Pruebas cutáneas de alergias
Las pruebas cutáneas de alergia consisten en introducir en las capas superficiales de la piel dosis controladas de potenciales alérgenos para verificar qué sustancias concretas producen una reacción alérgica en el paciente.

Descripción General
Las pruebas cutáneas de alergia son un método para identificar las sustancias concretas, o alérgenos, a las que el paciente es alérgico. Son alérgenos comunes el polen, los ácaros, el epitelio de los animales, los metales, las picaduras de insectos, ciertos alimentos y determinados medicamentos.
El fundamento de las pruebas cutáneas es exponer la piel del paciente a una dosis controlada de las posibles sustancias alergénicas y observar si se produce una reacción alérgica.
¿Cuándo están indicadas?
Las pruebas de alergia cutáneas se realizan cuando el paciente presenta síntomas compatibles con una reacción alérgica, especialmente si se manifiestan de forma persistente o grave. Estos síntomas varían en función del alérgeno concreto, siendo los más frecuentes:
- Síntomas respiratorios:
- Congestión y secreción nasal.
- Picor en la nariz o la garganta.
- Lagrimeo.
- Tos, estornudos.
- Dificultad para respirar, sibilancias.
- Síntomas cutáneos:
- Picor y sequedad en la piel.
- Sarpullido, eccema, ampollas.
- Síntomas digestivos:
- Síntomas oculares:
- Picor.
- Hinchazón.
- Enrojecimiento.
- Lagrimeo.
- Anafilaxia: reacción alérgica extrema que afecta al sistema cardiovascular y llega a producir una obstrucción respiratoria. Puede resultar mortal.
¿Cómo se realizan?
Para exponer la piel a las posibles sustancias alergénicas se utilizan los denominados extractos alergénicos. Se trata de soluciones obtenidas a partir de la fragmentación, disolución, filtración y esterilización de alérgenos naturales para producir una solución acuosa rica en las proteínas alergénicas. Generalmente, se utilizan extractos de alérgenos relacionados con los síntomas del paciente y presentes en su entorno habitual.
Las pruebas cutáneas se realizan normalmente en el brazo (en el caso de niños, pueden hacerse en la espalda). Existen dos técnicas diferentes:
- Prueba cutánea por punción (prick-test): se colocan gotas de varios extractos sobre la piel, en un orden controlado y con una separación de varios centímetros entre ellas. Seguidamente, se hace una punción con una aguja o una lanceta para que el extracto penetre en la capa superficial de la piel. El alérgeno se deja actuar entre 15 y 20 minutos, tras los cuales se observa la piel para detectar signos de alergia (erupción y enrojecimiento). Además, se realizan pruebas con sustancias de control para comprobar la fiabilidad de los resultados obtenidos:
- Histamina: esta sustancia suele causar una reacción alérgica en la mayoría de personas. Si no se presenta una reacción, es posible que en el resto de extractos tampoco se muestre una alergia, aun incluso teniéndola (falso negativo).
- Solución salina o glicerina: estas sustancias generalmente no causan ninguna reacción. Si la piel reacciona, puede ser indicativo de piel sensible, con lo que es probable que reaccione a los extractos alergénicos sin existir una alergia real (falso positivo).
Existe una variante del prick-test, denominada prick-prick, que se utiliza fundamentalmente para detectar alergias alimentarias. Consiste en insertar la aguja en el alimento al natural e insertarla después en la piel. Esta prueba ofrece una mayor sensibilidad que si se utilizan extractos.
- Prueba intradérmica: el procedimiento es similar al test de punción, pero en este caso el extracto alergénico se inyecta directamente en la piel. Suele utilizarse para verificar las alergias al veneno de insectos o a la penicilina. También se realiza si los resultados de la prueba de punción no son concluyentes.
Riesgos
Las pruebas cutáneas de alergia tienen un porcentaje de riesgo muy bajo. No obstante, en pacientes extremadamente alérgicos, especialmente a medicamentos, existe la posibilidad de provocar una reacción anafiláctica grave, aunque no es una situación frecuente. Si el paciente tiene antecedentes de anafilaxis, es probable que se recomiende una prueba de alergia en sangre en lugar de un test cutáneo.
Qué esperar de una prueba cutánea de alergias
Antes de comenzar el procedimiento, se desinfecta la zona del brazo donde se va a hacer la prueba, y se marcan los lugares exactos donde se van a aplicar los diferentes extractos alergénicos. Es normal sentir molestias durante las punciones o las inyecciones, pero generalmente no es un procedimiento doloroso.
La duración aproximada de la prueba está entre 20 y 40 minutos, en función del número de alérgenos que se evalúen. Una vez comprobados los resultados, se limpian las marcas y el paciente puede retomar su rutina con normalidad. En los casos en los que se produzca reacción alérgica, es probable que los síntomas persistan algunos días.
Especialidades en las que se solicita las pruebas cutáneas de alergias
Las pruebas cutáneas de alergia se solicitan en la unidad de alergología.
Cómo prepararse
Es necesario suspender la toma de determinados medicamentos, como antihistamínicos, antiácidos, antiasmáticos o antidepresivos, durante los días previos a la prueba, ya que estos fármacos pueden alterar los resultados. Asimismo, el paciente debe firmar un formulario de consentimiento informado.