Silicosis

¿Cuál es la esperanza de vida de los pacientes con silicosis? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de esta enfermedad.

Síntomas y causas

La silicosis es un tipo de neumoconiosis, es decir, una enfermedad pulmonar intersticial difusa causada por la acumulación en los pulmones de polvos inorgánicos previamente inhalados, en este caso, partículas de sílice cristalina. Es la enfermedad pulmonar de origen laboral más frecuente en los países en desarrollo. Su carácter es irreversible y, en muchos casos, incapacitante.

La sílice cristalina es un óxido metálico muy abundante en la naturaleza. Sus formas más habituales son el cuarzo, la cristobalita y la tridimita. El primero forma parte de la mayoría de las rocas y las arenas de la superficie terrestre, mientras que los otros dos se encuentran en las rocas volcánicas.

En función de su evolución, se distinguen varios tipos de silicosis:

  • Silicosis crónica: es la forma más común. Tiene un desarrollo lento y se manifiesta décadas después de la exposición inicial a la sílice.
  • Silicosis acelerada: se da en pacientes con altos niveles de exposición y tiene un desarrollo más rápido, con aparición de la enfermedad a los cinco o diez años de la exposición inicial.
  • Silicosis masiva progresiva, en conglomerado o complicada: es la forma avanzada de las dos anteriores.
  • Silicosis aguda o silicoproteinosis aguda: se debe a una exposición muy intensa al polvo de sílice durante periodos cortos, generalmente de seis meses a dos años. Puede manifestarse semanas o años después de la exposición. Es poco frecuente pero muy grave.

Síntomas

Los síntomas de la silicosis suelen presentarse de forma crónica y progresiva, aunque en muchos casos permanece asintomática. El signo principal, común en todas las neumoconiosis, es la formación de nódulos pulmonares de tamaño variable compuestos por colágeno y partículas de sílice. En las formas más graves de la enfermedad, estos nódulos aumentan de tamaño, se unen formando aglomerados y causan una fibrosis progresiva que puede llegar a ser masiva.

Entre los síntomas visibles se encuentran los siguientes:

  • Tos.
  • Expectoración.
  • Falta de aire que se agrava con el esfuerzo.
  • Fatiga.
  • Respiración rápida.
  • Dolor torácico.
  • Pérdida del apetito y de peso.

En las formas más graves se puede observar:

  • Cianosis: coloración azulada de la piel debida a la falta de oxígeno en los tejidos.
  • Palidez generalizada.
  • Crepitantes pulmonares: sonidos anormales al respirar (se aprecian mediante auscultación).
  • Cor pulmonale: agrandamiento y engrosamiento del ventrículo derecho del corazón. Puede manifestarse con hinchazón en las piernas, mareos y un aumento de la fatiga y la falta de aire.
  • Insuficiencia respiratoria.

Causas

Como se ha mencionado, la causa de la silicosis son las partículas de sílice cristalina. Una vez inhaladas, las partículas de pequeño tamaño (inferior a cinco micras) alcanzan el parénquima pulmonar y se depositan en los bronquiolos respiratorios y los alvéolos pulmonares, donde son fagocitadas por los macrófagos alveolares, unas células del sistema inmunitario. Estas células, a su vez, liberan enzimas (citocinas) y radicales que promueven la inflamación y la formación de los nódulos. Según la intensidad y la duración de la exposición a la sílice, los nódulos pueden permanecer separados y no comprometer la función pulmonar o, por el contrario, se unen causando fibrosis y disfunción respiratoria.

Factores de riesgo

El principal factor de riesgo es la exposición a polvo de sílice cristalina. Esta exposición se da fundamentalmente en el entorno laboral. Los sectores industriales asociados a la silicosis incluyen:

  • Minería y cantería.
  • Construcción y obras públicas.
  • Tallado y pulido de rocas silíceas.
  • Fabricación de vidrio, porcelana, cerámicas o piedras preciosas.
  • Fundición.
  • Fabricación de abrasivos y polvos de detergente.
  • Industria siderometalúrgica.
  • Industria del papel.
  • Fabricación de pinturas, plásticos y gomas.

Asimismo, la duración y la intensidad de la exposición, así como el tamaño de las partículas de sílice y su nivel de concentración, influyen en el desarrollo de la enfermedad. La predisposición inmunológica de la persona también es un factor de riesgo.

Complicaciones

La silicosis, como el resto de neumoconiosis, suele causar un deterioro pulmonar severo y puede tener consecuencias muy graves, además de reducir la esperanza de vida del paciente. La complicación más habitual es el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), caracterizada por la insuficiencia respiratoria y la disminución de la capacidad de difusión pulmonar (el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono).

Asimismo, la silicosis crónica puede causar un aumento de la presión en los pulmones (hipertensión pulmonar) o un colapso pulmonar espontáneo (neumotórax). Ambas condiciones suponen un riesgo para la vida. La rápida progresión de la silicosis aguda, por su parte, también puede resultar mortal.

Además, los pacientes de silicosis, o quienes estén expuestos a sílice aunque no manifiesten la enfermedad, tienen una mayor susceptibilidad de desarrollar tuberculosis, ya que los macrófagos llenos de sílice disminuyen su capacidad de eliminar micobacterias. La silicosis también supone un mayor riesgo para el cáncer de pulmón y para ciertas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, la esclerodermia y el lupus eritematoso sistémico (especialmente las formas aguda y acelerada de la silicosis)

Prevención

Las medidas preventivas primarias de la silicosis tienen como objetivo limitar la exposición a sílice en el entorno laboral y favorecer una detección temprana de la enfermedad:

  • Riego con agua para que las partículas sedimenten.
  • Sistemas de aspiración y ventilación.
  • Uso de mascarillas especiales y otros equipos de protección personal.
  • Reconocimientos médicos frecuentes de los trabajadores expuestos, incluso después de finalizar su vida laboral.

Para prevenir las complicaciones de la silicosis, además, es recomendable dejar de fumar y vacunarse contra neumococos, COVID y gripe.

¿Qué médico trata la silicosis?

La silicosis es diagnosticada y tratada por los especialistas en neumología.

Diagnóstico

Después de un estudio detallado de los posibles síntomas y, especialmente, de los antecedentes de exposición a polvo de sílice, la silicosis se confirma mediante las siguientes pruebas:

  • Exploración física: la auscultación cardiopulmonar permite identificar crepitaciones pulmonares o una frecuencia cardiaca irregular, indicativa de cor pulmonale.
  • Radiografía de tóraxRadiografía de tóraxRadiografía o tomografía computarizada de tórax: en las imágenes tomadas por rayos X se pueden apreciar los signos característicos de la silicosis, como nódulos, fibrosis y opacidades alveolares, así como la calcificación de los ganglios linfáticos, señal de silicosis crónica.
  • Pruebas de función pulmonar: se utilizan para comprobar el grado de afectación respiratoria.
    • Espirometría: se evalúa la función pulmonar midiendo la cantidad de aire que se inhala y que se exhala y la velocidad de exhalación. Para ello, se utiliza un dispositivo denominado espirómetro que incorpora un tubo por el que el paciente debe expulsar el aire contenido después de inspirar profundamente. El proceso se repite al menos tres veces para que los resultados sean congruentes.
    • Gasometría arterial: en una muestra de sangre tomada de una arteria se mide la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono en sangre.
    • Prueba de difusión pulmonar: comprueba la eficacia del proceso de intercambio de gases en los pulmones. Consiste en inhalar aire que contiene monóxido de carbono junto a un gas marcador, como metano o helio, y expulsarlo después de contener la respiración unos segundos. El gas exhalado se analiza para medir la diferencia en la concentración de los gases inhalados y exhalados. Esta prueba confirma la presencia de EPOC.

Asimismo, se pueden realizar pruebas adicionales para identificar posibles complicaciones de la silicosis:

  • Análisis de sangre, para detectar marcadores específicos de enfermedades autoinmunes, como la presencia de anticuerpos antinucleares y factor reumatoide.
  • Cultivo de esputo: se analiza una muestra de esputo para buscar signos de tuberculosis.
  • Broncoscopia: se observan las vías aéreas mediante la introducción de una sonda flexible por la boca o la nariz. Esta prueba permite visualizar signos de cáncer, tuberculosis u otras enfermedades pulmonares intersticiales, como la sarcoidosis.

Tratamiento

La silicosis no tiene cura, ya que el daño pulmonar producido no es reversible. Por tanto, el tratamiento se basa en aliviar los síntomas y evitar la progresión de la enfermedad:

  • Cese de la exposición a polvo de sílice: es el primer paso tras detectar la silicosis.
  • Administración de corticoides para reducir la inflamación.
  • Administración de broncodilatadores para mantener las vías respiratorias abiertas.
  • Administración de oxígeno en caso de hipoxemia (bajo nivel de oxígeno en sangre).
  • Vacunación contra las infecciones pulmonares frecuentes, como neumococos, gripe y COVID.
  • Dejar de fumar.
  • Administración de antibióticos, si existe infección pulmonar.
  • Trasplante de pulmón, en casos graves con enfermedad pulmonar terminal.
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