos en el tórax.
  • Enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus).
  • Enfermedades crónicas (cáncer, enfermedad renal crónica, hipotiroidismo).

Factores de riesgo

El riesgo de padecer pericarditis aumenta en:

  • Hombres de entre 20 y 50 años.
  • Personas que han sufrido un infarto de miocardio.
  • Pacientes sometidos a una cirugía cardiaca.

Complicaciones

No es habitual que la pericarditis presente complicaciones. Cuando se producen, destacan las siguientes:

  • Derrame pericárdico: se acumula líquido alrededor del corazón.
  • Engrosamiento permanente del pericardio que causa edema y falta de aire.
  • Taponamiento cardiaco: el corazón no se llena correctamente y la presión arterial baja en exceso. En estos casos, el paciente debe recibir atención médica de urgencia.

Prevención

La pericarditis no se puede prevenir, aunque es conveniente seguir una higiene adecuada y evitar el contacto con personas con una infección. Es importante saber que un paciente que haya padecido una pericarditis tiene más posibilidades de padecer un segundo episodio tras eventos infecciosos, de ahí la importancia de reconocer los síntomas para iniciar un rápido tratamiento.

¿Qué médico trata la pericarditis?

Los especialistas en cardiología diagnostican y tratan la pericarditis.

Diagnóstico

Para diagnosticar la pericarditis los especialistas siguen los siguientes pasos:

  • Anamnesis: detección de síntomas claros como el dolor torácico acompañado de fiebre.
  • Auscultación para determinar si existe roce pericárdico.
  • Análisis de sangre: muestra evidencias de infección, inflamación o elevación de unas sustancias presentes en el corazón.
  • Electrocardiograma (ECG): mediante la colocación de electrodos en el pecho, se registran los latidos del corazón y se detectan anomalías.
  • Radiografía de tóraxRadiografía de tóraxRadiografía : muestra el tamaño y la forma del corazón.
  • Ecocardiograma: permite ver cómo bombea el corazón y cómo se mueven los fluidos en su interior, así como detectar si hay derrame o engrosamiento pericárdico.
  • Resonancia magnética del corazón: se utiliza para comprobar si hay signos de inflamación del pericardio.
  • Pericardiocentesis: análisis del líquido del pericardio para detectar infecciones en casos de derrame pericárdico importante o de causa desconocida con las técnicas diagnósticas iniciales.

Tratamiento

Para tratar la pericarditis idiopática, se recomienda permanecer en reposo relativo hasta que remita el dolor y tomar medicamentos antiinflamatorios.

Cuando se conoce, se debe tratar la enfermedad que causa la pericarditis:

  • Antivirales o antibióticos para las infecciones.
  • Punción pericárdica para extraer el exceso de líquido.
  • Pericardiectomía: se extrae el pericardio de forma total o parcial si se ha vuelto excesivamente rígido.
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