Punción lumbar

En la punción lumbar se utiliza una aguja fina para obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo. En el laboratorio, se analiza para descartar o diagnosticar enfermedades o hacer un seguimiento de la salud del paciente. También puede utilizarse como método terapéutico.

Prueba de laboratorioPrueba de laboratorio

Descripción General

La punción lumbar, también llamada raquicentesis, es un procedimiento en el que se inserta una aguja fina y hueca en la parte inferior de la columna vertebral (normalmente, entre la L3 y L4 o entre la L4 y la L5) para extraer muestras de líquido cefalorraquídeo (LCR). El LCR está presente tanto en el espacio existente entre el cerebro y la médula espinal como en las meninges, que son las membranas que los rodean.

Esta técnica puede tener un objetivo diagnóstico, ya que el análisis del líquido cefalorraquídeo sirve para diagnosticar diversas enfermedades y obtener información sobre el estado de salud general de un paciente. También se utiliza con fines terapéuticos, ya que la punción permite administrar determinados tratamientos médicos.

¿Cuándo está indicada?

La raquicentesis está indicada en diversos casos:

  • Tomar muestras de LCR y analizarlas en el laboratorio.
  • Medir la presión del líquido en el conducto raquídeo y, en caso de haber hipertensión intracraneal, aliviarla.
  • Inyectar medicamentos, por ejemplo, la quimioterapia.
  • Aplicar sustancias de contraste para la realización de determinadas pruebas de imagen.
  • Administrar anestesia epidural.

La punción lumbar sirve para diagnosticar afecciones del sistema nervioso (esclerosis múltiple o radiculopatías), infecciones (meningitis, encefalitis, neurosífilis), células cancerosas (leucemia, cáncer de médula espinal, tumores cerebrales) o hemorragia en el líquido cefalorraquídeo.

¿Cómo se realiza?

Al tratarse de un procedimiento mínimamente invasivo, no se necesita utilizar anestesia general ni acudir a un quirófano. En una sala estéril, se desinfecta la zona en la que se va a actuar y se aplica anestesia local. A continuación, se introduce una aguja fina y larga en el espacio intervertebral más adecuado dependiendo de la anatomía del paciente. La recolección del líquido cefalorraquídeo puede ser por goteo, colocando un tubo de ensayo debajo del extremo de la aguja, o por aspiración, insertando una jeringa en la parte final de la aguja. Para evitar infecciones, se coloca un vendaje en el lugar de la punción.

Cuando la finalidad de la punción lumbar es analizar el líquido cefalorraquídeo, se envía al laboratorio en un bote cerrado donde se analiza su aspecto y la presencia de diversas sustancias como proteínas, glucosa, agentes infecciosos, proteínas o células cancerosas para emitir un informe diagnóstico.

Riesgos

En la mayoría de los casos, este procedimiento no provoca complicaciones cuando se practica de la forma adecuada. La punción lumbar se lleva a cabo en una región en la que no hay presencia de médula espinal, por lo que se evita el riesgo de provocar una lesión medular.

Uno de los efectos secundarios habituales es el dolor de cabeza, que suele permanecer durante 24 o 48 horas tras la punción y aliviarse con analgésicos. En raras ocasiones, se produce una infección, sangrado en la zona de la punción o daño en los nervios cercanos al área en el que se ha introducido la aguja.

Qué esperar de una punción lumbar

La punción lumbar no requiere hospitalización, ya que se practica de forma ambulatoria. El día de la prueba, se recomienda acudir con ropa cómoda que se quite fácilmente, ya que se debe vestir la bata que se proporciona en el centro médico.

Para hacer una punción lumbar, el paciente se coloca en una posición que facilite el acceso al espacio intervertebral. Dependiendo del procedimiento:

  • Tumbado en posición fetal con la cabeza flexionada.
  • Sentado con el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante y la cabeza apoyada en el pecho.

El procedimiento puede realizarse con o sin anestesia:

  • Anestesia cutánea (en espray): se siente una sensación de frío en la espalda.
  • Anestesia subcutánea: se percibe un cierto picor después del pinchazo.
  • Sin anestesia: el paciente siente una presión cuando se inserta la aguja y un dolor ligero y breve, similar al de una extracción de sangre, mientras se obtiene la muestra de líquido. Algunas personas refieren un dolor similar a una descarga eléctrica que recorre la pierna de arriba a abajo en el momento de introducir la aguja.

La raquicentesis suele durar entre 10 y 20 minutos. Después, se debe permanecer en observación haciendo reposo durante alrededor de una hora. Una vez que se retoma la rutina, se recomienda evitar los esfuerzos y el ejercicio intenso el mismo día del procedimiento. Es posible volver al trabajo siempre y cuando no requiera actividad física. El especialista prescribe analgésicos para calmar el dolor de cabeza que, si se vuelve intenso o está acompañado de mareos y vómitos, requiere de atención médica.

Los resultados suelen estar disponibles en un plazo de 48 horas.

Especialidades en las que se solicita una punción lumbar

Los neurólogos o los neurocirujanos suelen ser los especialistas que solicitan una punción lumbar, aunque también pueden pedirla los oncólogos. Cuando se utiliza para poner una sedación, la practican los anestesistas. El análisis en el laboratorio corre a cargo de los patólogos.

Cómo prepararse

No suele ser necesaria una preparación especial para una punción lumbar, aunque aquellos pacientes con tratamientos anticoagulantes deben suspenderlos en los días previos.

Si, por motivos de salud del paciente, se utiliza anestesia general, hay que acudir en ayunas.