Tuberculosis
¿Cómo se contagia la tuberculosis? Todo sobre las causas, los síntomas y los tratamientos para esta enfermedad.
Síntomas y causas
La tuberculosis es una infección que afecta principalmente a los pulmones y está causada por el bacilo de Koch (Mycobacterium tuberculosis). A pesar de que es más habitual en países en vías de desarrollo, se producen casos en cualquier parte del mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tuberculosis, se sitúa nuevamente como la principal causa de muerte por enfermedad infecciosa en 2023, por encima de la COVID-19.
Es posible que el bacilo entre en el organismo, pero no lo contagie. En estos casos se habla de tuberculosis latente o inactiva.
Dependiendo de las zonas del cuerpo infectadas, se habla de dos tipos de tuberculosis:
- Tuberculosis pulmonar: afecta a los pulmones y los ganglios linfáticos.
- Tuberculosis primaria: se desarrolla inmediatamente después de producirse la infección y, aunque no muestra síntomas, deja cicatrices de por vida en estos órganos. Es más habitual en niños.
- Tuberculosis postprimaria: suele aparecer alrededor de dos años después de la infección y es más agresiva. Puede diseminarse a otros órganos.
- Tuberculosis extrapulmonar: se extiende a otras partes del organismo como los huesos (tuberculosis ósea), la piel (tuberculosis cutánea), los genitales (tuberculosis genitourinaria), las meninges (tuberculosis meníngea) o el sistema nervioso central. La llamada tuberculosis miliar extiende la infección a través de la sangre o del líquido linfático.
A pesar de que es una enfermedad grave y potencialmente mortal, los tratamientos actuales son muy eficaces y, cuando se tiene acceso a ellos, los síntomas remiten en poco tiempo.
Síntomas
La tuberculosis activa, la que causa síntomas, se caracteriza por:
- Tos seca y persistente.
- Esputo con sangre.
- Dolor en el pecho.
- Cansancio.
- Sudoración, con más frecuencia por la noche.
- Fiebre.
- Pérdida de peso.
Causas
La tuberculosis es una infección causada por el bacilo de Koch. El contagio se produce de persona a persona a través de las pequeñas gotitas que se diseminan al hablar, toser o estornudar. Suele ser necesario un contacto continuo y prolongado, como convivir o trabajar junto a la persona infectada.
Factores de riesgo
Las posibilidades de contagiarse de tuberculosis son mayores en los siguientes casos:
- Vivir con una persona con tuberculosis activa.
- Acudir a lugares en condiciones de hacinamiento.
- Atender a pacientes infectados.
- Viajar a zonas con una alta incidencia como el África subsahariana, Sudamérica, el Pacífico occidental, el sudeste de Asia, Rusia, China o Afganistán.
El riesgo de padecer tuberculosis activa aumenta cuando se tiene el sistema inmunitario debilitado o las siguientes enfermedades:
- VIH o SIDA.
- Malnutrición.
- Diabetes.
- Enfermedad renal.
- Alcoholismo.
- Tabaquismo.
Complicaciones
Si la tuberculosis se extiende a través de la sangre, puede derivar en:
- Meningitis.
- Lesiones en las articulaciones.
- Daño en el hígado o los riñones.
- Cuando no se trata de forma adecuada, puede causar la muerte.
Prevención
Para prevenir el contagio de tuberculosis se aconseja permanecer aislado durante las dos primeras semanas de tratamiento. Además, es recomendable cubrirse la nariz y la boca con una mascarilla o con un pañuelo al toser y ventilar la habitación con frecuencia.
En aquellos países con mayor incidencia, se recomienda vacunar a los bebés. En países desarrollados, como España, se desaconseja la vacunación generalizada.
¿Qué médico trata la tuberculosis?
Los especialistas en Neumología son los que diagnostican y tratan la tuberculosis.
Diagnóstico
Para diagnosticar la tuberculosis, se realiza la anamnesis y se lleva a cabo una exploración física en la que se palpan los ganglios para detectar si están inflamados. Posteriormente, se hacen pruebas entre las que se incluyen:
- Prueba de Mantoux, conocida como la prueba de la tuberculina: se inyectan antígenos del bacilo de Koch bajo la piel y se esperan dos o tres días para comprobar si se produce reacción en la zona (enrojecimiento y calor). Si el resultado es positivo, quiere decir que el paciente ha estado alguna vez en contacto con la Mycobacterium tuberculosis, pero no confirma el contagio.
- Análisis de sangre y cultivo de esputo: determinan si la infección es activa o latente.
- Radiografía o tomografía computarizada (TC) pulmonar: permiten ver manchas en los pulmones, signo de que el sistema inmunitario ha reaccionado frente a las bacterias.
Tratamiento
Como es una infección bacteriana, la tuberculosis se trata con antibióticos. No obstante, el bacilo de Koch es muy resistente, por lo que suele ser preciso utilizar una combinación de varios medicamentos para que sea efectivo.
Por norma general, se aplican isoniacida, rifampicina y piramizina durante los primeros meses y se continúa con isoniacida y rifampicina durante otros cuatro meses más.