Angiografía pulmonar

Una angiografía pulmonar es una técnica diagnóstica que combina la aplicación de rayos X con la inyección de un material de contraste a través de una sonda flexible que se desplaza a los pulmones para obtener imágenes radiográficas detalladas de los vasos sanguíneos pulmonares.

Diagnóstico por imagenDiagnóstico por imagen

Descripción General

Una angiografía pulmonar es un procedimiento diagnóstico mediante el cual se obtienen imágenes radiográficas precisas y detalladas de los vasos sanguíneos de los pulmones.

El procedimiento combina la aplicación de radiación ionizante (rayos X) con la administración de un material de contraste que hace que los vasos y el flujo sanguíneo puedan visualizarse (en un estudio radiológico convencional no pueden apreciarse, ya que tienen la misma densidad que el resto de tejidos blandos).

¿Cuándo está indicada?

Una angiografía pulmonar permite identificar y caracterizar diversas patologías pulmonares:

  • Presencia de coágulos en las arterias que riegan los pulmones (tromboembolismo pulmonar o TEP).
  • Estrechamiento u obstrucción de los vasos pulmonares.
  • Aneurismas.
  • Hipertensión pulmonarHipertensión pulmonarHipertensión .
  • Malformaciones arteriovenosas.

En ocasiones, la angiografía pulmonar también se utiliza para inyectar medicación para disolver coágulos, aunque no es un procedimiento habitual.

¿Cómo se realiza?

La angiografía pulmonar consiste en la inserción de una sonda fina y flexible, llamada catéter, en la arteria pulmonar. Para ello, se realiza una incisión en la ingle o en el brazo a través de la que se introduce el catéter en la vena el vaso sanguíneo correspondiente. Utilizando como guía las imágenes radiográficas proyectadas en un monitor, el catéter se desplaza hasta las cavidades derechas del corazón y, de ahí, a la arteria pulmonar. Una vez en el lugar indicado, se inyecta el contraste por el catéter y se toman varias radiografías de los vasos sanguíneos.

En la actualidad, sin embargo, el cateterismo pulmonar está siendo sustituido por la angiografía pulmonar por tomografía computarizada (TC), en la que no se utilizan catéteres y el contraste se administra por vía intravenosa.

Riesgos

Durante el desarrollo de la prueba, es posible que se produzca un aumento de la frecuencia cardiaca o una arritmia, pero se trata de una situación transitoria que se resuelve durante el procedimiento. Asimismo, es habitual la aparición de hematomas en el lugar de la incisión.

De forma excepcional, pueden surgir complicaciones graves, entre las que se incluyen infección de la incisión, hemorragia, lesiones en los vasos sanguíneos causados por el movimiento del catéter, formación de coágulos (que pueden bloquear el riego sanguíneo, desprenderse y provocar una embolia pulmonar, un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular), reacción alérgica al contraste, que puede ser leve (erupción cutánea) o grave (anafilaxis) o daño renal provocado por el contraste.

Asimismo, existe la posibilidad de causar daños en las células o tejidos por la exposición a la radiación ionizante de la tomografía. Sin embargo, al tratarse de una exposición aislada, es difícil producir un daño real al organismo.

Qué esperar de una angiografía pulmonar

Antes de pasar a la sala de radiología, el paciente debe quitarse la ropa y todos los artículos metálicos (el metal es visible en las imágenes radiográficas y puede interferir en el diagnóstico) y colocarse la bata que se le proporciona. Una vez tumbado boca arriba sobre la mesa de exploraciones, se le inmoviliza mediante correas o soportes de espuma. Entonces, se le colocan unos parches (electrodos) para medir la frecuencia cardiaca y la presión arterial, así como un oxímetro de pulso para medir los niveles de oxígeno en sangre. El paciente es monitorizado durante todo el procedimiento. Es probable que se le administre un sedante para mantenerse relajado.

Antes de realizar la incisión, se rasura y esteriliza la zona y se administra un anestésico local. El paciente puede notar una ligera presión cuando se practica la incisión, pero no sentirá nada mientras el catéter se desplaza por los vasos sanguíneos. Cuando se inyecta el contraste, es habitual notar una breve sensación de calor y un sabor metálico. El paciente debe permanecer inmóvil e incluso aguantar la respiración mientras se toman las imágenes para que estas sean nítidas.

El procedimiento total tiene una duración aproximada de entre 60 y 90 minutos. Cuando finaliza la exploración, se extrae el catéter y se ejerce presión sobre la punción durante 15 o 20 minutos para detener el sangrado y favorecer la cicatrización. El paciente pasa entonces al área de recuperación. Si el catéter se ha insertado a través de la ingle, es necesario mantener la pierna completamente inmóvil durante varias horas, por lo que es probable que el paciente deba pasa la noche ingresado. Asimismo, tiene que ingerir mucho líquido para facilitar la eliminación del contraste a través de la orina. No es recomendable realizar esfuerzos físicos en los días posteriores.

Especialidades en las que se solicita la angiografía pulmonar

Las especialidades que utilizan la angiografía como método diagnóstico son cardiología y angiología y cirugía vascular.

Cómo prepararse

Es habitual realizar análisis de sangre antes de la angiografía, para medir la coagulación y la función renal. El paciente debe ayunar durante las horas previas al procedimiento. Asimismo, debe firmar un formulario de consentimiento e informar a su médico de lo siguiente:

  • Tiene antecedentes de alergias al yodo o al material de contraste: probablemente se le administren fármacos esteroides o antihistamínicos antes del estudio.
  • Padece diabetes o alguna patología renal.
  • Toma fármacos anticoagulantes: favorecen el sangrado, por lo que es probable que se le retire el tratamiento unos días antes de la prueba.
  • Está embarazada: la radiación puede afectar al feto, por lo que se necesitan medidas específicas de protección (un delantal de plomo).