Toxoplasmosis

¿Cómo prevenir la toxoplasmosis? Información sobre las causas, los síntomas, los tratamientos y los riesgos asociados a esta infección.

Síntomas y causas

La toxoplasmosis es una infección parasitaria provocada por el Toxoplasma gondii que suele cursar de forma asintomática o con síntomas leves. Por norma general, no supone un riesgo para la salud, pero puede derivar en complicaciones graves en fetos, recién nacidos y personas con sistema inmunitario comprometido.

El Toxoplasma gondii es un parásito intracelular obligado, es decir, que necesita alojarse en un huésped para reproducirse. Este microorganismo utiliza a los seres humanos, los cerdos, las ovejas o las aves como huéspedes intermediarios para reproducirse de forma asexual. Los felinos, especialmente los gatos, son su huésped definitivo, donde alcanza la madurez sexual.

Existen dos tipos de toxoplasmosis atendiendo a la forma de contagio:

  • Toxoplasmosis adquirida: a través del consumo de agua o alimentos (poco cocinados) contaminados con heces de gato, en las que permanecen los huevos de los parásitos (oocistos).
  • Toxoplasmosis congénita: se transmite a través de la placenta de madre a feto.

Cuando los humanos ingieren los oocistos, los huevos se abren en el interior del organismo y se transforman en taquizoítos, que se reproducen rápidamente en el interior de las células y pueden causar daños en los tejidos. El sistema inmunitario responde y los transforma en bradizoítos, que se multiplican lentamente y quedan encapsulados en forma de quistes. Estas tumoraciones permanecen aletargadas y solamente se reactivan, con riesgo de desencadenar la toxoplasmosis, cuando el sistema inmunológico se ve comprometido.

Síntomas

Los síntomas de la toxoplasmosis son diferentes dependiendo del estado de salud y las características del paciente:

  • Sistema inmunitario sano:
    • Asintomática en la mayoría de los casos.
    • Febrícula.
    • Cansancio.
    • Malestar general.
    • Dolor de cabeza.
    • Inflamación de los ganglios linfáticos.
    • Sistema inmunitario deprimido:
      • Toxoplasmosis ocular: enrojecimiento, dolor, inflamación, déficit de visión, visión doble, cuerpos flotantes, fotofobia, ceguera.
      • Toxoplasmosis cerebral: fiebre, dolor de cabeza, cansancio excesivo, confusión, mala coordinación, debilidad muscular, trastornos de la marcha, falta de equilibrio, convulsiones, hemiplejia.
      • Toxoplasmosis pulmonar: fiebre, tos, dolor de pecho, insuficiencia respiratoria.
      • Toxoplasmosis en el embarazo: en la mayoría de los casos, la madre contagiada no presenta síntomas graves, pero la enfermedad puede afectar al feto si se transmite a través de la placenta, aunque no es habitual.
        • Primer trimestre: aborto espontáneo.
        • Recién nacidos: hidrocefalia, agrandamiento del hígado o el bazo, malformaciones cerebrales, infección ocular.
        • Bebés con enfermedad grave: sarpullido, ceguera, problemas de audición, ictericia, enfermedad cardiaca, convulsiones, dificultad de movimiento, dificultades en las habilidades cognitivas.
        • Niños y adolescentes: infecciones oculares recurrentes, alteraciones del desarrollo, falta de motricidad, problemas de aprendizaje, retraso en el crecimiento, pubertad precoz, pérdida auditiva.

Causas

La toxoplasmosis suele adquirirse mediante el consumo de carne infectada poco hecha o vegetales crudos, así como al beber agua contaminada. También es posible contagiarse por el contacto con heces de gato.

  • También existe la transmisión vertical de madre a feto a través de la placenta cuando la madre se infecta durante el embarazo.

Factores de riesgo

El riesgo de contraer toxoplasmosis aumenta cuando se tiene el sistema inmunitario deprimido, principalmente en los siguientes casos:

  • VIH o SIDA.
  • Algunos tipos de cáncer.
  • Medicación para prevenir que se rechace un órgano trasplantado.
  • Tratamientos con esteroides o corticoesteroides.
  • Tratamientos con quimioterapia.

Complicaciones

En la mayoría de los pacientes, la toxoplasmosis es asintomática o desarrolla síntomas leves, similares a los de la gripe. Aun así, algunas personas presentan complicaciones graves, como:

  • Daños neurológicos.
  • Ceguera.
  • Pérdida de audición.
  • Defectos congénitos.
  • Abortos espontáneos.
  • Partos prematuros.

Prevención

La mejor forma de prevenir la toxoplasmosis es seguir estas recomendaciones:

  • Cocinar la carne a más de 60°C durante un mínimo de tres minutos.
  • En el caso de carne de ave, no menos de 74°C.
  • Evitar la carne, el marisco y el pescado crudos. Si se van a consumir, congelarlos previamente a -20°C durante dos días o a -10°C durante tres días.
  • Lavar las frutas y las verduras antes de consumirlas.
  • No tomar leche, ni sus derivados, sin pasteurizar.
  • Beber solamente agua potable.
  • Limitar el contacto con los gatos, especialmente, con las heces.
  • Utilizar guantes para hacer trabajos de jardinería o tocar la tierra.

¿Qué médico trata la toxoplasmosis?

La toxoplasmosis se detecta por los especialistas en ginecología o medicina general. Los médicos internistas, por su parte, se encargan del tratamiento si es necesario.

Diagnóstico

El método diagnóstico principal para la toxoplasmosis es el análisis de sangre. Esta prueba detecta si la infección está activa (anticuerpos IgM específicos) o si se ha tenido en el pasado y el paciente ha desarrollado inmunidad (anticuerpos IgG).

En España, el análisis serológico para la toxoplasmosis se incluye en las pruebas rutinarias del embarazo. Si los resultados muestran indicios de una infección activa o reciente, se llevan a cabo pruebas complementarias en laboratorios especializados para confirmar el diagnóstico. En algunos casos, se necesitan estudios histológicos y análisis del líquido amniótico.

Ante la sospecha de toxoplasmosis ocular, se realizan pruebas específicas para evaluar las lesiones en los ojos. Para descartar o confirmar la toxoplasmosis cerebral, son útiles la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) de cabeza, así como la punción lumbar.

Tratamiento

El tratamiento de la toxoplasmosis varía según la gravedad, el estado del paciente y si se presenta durante el embarazo.

  • Pirimetamina combinada con sulfadiacina: se utiliza en la fase aguda para combatir la infección, ya que evita la reproducción rápida del parásito
  • En mujeres embarazadas con infección reciente, se administra espiramicina por vía oral (1 gramo cada 8 horas) para reducir el riesgo de transmisión al feto y este tratamiento se mantiene durante toda la gestación. Si se confirma infección fetal, el tratamiento se cambia a pirimetamina, sulfadiacina y ácido folínico hasta el final del embarazo para minimizar lesiones en el bebé.
  • Para personas inmunocompetentes con infección aguda leve, usualmente no es necesario tratamiento específico, aunque en casos más graves o personas inmunodeprimidas se usan combinaciones de pirimetamina, sulfadiacina y ácido folínico, a veces hidroxinaftoquinona o azitromicina como alternativas.
  • La pirimetamina es teratógena y está contraindicada en el primer trimestre. Se requiere monitoreo hematológico frecuente por riesgo de aplasia medular.

La dosis necesaria y la duración del tratamiento varía dependiendo de la gravedad de la enfermedad y del estado de salud general del paciente.

Además, los bebés nacidos de madres infectadas requieren pruebas para confirmar infección congénita y seguimiento adecuado.

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