Encefalitis
¿Cuáles son las secuelas de la encefalitis? Toda la información sobre este trastorno: causas, síntomas y tratamientos.
Síntomas y causas
Se denomina encefalitis a un conjunto de trastornos caracterizados por la inflamación del tejido cerebral. Es una patología poco frecuente pero muy grave y con un alto índice de mortalidad, por lo que constituye una emergencia médica.
En función del origen de la inflamación, se distinguen dos tipos principales de encefalitis:
- Encefalitis infecciosa: causada por una infección vírica o bacteriana.
- Encefalitis autoinmune: debida a una reacción del sistema inmunitario.
Según las áreas donde se produzca la inflamación, se distinguen las siguientes encefalitis:
- Meningoencefalitis: la inflamación se produce en el encéfalo y las meninges.
- Encefalomielitis: se inflaman el encéfalo y la médula espinal.
- Encefalitis límbica: el proceso inflamatorio se localiza en el sistema límbico.
- Encefalitis letárgica: se ven afectados en encéfalo, el mesencéfalo y los ganglios basales.
Síntomas
La sintomatología de la encefalitis infecciosa es bastante variada. Su fase aguda tiene una duración de una o dos semanas y los síntomas frecuentes incluyen:
- Síntomas digestivos: antes de manifestarse los síntomas propios de la encefalitis, suelen aparecer náuseas, vómitos, diarrea o dolor abdominal.
- Síndrome febril agudo: en la fase inicial, la encefalitis cursa con síntomas similares a la gripe, como fiebre, dolor de cabeza, debilidad, dolor muscular o articular y malestar general.
- Rigidez en la nuca y la espalda, si están afectadas las meninges.
- Convulsiones.
- Cambios en la personalidad.
- Confusión.
- Entumecimiento o parálisis en ciertas partes de la cara o el cuerpo, si se ve afectada la médula espinal.
- Incontinencia.
- Movimientos anormales y descoordinación motora.
- Alucinaciones auditivas, olfativas o visuales.
- Afasia: incapacidad de producir o comprender el lenguaje.
- Somnolencia extrema repentina. Es el síntoma típico de la encefalitis letárgica.
- Pérdida de consciencia.
- Coma.
Los síntomas de la encefalitis autoinmune se desarrollan más lentamente, a lo largo de varias semanas:
- Cambios en la personalidad.
- Pérdidas de memoria.
- Brote psicótico.
- Alucinaciones.
- Convulsiones.
- Pérdida de sensibilidad.
- Trastornos del sueño.
- Problemas de visión.
- Dificultad para caminar.
- Movimientos anómalos.
- Incontinencia.
Si la encefalitis afecta a bebés y niños pequeños, los síntomas habituales son:
- Fontanelas abultadas: las fontanelas son las partes blandas del cráneo.
- Náuseas, vómitos.
- Irritabilidad y mayor frecuencia del llanto.
- Rigidez corporal.
- Alimentación insuficiente.
Causas
En la mayoría de los casos, la encefalitis infecciosa es una encefalitis vírica causada por la acción directa de un virus sobre el cerebro. Entre los virus que ocasionan encefalitis se encuentran:
- Herpesvirus (causantes de la encefalitis herpética), como el virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2, el virus de Epstein-Barr, el virus de la varicela-zóster o el citomegalovirus.
- Enterovirus, como el virus de la poliomielitis, el de la hepatitis o el virus coxsackie.
- Arbovirus: se transmiten a través de la picadura de artrópodos (mosquitos, pulgas o garrapatas). Estos incluyen: virus de La Crosse, virus del género alfavirus (responsables de las encefalitis equinas), virus del Nilo, virus de Saint Louis, virus Powasan, virus del género flavivirus (causante de la encefalitis japonesa), virus chikungunya y virus Zika.
- Virus de la rabia: se transmite por la mordedura de un animal infectado.
- Paramixovirus, como el virus de las paperas y el del sarampión.
La encefalitis infecciosa también puede deberse a la reactivación de un virus causante de una infección previa en el organismo, normalmente el virus del herpes simple tipo 1, virus varicela-zóster, virus JC o paramixovirus. La reactivación puede suceder años después de la infección primaria.
En raras ocasiones, se trata de una encefalitis bacteriana causada por diferentes agentes patógenos:
- Bacterias del género Borrelia, transmitidas por garrapatas y responsables de la enfermedad de Lyme.
- Treponema pallidum, causante de la sífilis.
- Toxoplasma, un protozoo que origina la toxoplasmosis.
- Bacterias que causan meningitis, como Mycoplasma pneumoniae o Neisseria meningiditis.
- Parásitos del género Plasmodium, que originan la malaria y son transmitidos por mosquitos.
- Listeria monocytogenes, causante de la listeria.
- Bacterias del género Rickettsia, transmitidas por pulgas, piojos o garrapatas y responsables de enfermedades como el tifus o la fiebre de las Montañas Rocosas.
En el caso de las encefalitis autoinmunes, la inflamación es producida por una reacción inmunitaria errónea: el sistema inmune libera anticuerpos que actúan contra ciertos receptores de neurotransmisores o contra proteínas de la superficie neuronal, frecuentemente contra el receptor N-metil-D-aspartato (NMDA) o la mielina (encefalomielitis diseminada aguda). Los desencadenantes comunes de esta reacción inmunitaria pueden ser:
- Infecciones víricas previas (encefalitis postinfecciosa): causadas por enterovirus, virus de Eipsten-Barr, virus de hepatitis A y B, VIH (virus inmunodeficiencia humana) o virus de la gripe.
- Vacunas.
- Tumores benignos o malignos (encefalitis paraneoplásica).
En muchos casos, no existe un desencadenante específico de la encefalitis autoinmune, como ocurre en el caso de la encefalitis de Rasmussen o la encefalitis de Hashimoto.
Factores de riesgo
Las probabilidades de desarrollar una encefalitis aumentan en los siguientes supuestos:
- Sistema inmunitario comprometido, más propenso a contraer infecciones.
- Exposición a artrópodos.
- Época de verano: la transmisión vírica por artrópodos suele ser más habitual en épocas cálidas.
- Trastornos autoinmunes: aumentan el riesgo de desarrollar una encefalitis autoinmune.
- Edad: en general, las encefalitis víricas son más comunes en niños y personas mayores.
- Cáncer o procesos tumorales.
Complicaciones
A pesar de que las formas leves de encefalitis pueden recuperarse en pocas semanas, las formas más graves de la enfermedad pueden llegar a causar la muerte o dejar secuelas de larga duración o incluso permanentes, entre ellas:
- Pérdida de memoria.
- Pérdida del control muscular.
- Debilidad.
- Pérdida o alteración de la sensibilidad.
- Alteraciones en el habla, la audición o la visión.
- Cambios en la personalidad.
- Fatiga persistente.
- Trastornos del aprendizaje.
Prevención
La forma más eficaz de prevenir la encefalitis es tomar medidas para protegerse de las infecciones:
- Vacunarse: mantenerse al día con las vacunaciones obligatorias y recomendadas y ponerse las vacunas necesarias cuando se viaje a otros países, así como vacunar a las mascotas contra la rabia.
- Mantener hábitos de higiene adecuados, con lavado de manos frecuente con agua y jabón.
- No compartir utensilios personales como cepillos de dientes, cubiertos, cuchillas de afeitar, bebidas, etc.
- Reforzar el sistema inmunitario llevando una dieta saludable y practicando ejercicio de forma regular.
- Protegerse contra las picaduras de mosquitos y garrapatas:
- Aplicar repelente de mosquitos que contengan DEET en la piel y la ropa.
- Aplicar insecticidas que contengan permetrina sobre la ropa y otros utensilios, pero no sobre la piel.
- Colocar mosquiteras.
- En zonas de riesgo, llevar prendas de arriba de manga larga y pantalones largos.
- Evitar las zonas con aguas estancadas.
- Mantener limpias y secas las zonas de acumulación de agua en el hogar, como macetas o canaletas.
- Evitar la exposición innecesaria a zonas con presencia habitual de mosquitos o garrapatas.
¿Qué médico trata la encefalitis?
La encefalitis se evalúa y se trata en la unidad de neurología.
Diagnóstico
Ante la presencia de los síntomas característicos, se realizan las siguientes pruebas para confirmar el diagnóstico de encefalitis y su agente causante:
- Pruebas de diagnóstico por imagen, como resonancia magnética o tomografía computarizada, para identificar la inflamación cerebral. Asimismo, ayudan a descartar patologías con síntomas similares, como un accidente cerebrovascular o un tumor cerebral.
- Electroencefalograma: mediante electrodos colocados sobre el cuero cabelludo se mide la actividad eléctrica del cerebro, lo que permite detectar anomalías características de la encefalitis.
- Punción lumbar: a través de una aguja insertada en la zona lumbar, se extrae una muestra de líquido cefalorraquídeo para medir el nivel de leucocitos, que es elevado en caso de encefalitis. Asimismo, se pueden detectar infecciones o anticuerpos asociados con la encefalitis autoinmune.
- Análisis de sangre: en la sangre también se pueden identificar los microorganismos causantes de la encefalitis.
- Prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR): se toma una muestra de sangre, saliva, mucosidad o tejido a la que se le añade la enzima polimerasa para replicar su material genético millones de veces. En la muestra también se encuentra material genético del agente infeccioso, que de esta manera puede identificarse.
- Biopsia cerebral: en casos muy graves en los que los síntomas empeoren y el tratamiento no sea efectivo, se puede tomar una muestra del tejido cerebral para su análisis.
Tratamiento
El tratamiento de la encefalitis depende de su causa y de su gravedad. Las opciones son:
- Antiinflamatorios, como ibuprofeno, para aliviar el dolor de cabeza y la fiebre en caso de encefalitis leve.
- Antivirales, si la encefalitis es causada por una infección vírica. Los antivirales de uso frecuente son aciclovir, ganciclovir y foscarnet.
- Antibióticos, si el agente causante es una bacteria.
- Anticonvulsivos, si la encefalitis produce convulsiones.
- Si se trata de una encefalitis autoinmune, el tratamiento incluye:
- Corticoesteroides, como prednisona o metilprednisolona, para inhibir la respuesta inmune y reducir la inflamación.
- Inmunomoduladores: fármacos que regulan la respuesta inmune.
- Inmunosupresores: fármacos que inhiben la respuesta inmune.
- Inmunoglobulina intravenosa: se inyectan anticuerpos provenientes del plasma de donantes sanos.
- Plasmaféresis: procedimiento que elimina los anticuerpos anómalos de la sangre. Consiste en extraer la sangre del paciente, separar el plasma de las células sanguíneas en una máquina centrifugadora o filtradora, desechar el plasma y devolver las células junto con un fluido de sustitución, como la albúmina.
- Terapia de rehabilitación: si persisten secuelas neurológicas una vez resuelta la encefalitis, se puede aplicar fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia o psicoterapia para recuperar la función cerebral, la función motora y el habla, así como para adquirir estrategias de adaptación y técnicas conductuales que mejoren la calidad de vida.