Ecografía renal

Se denomina ecografía renal a una prueba que utiliza ultrasonidos para obtener imágenes de los riñones, la vejiga y los uréteres. Puede utilizarse para diagnosticar patologías o para guiar a los especialistas en procesos quirúrgicos.

Diagnóstico por imagenDiagnóstico por imagen

Descripción General

En la ecografía renal, se utilizan ondas sonoras de alta frecuencia para obtener imágenes de los riñones, los uréteres y la vejiga. Esta prueba consiste en la aplicación de ultrasonidos sobre la piel con una sonda manual (transductor) que, a su vez, recoge el eco producido cuando las ondas impactan sobre los tejidos. Un ordenador transforma esta reverberación en imágenes que se visualizan en una pantalla en tiempo real.

Las ecografías renales convencionales proporcionan imágenes de dos dimensiones en movimiento con una escala de grises. Cuando se utiliza tecnología Doppler, también se puede observar el flujo sanguíneo en los órganos del aparato urinario.

¿Cuándo está indicada?

Este método diagnóstico permite detectar tumores, quistes, piedras o abscesos en pacientes con síntomas asociados (dolor, hematuria, disminución de las micciones, fiebre inespecífica), además de dilatación o infección de las vías urinarias. La ecografía renal también es útil para determinar la presencia de malformaciones o alteraciones como los riñones dobles.

Este tipo de procedimiento se puede utilizar para planificar y servir de guía a los cirujanos en algunas intervenciones quirúrgicas.

¿Cómo se realiza?

Para hacer una ecografía renal, el paciente permanece tumbado boca arriba o de costado, dependiendo de los órganos concretos que se quiera examinar. Al comienzo, se aplica un gel con base acuosa que mejora la calidad de las imágenes y, sobre él, se coloca la sonda, que se desplaza lentamente por toda la superficie.

Riesgos

La ecografía renal no supone ningún riesgo para la salud.

Qué esperar de una ecografía renal

Se recomienda acudir a la cita con ropa cómoda, ya que será necesario descubrir la zona en la que se va a hacer la ecografía, es decir el abdomen y la zona lumbar. Es posible que el centro médico facilite una bata para el procedimiento.

El paciente se debe tumbar boca arriba para un examen de vejiga, uréteres y uretra, aunque es posible que deba cambiar de postura y ponerse de lado para facilitar la visión de los riñones.

Se suele sentir frío en el momento en que se aplica el gel, pero la sensación no dura mucho tiempo. Cuando el especialista incide en alguna zona para mejorar la imagen, es posible sentir una ligera molestia debida a la presión, especialmente cuando se tiene la vejiga llena. Aun así, la ecografía renal no es dolorosa.

Se trata de un procedimiento ambulatorio para el que no es necesaria la hospitalización ni el reposo posterior. Cuando finaliza la prueba, después de aproximadamente 10 minutos, es sencillo retirar el gel con un papel desechable sin dejar restos ni manchas. A pesar de que el médico puede ver el estado del sistema urinario en el momento del examen, el paciente recibe el informe y las recomendaciones en consulta después de que hayan pasado unos días.

Especialidades en las que se solicita una ecografía renal

Los especialistas en nefrología, oncología y medicina interna solicitan este tipo de ecografías.

Cómo prepararse

Alrededor de una hora antes de someterse a una ecografía renal, es preciso beber un litro de agua y mantener la orina en la vejiga hasta que finalice el procedimiento. No es preciso acudir en ayunas.